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“Siempre quise ser servidor público y combatir la pobreza”: Un Café Con Salomón Chertorivski

En entrevista con La Razón, Salomón Chertorivski Woldenberg, secretario de Desarrollo Económico del Distrito Federal comparte sus experiencias como funcionario, que inició con su trabajo desde la Secretaría de Salud. “Tuve la oportunidad de ir a la Universidad de Harvard. Concentrado en el combate a la pobreza, ésos eran mis estudios. Desde que salí del ITAM trabajé en Sedesol federal y siempre quise ser servidor público”, asegura.

Bibiana Belsasso: El día de hoy me da muchísimo gusto hacer esta entrevista Muy Personal a Salomón Chertorivski. ¡Salomón, qué gusto!

Salomón Chertorivski Woldenberg: Hola Bibiana, qué gusto estar contigo.

 

Belsasso: Platícame, tus bisabuelos eran ucranianos, ¿llegan con la Segunda Guerra Mundial? ¿Cómo llegan a México?

 

Chertorivski Woldenberg: Los Chertorivski eran de Ucrania, efectivamente. Es un apellido de la realeza polaca y me decía alguien: No, pues ustedes son herederos. No, no, no… mis abuelos se roban el apellido en la escapada.

 

Belsasso: ¿Cómo se apellidaban?

 

Chertorivski Woldenberg: Quién sabe, desde que llegaron fueron Cherto-rivski, nunca supimos qué había ahí, pero…

 

Belsasso: Aparte se conoce de historias en las que llegaba el agente de migración y te decía ‘a ver cómo’ y te lo escribía como quería.

 

Chertorivski Woldenberg: Bueno, todos los tíos, todos, tienen el apellido escrito diferente. Pero lo que preguntabas al principio. Es la época de la Revolución Rusa, de la Primera Guerra Mundial y ahí empieza su éxodo. Ahora sí que no era tomar un avión y ya nos fuimos. Mi familia llega a principio de los veinte a México.

 

Belsasso: Llegaron muchísimos años antes…

 

Chertorivski Woldenberg: Yo soy tercera generación nacido en México. Los Woldenberg son de Polonia; también escapan y llegan en la misma época. De mis cuatro abuelos, sólo uno nació en Polonia y llegó a los seis años; los otros tres: una en Chihuahua, otra en Pachuca y otro, chilango.

 

Belsasso: Más mexicanos que nada.

 

Chertorivski Woldenberg: Mexicanísimos.

 

Belsasso: Tienes un papá que también estuvo muy cerca del poder.

 

Chertorivski Woldenberg: Yo diría, siempre muy comprometido con el país, ¿no? Sí, en la empresa; pero, él verdaderamente siempre orgulloso de que sus trabajadores eran los que mejor ganaban en México: todos tenían vivienda, los hijos de ellos tenían beca, siempre muy comprometido y, sí, cuando tuvo oportunidad de poner un granito de arena por buenas causas en el país, siempre lo hizo. Pero la que fue servidora pública es mi madre, estoy orgullosísimo de mi mamá.

 

Belsasso: Platícame esa historia.

 

Chertorivski Woldenberg: Veinticinco años de servicio público, en espacios, Bibiana, poco glamurosos.

 

Belsasso: ¿Dónde estaba?

 

Chertorivski Woldenberg: Fue jefa de Psicología del Reclusorio Norte, gerente de Recursos Humanos de Ruta 100 y gerente de Recursos Humanos de Luz y Fuerza del Centro.

 

Belsasso: ¿Qué platicaban?, porque tú le seguiste los pasos con el tema de los trabajadores y todo.

 

Chertorivski Woldenberg: ¡No, bueno…!

 

Belsasso: Pero, ¿qué te decía tu mamá?, ¿qué platicaban en esas sobremesas?

 

Chertorivski Woldenberg: Con ella y con la familia, las discusiones de los domingos y familiares eran profundas, siempre de causas sociales. Siempre, yo diría, desde la izquierda, con una visión muy socialdemócrata, muy liberal. Y mi madre siempre fue… no hay ningún espacio donde se pueda servir al país, más grande, que el servicio público.

