
Un día sin gas
Para el día de hoy y hasta el 6 de junio está anunciado el paro nacional de distribuidores de gas. Es una protesta masiva en todo el país. Los gaseros buscan detener la distribución y venta de gas LP, incluido el llenado de pipas y cilindros, aseguran que enfrentan una crisis financiera con el aumento del gas y el tope a los precios, y dicen que están perdiendo. Muchas veces les cuesta más trabajar, que no hacer.
Y es que desde el 2021 el Gobierno federal impuso un tope máximo al precio del gas LP, que, dizque para proteger la economía, pero el gas que tiene que comprar de Pemex, cada día es más caro.
Recientemente se han impuesto nuevas tarifas a los gaseros, y ellos dicen que a raíz de esto han tenido una reducción de aproximadamente un 50 por ciento en sus ingresos, y a esto hay que sumar el mercado negro de gas. Tan sólo en la Ciudad de México se estima que el gas robado representa el 20 por ciento del total de lo que se distribuye, y son muchos los estados de la república donde sucede lo mismo.
Y es que el mercado negro, operado por el crimen organizado, coludido con autoridades, está afectando el mercado formal.
Pero hay otro tema, hay que ver quién es el que distribuye el gas en cada uno de los hogares, para no abrirle la puerta a criminales.
Y es que existe un mercado enorme del llamado “huachigas”, que es gas LP robado principalmente de los ductos de Pemex, pero también es el gas comprado en Estados Unidos e importado de contrabando a México, donde pagan los impuestos mínimos.
Son grupos muy estructurados del crimen organizado los que se dedican a este negocio tan redituable.
Mientras los distribuidores de gas robado tienen una ganancia enorme porque no lo pagan, para los gaseros que están constituidos de forma normal y legal, las ganancias son mínimas.
Pero además cuando se distribuye gas de manera informal, el riesgo puede ser enorme, es un producto muy peligroso en su manejo, flamable.
Pemex está teniendo pérdidas millonarias por el robo de gas, y lo más grave es que empleados o exempleados están involucrados en este robo, de lo contrario, sería imposible poderlo hacer.
Y es que hay que tener mucho conocimiento de cómo se hacen estas perforaciones, cómo almacenar el gas y cómo distribuirlo. Y es muy importante saber qué tan llenas de gas vienen las tuberías, porque solamente se pueden perforar cuando hay poco flujo y no cualquiera tiene ese conocimiento.
Y es que el gas es un producto de primera necesidad para los mexicanos. Siete de cada 10 hogares en México usan gas LP. La suspensión de su distribución podría generar una crisis severa en los hogares del país.
El gremio gasero y el gobierno federal llevan varios días negociando para evitar las movilizaciones que están programadas.
Y es que datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) indican que en la última semana de mayo el precio del kilo de gas va de los 18 a los 21 pesos en gran parte del país. Para esta primera semana de junio oscilan entre 18 pesos y 23 pesos por kilogramo, y entre 10 pesos y 11 pesos por litro, dependiendo de la región.
Por su parte, el gobierno federal asegura que no es necesario el incremento del tope de precio, que cuentan con datos oficiales, y que hasta el momento no ha dado a conocer, que indican que la regulación del gas LP es la correcta.
Lo cierto es que sí está subiendo el gas, y además hay una desventaja enorme por la venta de gas ilegal.
Y es que otro de los problemas que están enfrentando los gaseros, es que aquéllos que venden gas ilegal, tienen amenazados a los legales para así lograr acaparar el mercado.
Hace un par de meses presenté un reportaje en esta columna, de cómo algunos que venden gas huachicol se apoderan de los clientes, de una manera muy violenta, incluso, golpeando a los choferes de las pipas.
Y lo más grave de todo es que muchos de los empresarios no tienen otra vía que aceptar entrar en el negocio del “huachigas”, debido a que en algunos estados se convierte en la única forma de obtener el combustible, poder venderlo y mantener sus compañías o para evitar las extorsiones y cobros de piso, que ésa es otra de las mermas que están teniendo.
Un paro nacional de gaseros podría provocar la interrupción en la distribución de gas LP y afectaría a millones de hogares y negocios, especialmente en zonas urbanas densamente pobladas como la Ciudad de México y el Estado de México.
Además, la escasez podría llevar a un aumento en los precios y fomentar la venta ilegal del combustible, afectando la seguridad y economía de los consumidores.
A eso hay que sumar la cantidad de negocios que dependen del gas LP, como restaurantes, panaderías, etcétera, etcétera.
Y como una ocurrencia más, el sexenio pasado se creó la empresa del Gas del Bienestar, donde supuestamente se iba a ofrecer gas LP a precios accesibles mediante una empresa estatal, con cilindros de gas LP de 20 y 30 kilogramos.
Lo cierto es que el Gas del Bienestar fue un fracaso, a casi cuatro años de su implementación, el programa no logró expandirse a nivel nacional y enfrenta serias dificultades financieras.
Si no se controla la competencia desleal que existe en el mercado del gas, con el gas robado y con el que entra de contrabando, y si no se logra que los gaseros establecidos no sean extorsionados y se logre algún incentivo para que puedan trabajar, nuevamente los que perderemos somos principalmente los ciudadanos, que requerimos de gas para poder desde cocinar, hasta bañarnos.