¿Se quedan o se van?
¿Debe Reino Unido seguir siendo un miembro de la Unión Europea (UE) o debe abandonarla? Hoy se decidirá. Finalmente llegó el plazo para que los británicos acudan a las urnas a votar un referéndum sobre si esa nación debe seguir siendo, o no, parte de la Unión Europea.
Gran Bretaña sería el primer país miembro, mediante el referéndum, en tomar esa dirección y abandonar la unión política y económica a la que se integró desde hace 43 años como parte de su predecesora, la Comunidad Económica Europea, y se considera un duro golpe al proyecto de solidaridad de toda la región.
No es nueva la estrategia de los ingleses de separarse del resto de Europa. En el siglo XVI Enrique Octavo se desligó del Vaticano para conformar su propia Iglesia, la Anglicana, e instaurar el primer Estado absolutista moderno.
Pero hoy ¿cuáles han sido los principales temas de campaña, a favor y en contra del Brexit? La revista The Economist hizo un reporte especial en el cual explica los factores en pro y los adversos.
Costos por afiliación
Quedarse: La contribución anual del Reino Unido al presupuesto de la UE equivale a 340 libras esterlinas por hogar británico, mientras que las ganancias sobre esa contribución se aproximan a las 3 mil libras esterlinas, gracias a los beneficios comerciales y económicos originados por su relación con la UE.
Es decir, las ventajas de acceso al mercado único europeo son muy superiores a los costos de afiliación. La Unión Europea ofrece al Reino Unido un retorno sobre sus inversiones de 10 a 1.
Irse: El Reino Unido podría ahorrarse aproximadamente 350 millones de libras esterlinas semanales, destinados a mantener la maquinaria política en Bruselas, y en lugar de eso, podría invertirlos en otros asuntos prioritarios para el país, como en salud, educación, nueva industria e investigación científica.
Inmigración
Quedarse: La inmigración es buena para la economía. La salida de la UE no implicaría una reducción de la inmigración. Otros países que comercian con Reino Unido tienen mayores índices de inmigración, incluidos aquellos pertenecientes a la UE.
Irse: El Reino Unido frenaría el costoso y desmedido sistema que permite la libre entrada a los inmigrantes de la UE, lo que crearía más oportunidades de empleo para los trabajadores británicos. Recuperarían la decisión sobre a quién se le deja ingresar al país, tomando en cuenta las amenazas a la seguridad interna.
Economía y comercio
Quedarse: Aproximadamente el 45 por ciento de las exportaciones británicas tiene como destino la UE, la permanencia en el bloque fortalece su economía porque se evitan tarifas e impuestos de exportación.
Como miembro, Gran Bretaña se beneficia debido a la capacidad de comercio de toda la comunidad con otros 50 países.
De salir se perderán millones de puestos de trabajo, ya que muchas multinacionales trasladarían sus empresas hacia otros países miembros de la UE con costos más bajos, negociados por el volumen del bloque.
Irse: La UE ha sido un fracaso económico. El Reino Unido podría establecer nuevos acuerdos comerciales bajo sus propios términos con economías en expansión, como China, la India y Brasil.
Habrá más empleo cuando las compañías británicas se vean liberadas de los costos y la burocracia de la UE.
El comercio con los países de la UE continuaría, pero sin estar sujetos a la regulación fijada en Bruselas.
Influencia global y seguridad
Quedarse: En las cumbres internacionales Gran Bretaña tiene doble representación y, por ende, influencia, como nación individual y como miembro de la Unión.
Fuera de la UE, el Reino Unido se quedaría más aislado en el escenario global y, por tanto, perdería su poder en cuestiones de política antiterrorista, comercio y medio ambiente.
El trabajo en bloque brinda al Reino Unido mejores condiciones para hacer frente a las amenazas del exterior.
Irse: El Reino Unido tendrá una voz con más presencia individual. Fuera de la UE, continuaría siendo un actor clave en la OTAN y conservaría su puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU.
La presenncia de Gran Bretaña dentro de la UE es mínima. Como nación externa podría recuperar fuerza en organismos internacionales.
Pero si los resultados de las urnas hoy en Gran Bretaña son que salga de la UE, México va a sufrir algunas repercusiones. Se cree que generarían un fuerte impacto en el peso y por supuesto en otras monedas.
También se puede ver afectada la relación comercial entre México y la Unión Europea. Sólo en 2015, el 11 por ciento de las exportaciones mexicanas fue al Reino Unido.
Esta decisión también podría presionar para que se abandonara el tratado de libre comercio de América del Norte.
En unas horas más sabremos cómo se definirá el futuro económico de la capital financiera del mundo y las repercusiones que se darán en el resto del mundo.
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