 

Belsasso: ¿La llegaste a acompañar alguna vez a los reclusorios?

 

Chertorivski Woldenberg: A los reclusorios, no. Era demasiado chiquito. Ella estaba en sus veinte y medio. Había terminado apenas la carrera de Psicología, yo era un niñito; pero, a Ruta 100 y a Luz y Fuerza, sí.

 

En Ruta 100, la acompañaba a los módulos donde estaban capacitando a los choferes; y en Luz y Fuerza, me llevó cuando se electrifica Chalco, por ejemplo, la acompañé a supervisar y a ver qué estaba pasando en el terreno. Siempre con ella, quien, además, nunca dejó de ir a comer a la casa; es decir, siempre estuvimos dialogando y platicando sobre esto.

 

Belsasso: ¿Cuántos hermanos tienes?

 

Chertorivski Woldenberg: Tengo una hermana más chica.

 

Belsasso: ¿Y ahí jugabas un poco el papel de cuidarla un poquito, mientras tu mamá trabajaba, con las tareas y demás?

 

Chertorivski Woldenberg: Siempre la quise mucho, siempre la procuré y siempre la cuidé, pero la verdad es que también mi hermana es una mujer fantástica. Ella se cuidaba solita, yo siempre procurándola y queriéndola.

 

Belsasso: Estuviste en el Columbia, en una escuela…y por más que pregunté, ‘qué tal te portabas’, me decían que bien. Yo decía: ‘no, quiero chisme para la entrevista’ y me decían que eras buen muchacho.

 

Chertorivski Woldenberg: (Risas). Creo que era una escuela muy disciplinada. Era una escuela donde las maestras no podían usar pantalón, por ejemplo.

 

Belsasso: Pero, era una escuela donde te hacían pensar y razonar, no te tenías que aprender todo tal cual, de memoria.

 

Chertorivski Woldenberg: Tenía muchas virtudes, era una gran, gran escuela. Primero, era laica, que eso para nosotros era y siempre ha sido fundamental. Segundo, el nivel académico era muy bueno, el inglés era decente y lo otro es que era una escuela que sí reflejaba a la ciudad.

 

Belsasso: Sí, claro.

 

Chertorivski Woldenberg: Porque no es que ahí íbamos gente que vivía en alguna zona el particular, venía gente de todas partes.

 

Belsasso: Muy plural.

 

Chertorivski Woldenberg: Muy plural… todos los chilangos de todos lados, del sur, del norte, del oriente, del poniente, nos concentrábamos ahí de manera muy poco pretenciosa. Era una escuela fantástica, de verdad.

 

Belsasso: ¿Qué recuerdas de la escuela? ¿Algún buen maestro que hayas tenido?

 

Chertorivski Woldenberg: Sí, sí, tuve buenísimos maestros, desde primaria. Miss Julia, cariñosa y disciplinada. Recuerdo a la directora, Miss Estrada, todo un gendarme, no había forma de hacer chistes con ella, era la base y la columna vertebral de la escuela. Abajo de ella tenía a la directora de inglés, Miss Smith y a la directora de español, Miss Falcón, cada una cumpliendo su papel… cariñosas. La jefa de la Biblioteca, Miss Domi, con ella tenía una relación verdaderamente intensa, siempre me gustaba leer… con ella tuve una relación importante.

 

Belsasso: Y esa escuela, el Columbia, finalmente te da una estructura suficientemente fuerte para aguantar el ITAM, que tiene un nivel altísimo.

 

Chertorivski Woldenberg: Sí, nos divertimos en el ITAM, la pasé muy bien, disfruté el ITAM, una gran estructura en economía, grandes amigos, grandes compañeros, que hasta hoy siguen siendo parte de mi vida y de mí.

 

Belsasso: Y de todos los gobiernos (Risas).

 

Chertorivski Woldenberg: Sí.

 

Belsasso: Del gobierno federal, del gobierno del D.F., hay varios por ahí.

