La agenda de los medios
Ayer, durante la comida de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT), dos grandes temas volvieron a estar sobre la mesa: el de la publicidad partidaria y el de los candados a la libre expresión colxocados por los partidos a medios y comunicadores. Son dos reclamos de la industria al Congreso que tendrían que estar presentes en la agenda legislativa y que se vienen arrastrando, uno desde la reforma electoral del 2007 y el otro desde la más reciente, del 2013, cuando se coartó seriamente la libertad de opinión de los comunicadores.
Los partidos tienen un uso abusivo de los espacios publicitarios, lo cual genera hartazgo en la sociedad con millones de spots, al tiempo que se impide a la ciudadanía contratar anuncios y expresar sus opiniones y a los medios y periodistas se les ata con mecanismos que intentan operar sobre la opinión y la información, lo que en última instancia establece sanciones discrecionales que quedan a la consideración subjetiva de los organismos electorales.
Por supuesto que hay muchos otros capítulos relevantes en la agenda de los medios electrónicos, como todo lo referente al apagón analógico, pero ésos son los más importantes y urgentes.
La comida de la CIRT sirvió para airearlos, pero también, como suele suceder en estas ocasiones, para juntar a empresarios y comunicadores que difícilmente podemos compartir espacios y tiempos. Fue una comida más concurrida que de costumbre, con más presencia de funcionarios, partidos y legisladores. En ese sentido es deseable y posible que esa agenda pueda ser tomada en cuenta en el Congreso en el futuro inmediato. Me llamó la atención que hubiera representantes de todas las fuerzas políticas, pero casi ninguno del PRD, mucho menos de Morena. Pareciera que olvidan que es en los medios en los que sus ideas y propuestas pueden y deben tener repercusión en la sociedad. Pero, bueno, ésa es su agenda y ésas sus limitaciones. Que luego no digan que no son tomados en cuenta.
En la comida hubo, como siempre, casi de todo: Desde la participación de Armando Manzanero, Paty Cantú y Alex Syntek hasta reconocimientos al propio Manzanero, a Lolita Ayala y a Esteban Moctezuma, entre otros, incluido un discurso presidencial en el cual el eje se puso en los cambios de México en los últimos 35 años, y en el que Emilio Gamboa salió muy citado. El Presidente recordó una y otra vez que el ahora líder de los priistas en la Cámara de Senadores ya estaba desde entonces en espacios de poder (era un jovencísimo secretario particular del presidente Miguel de la Madrid). Gamboa, por cierto, es de los funcionarios más queridos en esta industria. Un discurso, regístrelo como chisme, en el que el Presidente Peña prescindió del telepromter.
Fue un buen evento y sirvió, hay que insistir en ello, para colocar ante buena parte de los grupos de poder en el país, que residen también en los propios medios, una agenda que resulta imprescindible para avanzar en el diseño democrático de la nación.
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