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No lo quisimos ver

César Camacho Quiroz, dirigente nacional del PRI, arremetió contra el ex presidente Felipe Calderón, a quien acusó de meter al país en una “guerra absurda de la que todavía no podemos salir.” Así lo dijo en el marco del foro Balance de las Reformas Transformadoras de la Fundación Colosio.

César Camacho se equivoca: el problema del narcotráfico mucho menos es una “guerra absurda”. Una guerra tiene comienzo y fin, tiene grandes héroes y villanos. El inicio del desafío del narcotráfico no ha tenido fin y su comienzo se remonta a hace muchos años, no a 2006.

Hace cuatro años participé junto con Jorge Fernández Menéndez en un documental titulado La batalla por México basado en el libro homónimo de Jorge, que narra la historia del narcotráfico en el país comenzando con el secuestro de Enrique Camarena y hasta los días de hegemonía del Chapo Guzmán. Allí se cuenta cómo en 1985, cuando faltaban pocos meses para que el terremoto devastara la ciudad de México y el país estaba inmerso en una crisis económica brutal heredada por José López Portillo, en Guadalajara empezaba una industria, la de la cocaína. Los campesinos que enviaban toneladas de mariguana a Estados Unidos descubrieron que era mucho más redituable el negocio de la cocaína.

El primer gran narcotraficante en México se llamó Miguel Ángel Félix Gallardo, y tenía dos poderosos lugartenientes: Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca. Contaba con protección de las autoridades y de altos mandos de la entonces Dirección Federal de Seguridad Pública.

En ese 1985 se dio el caso del secuestro y asesinato de Enrique Camarena, un agente norteamericano de la DEA, quien investigaba un rancho llamado El Búfalo, propiedad del narcotraficante Caro Quintero, donde estaba sembrada la mayor plantación de mariguana de la que se tiene memoria en México. Ese hecho marcó las relaciones de México con Estados Unidos en el tema del narcotráfico hasta el día de hoy. En la tortura y muerte de Camarena hay detenidos y acusados de todo nivel, desde algunas agencias estadounidenses, el ex presidente Luis Echeverría, cuyo cuñado cumplió, hasta morir, cadena perpetua en Estados Unidos, y funcionarios de alto nivel, incluyendo, dicen esas agencias, al entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, ahora lopezobradorista destacado. La relación entre autoridades y narcotraficantes no tuvo nada que envidiar a la que conocimos ahora con el caso Iguala. Y era 1985.

Cuenta el libro cómo en 1989 se llevó a cabo una reunión en Acapulco con los principales narcotraficantes de la época, organizada por el Azul Esparragoza, de donde surgieron tres grandes cárteles: el de Juárez, el de Tijuana y el del Golfo. Con todos sus conflictos y asesinatos, así quedaron divididos hasta hace muy poco tiempo.

En 1993 fue asesinado, en Guadalajara, el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Nadie sabe en verdad qué ocurrió, pero la visión oficial asegura que los Arellano Félix querían matar a Joaquín el Chapo Guzmán y confundieron su coche con el del cardenal. Más tarde, la muerte de Luis Donaldo Colosio y luego la de José Francisco Ruiz Massieu. En ambos casos con historias que pueden tener ligas con el crimen organizado.

Con los años han caído capos y surgido otros. Pero la violencia y la droga siempre han estado ahí. Al inicio del documental se lanza una pregunta: “¿cuándo se jodió México? Cuando dejamos de ver, cuando no quisimos escuchar. Cuando pensamos que México era el trampolín y Estados Unidos el mercado de las drogas”.

No se trata de buscar culpables ni de defender a nadie. Lo que se debe buscar es que tengamos conciencia de los problemas de seguridad que tenemos en el país. El presidente Peña lo sabe y ha dicho que presentará las reformas de seguridad que el país requiere. Declaraciones como las de Camacho no ayudan en nada para crear los consensos necesarios, menos aún cuando muchas de esas medidas fueron presentadas en el pasado y rechazadas por el PRI, por los propios personajes que Camacho critica tan duramente.

No podemos seguir siendo ciegos ante un problema que afecta todos los días la vida de los mexicanos.

 

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