 

Chertorivski Woldenberg: Sí y hasta hacíamos chistes, eventualmente, cuando llegábamos a estar en la Cámara de Diputados. Cada uno en diferentes espacios, diferentes partidos políticos, yo, representando al sector salud, negociando cosas, en fin, y, de repente, pues todos éramos del ITAM…

 

Belsasso: ¿Te vas a Harvard, después?

 

Chertorivski Woldenberg: Tuve la oportunidad de ir a la Universidad de Harvard, sí. Concentrado en el combate a la pobreza, esos eran mis estudios, desde que salí del ITAM trabajé en Sedesol federal y siempre quise ser servidor público, Bibiana, y siempre quise dedicarme al combate a la pobreza.

 

Belsasso: Has estado en distintos gobiernos, de distintos partidos. Estuviste en Michoacán con Cárdenas Batel, el gobernador; después estuviste, por supuesto, con el gobierno del presidente Calderón, como secretario de Salud, ¿cuántos años tenías?

 

Chertorivski Woldenberg: Empecé a los 36 años como secretario de Salud.

 

Belsasso: ¿Qué es lo que más te preocupa a ti en el sector salud?

 

Chertorivski Woldenberg: En ese momento tenía dos preocupaciones fundamentales: una era cómo íbamos a ir cambiando el sistema de uno curativo, a un sistema preventivo.

 

La transición epidemiológica y la transición demográfica nos llevan a replantear completamente el sistema de salud en México y del mundo. Eso está pasando en todas partes. Pasamos de un sistema que se construyó para curar en el consultorio y en el quirófano, a un sistema de salud que tiene que estar presente en la colonia, en el pueblo, en la fábrica, en el hogar, un sistema completamente diferente a lo que se construyó originalmente.

 

Belsasso: ¿Cómo te dicen a ti que vas a ser secretario de Salud a los 36 años?

 

Chertorivski Woldenberg: Mira, yo ya llevaba un buen tiempo en el Seguro Popular y había sido el período más importante en cuanto a la implementación del Seguro Popular, que, creo que, es de las políticas públicas sociales más relevantes que se han construido en los últimos años.

 

En ese entonces, José Ángel Córdoba, que era el secretario de Salud, tuvo la intención, y así lo hizo, de irse a competir para ser gobernador del estado de Guanajuato, entonces el presidente Calderón, tuvo que decidir y optó por un no médico, que era en sí misma una decisión muy valiente…

 

Belsasso: Alguien que administrara muy bien el sistema de salud.

 

Chertorivski Woldenberg: Y quería cerrar su Administración con una muy clara administración, con la consolidación del Seguro Popular y con parámetros y métricas muy precisos.

 

Belsasso: ¿Y al gobierno del DF, ya con Miguel Ángel Mancera?

 

Chertorivski Woldenberg: Ha sido fantástico, yo siempre he querido…

 

Belsasso: ¿Cómo entras?, ¿cómo es tu relación con Miguel?

 

Chertorivski Woldenberg: Lo conocí de manera social, cuando él ya era Jefe de Gobierno electo. Coincidimos en un par de reuniones sociales, empezamos a platicar mucho, sobre todo yo le platicaba porque mi tesis de licenciatura era Análisis Económico de la Criminalidad en la Ciudad de México y eso le pareció interesante. A dos semanas de que terminara la Administración del presidente Calderón, me dijo, ‘¿qué vas a hacer?’, pues, yo quisiera seguir siendo servidor público. Me dijo, ‘te invito a que trabajes conmigo’, le dije, ‘¿en qué?’. Respondió: ‘Desarrollo Económico’. Ahí hizo clic una cosa que yo ya venía pensando y tratando de trabajar; yo llevaba, hasta ese momento, más o menos 15 años trabajando en desarrollo social y salud, siempre en la parte social y yo creo que una buena red de protección social es fundamental para todo país, es decir, un sistema de salud universal, un sistema educativo, y compensaciones y apoyo para los más desprotegidos. Esa red de protección es insustituible, pero, a partir de ahí, Bibiana, la mejor política social es la política económica.

