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Sarampión en Disneylandia

Son al menos 85 las personas contagiadas de sarampión en un brote que inició en Disneylandia, de Anaheim, California, pero se espera que la cifra aumente. En ese parque de diversiones es donde apareció el paciente cero (así se le llama al primer paciente diagnosticado con la enfermedad).

El brote se dio entre el 17 y el 20 de diciembre. Unas fechas de altísima afluencia turística al parque. Y entre los casos está el de una niña mexicana, de 22 meses, que visitó el parque de diversiones del 16 al 18 de diciembre.

Contagiarse de este virus es sumamente fácil si no se está vacunado. Al respirar pequeñas gotas de saliva expulsadas por una persona enferma al hablar, toser o estornudar.

El periodo de incubación usualmente dura de cuatro a 12 días. Las personas infectadas pueden contagiar a otras desde la aparición de los primeros síntomas hasta los tres a cinco días después de la aparición del salpullido.

Paradójicamente ahora son los padres con mayor educación, y con mayores recursos, los más inclinados a no vacunar a sus hijos. A eso hay que agregar que muchas personas que fueron vacunadas hace más de cuatro décadas han ido perdiendo inmunidad. Según expertos de salud de California, se estima que una de cada 10 personas es susceptible de infectarse de sarampión.

En los últimos años se ha venido dando la creencia de que las vacunas contra el sarampión pudieran llegar a ser dañinas. Muchos incluso culparon a esas vacunas del autismo de sus hijos.

Incluso se hicieron campañas publicitarias para que los padres de familia no vacunaran a sus hijos.

La realidad es que el autismo no se detecta antes del año, que es cuando se debe aplicar la vacuna. Es falso que ésta pueda causar autismo. Un estudio de la Corporación Rand descubrió los efectos secundarios que produce y determinó que es segura.

La vacuna contra el sarampión en realidad es una de las más eficientes del mundo. Se replica al igual que el virus del sarampión, incitando al sistema inmune a producir anticuerpos.

Aunque ha habido casos en que personas vacunadas puedan infectarse, en la mayoría de los casos experimentan una reacción mínima ante el contagio.

Desde 1993 se estableció el compromiso de eliminar esta enfermedad en nuestro país. En el 2003 se apoyó la meta de eliminación ampliada de sarampión, rubéola y el síndrome de rubéola congénita y así se realizaron campañas de vacunación intensísimas.

Pero si esta enfermedad no se erradica en el mundo, podemos seguir teniendo casos aislados de contagio en nuestro país.

Este brote de sarampión no se debería presentar y mucho menos en una población en que la gente tiene educación y recursos. Es mucho más grave padecer de una enfermedad de este tipo que aplicar la vacuna y más cuando se han hecho tantos estudios para probar su eficacia sin riesgo.

 

bibibelsasso@hotmail.com
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