La orgía de Trump
El próximo viernes Donald Trump asumirá la presidencia de Estados Unidos en medio de una vorágine de conflictos de interés, de enfrentamientos con gobiernos y países, también con los medios y hasta con Hollywood, pero sobre todo poniendo en entredicho muchas de las principales orientaciones geopolíticas históricas de su nación.
Trump ha decidido apostar por una fuerte alianza con la Rusia de Vladimir Putin para contraponerse a China e incluso busca generar una crisis económica en ese país asiático de la que piensa resultar beneficiado.
Para eso intenta debilitar cadenas productivas chinas y anuncia, incluso antes de asumir el poder, cambios en la política exterior que pueden alterar todo el panorama internacional.
Este fin de semana Trump también ha dejado entrever que podría anular todas las sanciones contra Putin impulsadas por el presidente Obama y que pronto se reuniría con éste.
La pregunta es si se trata sólo de geopolítica o si detrás del acercamiento abierto con Putin existe mucho más.
La semana pasada estuvo dominada por un evidente conflicto de Trump con los servicios de inteligencia que tendrá que encabezar en cinco días: éstos han concluido, y las 17 agencias de inteligencia de Estados Unidos han coincidido en ello, algo excepcional, que Rusia intervino abiertamente en el proceso electoral estadounidense vía hackeos y divulgación en redes de información falsa en contra de Hillary Clinton.
En un hecho insólito, Trump prefirió descalificar a sus propias agencias de inteligencia para defender su relación con Putin.
Más tarde las agencias se reunieron con Trump para mostrarle un dossier que supuestamente tienen los rusos en su contra, en el cual se exhiben, según ha trascendido, los negocios sucios que mantiene Trump en Rusia y en otras latitudes, además de información sexual del futuro presidente, incluyendo imágenes de una orgía en la que supuestamente habría participado Trump en Moscú años atrás.
El dossier habría sido preparado por un exespía del MI6 británico del que ahora nadie sabe nada.
La respuesta de Trump fue enojarse porque se divulgara la información, descalificar a CNN por darla a conocer y redoblar su apuesta por la relación con Putin. No sólo no anunció medidas contra Putin, sino que afirmó que le quitará las sanciones, aunque ello lo lleve a una ruptura con sus históricos aliados europeos.
¿Tendrá Putin un arma tan poderosa como lo serían los dossiers de negocios poco claros y las imágenes de una orgía como para poder chantajear al presidente del país más poderoso del mundo, al que por cierto le ayudó a ganar las elecciones? Puede ser.
Lo que es cierto es que ningún otro presidente de Estados Unidos ha llegado al poder con tal cantidad de conflictos de interés y una vida personal tan desordenada como Donald Trump. Y eso le pasará la factura.
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