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Solo por ser mujer

No nos podemos engañar, la equidad de género tiene un camino todavía largo por recorrer. Es verdad: las mujeres hemos ido ganando espacios, pero en realidad no han sido tantos. Son pocas las que tienen puestos sobre todo en los más altos niveles en comparación con los hombres. En empresas, en el sistema financiero y en el Poder Judicial, si bien hay cargos importantes que ocupan mujeres, los hombres reinan. En mi profesión el número de hombres periodistas en espacios estelares es mucho mayor y ya ni hablemos de los niveles directivos.

En la política las cosas han cambiado un poco, pero esto ha sido por las nuevas leyes de cuotas de género. De esto platiqué con Carolina Monroy, quien hoy es secretaria general del PRI. Carolina me decía: “Esto no es algo que solamente plantea una servidora, esto es un postulado del partido, a propósito de esta línea tan clara que marcó el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, hace dos años, cuando se echó a cuestas esta Reforma Electoral y donde fue precisamente el Presidente de México quien supo concretar un anhelo, un derecho humano de las mujeres”.

Nunca habíamos visto tantas féminas en la Cámara de Diputados como ahora. Me decía Carolina que es importantísimo que mujeres preparadas hagan leyes que les garanticen socialmente mucho más justicia.

“Las mujeres en política, te puedo asegurar, del partido en el que estemos, todas o casi todas tenemos como principal preocupación y ocupación nuestra familia. Me parece que lo que nos mueve, nos motiva, a buscar transformaciones profundas tiene que ver con el presente y el futuro de eso que es lo que más nos importa. Las mujeres hemos demostrado en el terreno de los hechos que tenemos una capacidad de organización muy grande. No creo, tampoco, que todas las mujeres quieran dedicarse a la política; me parece que las mujeres tenemos una tarea pendiente, una tarea por hacer y que nos involucra a todas, a la que se dedica al comercio, a la industria, a la prestación de servicios; a las artistas; a las intelectuales; a mujeres como tú, preparadas en los medios de comunicación; a las mujeres en política, a las amas de casa, a todas, nos asiste el deber de hacer algo por la transformación profunda de nuestro país”, expresó.

Hace unos días entrevisté a Josefina Vázquez Mota y en la charla me dijo que es mucho más difícil ser una mujer candidata que un hombre candidato. El ejemplo que puso fue que si un hombre en campaña abraza a un niño se dice que es muy paternal y empático. Que como mujer si llegas a abrazar a un niño se te critica diciendo que te crees la mamá de los pollitos.

Le platiqué a Carolina la historia y esto me contestó entre risas: “Estamos luchando contra eso; acuérdate de que éste ha sido un mundo misógino, un mundo en donde a las mujeres cada paso nos ha costado mucho, siempre hemos tenido que explicar, siempre hemos tenido que dar cuentas, siempre hemos sido cuestionadas de nuestro propio progreso; a muchas nos ha costado la familia. Fíjate en lo que te digo, es un tema muy injusto”.

¿Su posición es una cuota de género? Carolina responde: “Hoy es la oportunidad y el deber de Carolina Monroy de lograr que otras mujeres se incrusten en la vida pública; lograr que mujeres con talento triunfen. Fíjate: no cualquier mujer, hablamos en el PRI de mujeres talentosas, de mujeres preparadas, serias, maduras, sensatas; son éstas las mujeres que queremos haciendo gobierno, porque las familias y las mujeres del país necesitamos también de este respaldo firme de una mano femenina que seguramente no es mejor ni peor que la de un hombre, simplemente pienso que tenemos maneras distintas de abordar y resolver los problemas”.

“Una mujer haciendo gobierno genera gobiernos ordenados, gobiernos transparentes; las ciudades se modifican, nos anima la reconstrucción social. Las mujeres al ser, en muchísimos casos penosos y desafortunados, al ser responsables solas de nuestros hijos —acuérdate que tenemos un número creciente de jefas de familia por todo el país… cerca ya del 30 por ciento… y que no respeta sociedades o clases sociales o sitios de residencia—, tenemos que ser solidarias como nunca. Las mujeres estamos hechas para trabajar duro, así crecimos, así nos hicimos; el camino para nosotras ha sido siempre como de subida, por eso nos hemos vuelto tan consistentes, por eso hoy las mujeres tenemos que hacer gobierno para respaldar a otras mujeres”.

Monroy también habla de lo importantes que son los hombres en nuestra sociedad: “Quisiera precisar al respecto a los varones: no se espanten, no crean ustedes que las mujeres queremos hacer gobierno para olvidarnos de ustedes y simplemente dedicarnos a las mujeres; creemos que la mujer y su familia son fundamentales, que son el centro de toda política pública y que debiera ser el centro de toda política pública que nos permita reconstruir nuestra sociedad. Estamos ante vacíos enormes, estamos ante una pérdida muy importante de valores, de estos principios humanos que nos han distinguido como sociedad.

“México ha sido un país de gente honrada, decente, esforzada, pero de pronto algo nos pasó, algo pasó que la sociedad se desquebrajó y aquí la mujer tiene un papel importante; pero necesitamos a los varones, son fundamentales, las mujeres simplemente somos el otro 50 por ciento, somos esa otra mitad.”

¿Todo es cuota de género? La verdad es que no, la cuota de género sólo influye cuando hay determinación y talento.

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