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¿Una Tercera Guerra Mundial?

Se está viviendo un momento de mucha tensión en todo el mundo por el conflicto en Medio Oriente. La realidad es que Irán tiene suficiente uranio para poder fabricar varias bombas nucleares, y podría ser un conflicto que afecte al mundo entero.

A través de sus redes sociales, Donald Trump envió un mensaje contundente: “Irán no debe desarrollar armas nucleares”, y exigió que firme cuanto antes un acuerdo para frenar su programa atómico.

Trump ha dicho que toda la gente que vive en Teherán debe evacuar. En medio de los lanzamientos de misiles entre Irán e Israel, el presidente estadounidense ordenó que sus ciudadanos abandonen la capital iraní, mientras medios locales reportaron que muchos iraníes también están saliendo, la mayoría rumbo a Turquía, donde buscarán asilo.
En pocas palabras, Trump dice: “¡Irán no puede tener un arma nuclear! ¡lo he dicho una y otra vez! ¡todos deberían evacuar Teherán de inmediato!”.

Y es que Donald Trump abandonó la reunión del G7 en Kananaskis, Canadá, para regresar de urgencia a Washington D.C. Lo ha hecho en medio de una creciente tensión entre Irán e Israel y tras retar a Irán para que firme el acuerdo de desarme.

Tras abandonar la cumbre, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dijo que Trump había vuelto a EU para presionar la firma para un tratado de paz entre Israel e Irán, lo cierto es que el presidente estadounidense no quiere un acuerdo de paz como lo proponen varios países europeos, por ahora, lo más importante es que Irán firme un tratado de desarme para que no pueda hacer bombas nucleares.

Y es que los principales gobiernos de Europa han hecho un llamado a resolver el conflicto mediante un acuerdo de paz, exhortado a Irán a volver a las negociaciones sobre su programa nuclear. Incluso, el primer ministro británico, Keir Starmer, consideró el lunes que los líderes del G7 coinciden en su deseo de una desescalada entre Israel e Irán. Pero Estados Unidos está más inclinado en frenar a Irán de otra forma.

Desde antes de que se conociera la decisión de Trump de suspender su agenda en el G7, analistas de la Casa Blanca sostenían que solamente cabían dos posibilidades para el régimen de los ayatolas: renunciar, mediante un acuerdo con supervisión internacional, a enriquecer uranio, o ver destruidas las instalaciones del régimen político-religioso que gobierna al país desde 1979.

Irán ya no cuenta con sus principales militares ni tampoco con sus principales científicos, ya que Israel los neutralizó durante su ataque el pasado viernes 13 de junio, con la finalidad de evitar que el país persa siga desarrollando su plan de enriquecimiento de uranio.

Fuentes cercanas al gobierno estadounidense aseguran que prevalece la opción de un posible ataque conjunto con Israel para destruir Fordo, una planta subterránea donde se estaría enriqueciendo uranio con fines militares.

Fordo es una instalación a cientos de metros bajo el suelo. Su importancia radica en su función como sitio de enriquecimiento de uranio y su resistencia a ataques aéreos, lo que lo convierte en un punto clave en las tensiones internacionales relacionadas con el programa nuclear iraní.

Sólo puede ser penetrada con la llamada bomba antibúnker, la cual tiene únicamente Estados Unidos, de acuerdo con reportes, pesa mil 500 kilos y mide 20 metros de largo y es transportada por el bombardero B-2.

El Fordo fue construido en 2007 y el gobierno de Irán no proporcionó muchos datos de este complejo a la comunidad internacional, el cual fue descubierto dos años después por Estados Unidos y sus aliados luego de realizar espionaje para saber en qué consistía esta central nuclear.

Para el bloque de Occidente es de suma importancia que Irán no cuente con un programa nuclear fuera del acuerdo del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC o JCPOA, por sus siglas en inglés), pues de ello dependen una serie de factores geopolíticos, de seguridad global y de estabilidad regional.

El principal objetivo es impedir que Irán desarrolle armas nucleares, pues no sólo se trata de lo que el país persa pueda hacer con esas armas, sino que otros países de la región, como Arabia Saudita, Turquía o Egipto podrían seguir sus pasos y hacer lo mismo, lo que aumentaría el riesgo de una carrera armamentista nuclear en Medio Oriente e incluso a nivel mundial. Un Irán nuclear cambiaría radicalmente el equilibrio de poder en la región y tendría implicaciones para el comercio global de petróleo, el terrorismo, y la seguridad de aliados de Occidente.

El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) indica que del inventario total estimado en enero pasado, hay 12 mil 241 ojivas nucleares, unas 9 mil 614 se encontraban en arsenales militares para uso potencial, mientras que 3 mil 912 de ellas, desplegadas con misiles y aviones.

Y no sólo eso, la escalada del conflicto perjudica a la región debido a que es un actor importante en el mercado energético y los ataques contra Israel y viceversa ya han provocado afectaciones en los precios del petróleo y la estabilidad de los mercados globales.

Mientras tanto, en los últimos días Israel ha atacado blancos militares iraníes en Siria, mientras que Irán ha respondido con ataques con drones y misiles a posiciones israelíes en el norte.

Los bombardeos israelíes lanzados desde el pasado viernes 13 de junio contra Irán han causado al menos 224 muertos y más de mil heridos, 90% son civiles, indicó el Ministerio de Salud iraní.

Entre ellos, se encuentra una estación de televisión que en plena transmisión se observó el momento en que la instalación fue atacada, por lo que la conductora tuvo que suspender el programa y buscar dónde resguardarse.

Por el lado israelí las bajas también son cruciales, ocho personas murieron la madrugada del lunes, elevando el total de víctimas a 24, incluyendo aquellas que se encontraban en un complejo residencial en Tel Aviv y que el pasado lunes fue atacado con misiles iraníes.

El llamado domo de hierro, con el cual Israel defiende su territorio de posibles ataques, ha sufrido constantes embates en los últimos tres días, ya que le es imposible contrarrestar todos los misiles lanzados por Teherán, por lo que al menos 24 han estallado en zonas donde se encuentra la población civil.

Aunque aún no se habla de una guerra abierta, la región vive uno de sus momentos más delicados en décadas, con el riesgo creciente de que cualquier acción termine desatando un conflicto enorme.