 

Belsasso: Yo voy a regresar a las preguntas personales, porque ésta es una entrevista Muy Personal.

 

Chertorivski Woldenberg: (Risas)

 

Belsasso: Conociste a tu novia en primaria, tu ahora esposa…

 

Chertorivski Woldenberg: Órale, ¿y eso?, ¿quién te dijo?… Sí.

 

Belsasso: ¿En un campamento se dio el flechazo o qué?

 

Chertorivski Woldenberg: Íbamos a una organización tipo Scouts, desde chiquititos, desde primaria y sí, la primera vez que fuimos novios fue como a los siete, ocho años, duró muy poco, porque me cortó.

 

Belsasso: ¿Por qué te cortó?, ¿qué hiciste?

 

Chertorivski Woldenberg: Pues, nada, según yo me porté rebien, le llevé hasta una muñeca de mi hermana el 14 de febrero… bueno, me cortó, pero no quité el dedo del renglón y después de 14 años ya anduvimos en serio y de ahí hasta que nos casamos.

 

Belsasso: ¿A los cuántos años se casaron?

 

Chertorivski Woldenberg: A los 24.

 

Belsasso: ¡Diez años de novios, es un chorro!

 

Chertorivski Woldenberg: Diez años de novios. Nos fuimos a estudiar juntos y sí, ahora llevamos ya 16 de casados, pues, ahora sí que…

 

Belsasso: ¿Cuántas niñas tienes?

 

Chertorivski Woldenberg: Tenemos dos hijas: Sofía, la grande y Victoria, dos niñas sensacionales, fantásticas… el amor de mi vida.

 

Belsasso: Salomón, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

 

Chertorivski Woldenberg: Mi tiempo libre lo empleo, realmente, en dos cosas. Uno, estar con mi familia, adoro a mis hijas y tengo poco tiempo con ellas, entonces el tiempo libre tiene que ser tiempo de calidad con ellas y con mi esposa y con mis amigos…la familia y los amigos. Y, por otro lado, leer, eso sí muchísimo, Bibiana.

 

Belsasso: ¿Qué te gusta leer? ¿Ahorita en qué estás?

 

Chertorivski Woldenberg: Ahorita estoy leyendo un libro que se llama en inglés, The Money Makers.

 

Belsasso: Los Hacedores de Dinero

 

Chertorivski Woldenberg: Es una historia de cómo —bueno, así lo plantea el autor— Roosevelt y Keynes salvaron la Gran Depresión. Es muy interesante . La estoy leyendo ahorita que estamos con esta lucha del salario mínimo y cómo las políticas de Roosevelt, que, en mucho, trata de explicar el autor las tomó por la admiración que le tuvo a Keynes, no que hayan estado tanto en contacto.

 

Estoy releyendo El Príncipe, de Maquiavelo, creo que en esta época de política hay que entrarle, también, y entender.

 

Belsasso: Por supuesto.

 

Chertorivski Woldenberg: Soy un lector de todo, Bibiana, desde Julio Verne a Mark Twain…

 

Belsasso: Nos queda poco tiempo, ¿el día más feliz de tu vida y el más triste?

 

Chertorivski Woldenberg: Ah, caray, yo creo que los días más felices de mi vida han sido cuando nacieron mis dos hijas… es un momento indescriptible, ¿no?, vaya, tú ves y sí te vienen sentimientos y sensaciones que no creías que existían. El momento más triste, creo que la muerte de mi abuela materna, fue muy sorpresiva, nunca quiso regresar a conocer Polonia, la casa de sus padres. Cuando regresa, enferma ahí y muere en Polonia. Mi abuela Woldenberg era cercana, querida, una presencia profundísima en mi día a día y creo que cuando me avisan que ya… fue un día tristísimo.

 

Belsasso: Complétame esta frase, Salomón Chertorivski es…

 

Chertorivski Woldenberg: Un mexicano orgulloso, apasionado y que le debe todo a este país.