Una esposa como Michelle, sí la tiene Obama
Para mi querido Adrian Castillo, con quien es un privilegio trabajar, por la llegada de su primera bebé. Un abrazo muy fuerte a Fabi y a ti.
Debo confesar que el discurso que dio Michelle Obama en la Convención Demócrata, en apoyo a Hillary Clinton, me pareció además de emotivo, impecable.
Un discurso en el que se busca no sólo apoyar a una candidata, sino restablecer el tejido social que tan confrontado está en este momento en Estados Unidos. Un Estados Unidos que necesita líderes que puedan garantizar a los hijos de los votantes mejores oportunidades. Pero sobre todo estabilidad, igualdad y seguridad.
Habla de la importancia de los ciudadanos de estar unidos ante la adversidad y que eso sin duda les dará fortaleza. Critica la postura de Trump sin mencionarlo, pero sobre todo pone en el discurso las necesidades que tienen los norteamericanos.
Y cuando escuchas a Michelle Obama, se entiende por qué según las encuestas en Estados Unidos, su nivel de aprobación ha sido prácticamente del 70 por ciento durante los ocho años de la presidencia de su marido, Barack Obama, incluso más alto que el de él mismo.
Es una primera dama reconocida por su inteligencia, carisma y exitosa carrera académica y profesional, y su incansable trabajo humanitario. Es socióloga por la Universidad de Princeton, mientras que su título en leyes lo obtuvo por la Universidad de Harvard.
Cuando habla de Hillary Clinton como presidenta de Estados Unidos habla de su habilidad para ser serena y tomar decisiones basadas, en su conocimiento y preparación.
“Cuando tienes los códigos nucleares al alcance de tu mano y el ejército bajo tus órdenes, no puedes tomar decisiones basadas en un impulso. No puedes tener la piel fina, o la tendencia a responder golpeando. Necesitas ser una persona firme, mesurada y bien informada”.
Pero también dice que Clinton, a pesar de haber perdido la candidatura a la presidencia hace ocho años, nunca se enojó y continuó trabajando, sin anteponer su proyecto personal y privilegió a su país.
“Cuando ella (Hillary Clinton) no ganó la nominación hace ocho años, no se enfadó ni se desilusionó. Hillary no hizo las maletas y volvió a casa, porque como una verdadera servidora pública, Hillary sabe que esto es mucho mayor que sus propios deseos y decepciones.
“Lo que más admiro de Hillary es que nunca se rinde a la presión, nunca opta por la salida fácil. Hillary Clinton nunca ha renunciado a nada en su vida. Y cuando pienso en la clase de presidente que quiero para mis hijas y todos nuestros niños, eso es lo que quiero. Quiero alguien con la fortaleza probada de la perseverancia”.
También habló de cómo Estados Unidos, que es un gran país, ha evolucionado en los temas raciales: “Así que ahora, me despierto cada mañana en una casa construida por esclavos. Y veo a mis hijas, dos mujeres jóvenes e inteligentes, jugar con el perro en el jardín de la Casa Blanca…”.
Y la realidad es que aunque parezca una locura, el candidato republicano puede tener posibilidad de llegar a la Casa Blanca, por eso la señora Obama cerró su discurso advirtiendo a los miembros del partido que no pueden darse el lujo de solamente sentarse y esperar que todo salga de la mejor manera en las elecciones de noviembre, pide no ceder ante el cansancio o tomar una postura cínica… “tenemos que salir a tocar todas las puertas, tenemos que buscar cada voto, tenemos que verter hasta la última gota de pasión en la elección de Hillary Clinton como presidente de Estados Unidos de América. ¡Vayamos a trabajar!”.
Éste es un discurso que nos tiene que dejar pensando a muchos, y lo que dice Michelle Obama lo debemos exigir aquí en México. Tener gobernantes que no antepongan su proyecto al de todos los mexicanos, que haya sensatez y seguridad, que estén preparados y que lo más importante sea tener un buen país para nuestros hijos.
Hillary ha demostrado que puede cumplir con estas demandas, pero aún no tiene la elección garantizada.
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