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Niños psicópatas

 

Christopher Raymundo Márquez Mora desapareció la tarde del 14 de mayo y fue encontrado dos días después, semienterrado, en el cauce de un arroyo de la colonia Laderas de San Guillermo, en el municipio de Chihuahua.

Según su maestra de kínder, era un niño de seis años, brillante, elocuente, sano y sin faltas de conducta.

Fue privado de la vida por un “juego al secuestro” perpetrado por cinco adolescentes, todos ellos conocidos por él, incluso tres de ellos con lazos familiares cercanos.

Los padres de la víctima piden justicia a las autoridades y saben que la forma en que los cinco adolescentes asesinaron a su hijo, el encubrimiento del acto y la participación de éstos en la posterior búsqueda de Christopher no corresponden a la un juego que se salió de sus manos, como la autoridad asegura.

Rita Isela Alvarado, tía del menor asesinado, afirma que el homicidio no fue víctima de un juego de secuestro, porque al niño “lo ataron de pies y manos, lo sofocaron con un palo atado al cuello, le quitaron los ojos, le partieron el labio, le rebanaron el cachete y le dieron hasta 27 puñaladas en la espalda”, sostiene.

La Fiscalía General de Justicia del Estado dice que todo se trató de un juego en el que a los adolescentes se les pasó la mano. El dictamen es vergonzoso.

La misma fiscalía ha informado que dos menores de 15 años que participaron en el crimen serán juzgados penalmente. Los otros tres, de entre 11 y 13 años, serán puestos bajo tutela pública. De los cinco menores involucrados, dos son niñas de 13 años.

Vecinos de la colonia Laderas de San Guillermo denunciaron conductas irregulares de los cinco presuntos responsables del homicidio del niño. Aseguran que torturaban y mataban animales domésticos, robaban y ya habían sido detenidos.

También aseguran que este lamentable hecho pudo haber sido evitado de haber atendido antes la autoridad sus demandas.

Escuché esta mañana a Feggy Ostrosky, neuropsicóloga, profesora e investigadora de la UNAM, en una entrevista con Alejandro Cacho en la cual decía que los adolescentes que asesinaron a Christopher presentan una conducta de psicópata.

Feggy es especialista en el tema de las mentes criminales y hace un tiempo platicábamos justamente de la motivación que tienen ciertas personas de dañar a otras sin sentir remordimiento.

Me decía que las estadísticas demuestran que la gran mayoría de los delincuentes en las cárceles presenta ese trastorno de personalidad. En México hay más de 900 mil personas psicópatas y representan del 1 al 3% de la sociedad.

Por lo general son muy inteligentes, extremadamente verbales y asertivas. Además son seductoras, pero sobre todo experimentan una falta de arrepentimiento total y ausencia de sentimientos.

Existen muchas personas con esta patología que podrían estar interactuando con cualquiera de nosotros porque es díficil detectarlas.

La tecnología actual y el desarrollo de las neurociencias han permitido a los científicos llegar a estudiar algunos de los rincones más oscuros del cerebro para descifrar qué detona este comportamiento.

Ostrosky explica que hay pruebas que se realizan para examinar la actividad y el metabolismo cerebrales con técnicas encefalográficas.

Con éstas se puede diferenciar el cerebro de una persona normal del de un criminal. Las pruebas registran actividad eléctrica cerebral que demuestra cómo el cerebro trabaja con neurotransmisores. Cuando éstos no se regulan correctamente se generan comportamientos hiperviolentos.

El caso del asesinato de un niño de seis años, como es el de Christopher, es devastador. Pero que la fiscalía diga que fue un juego resulta aún peor. Que se apliquen estudios a estos niños victimarios y que tengan un seguimiento serio para que no vuelvan a atentar contra ninguna otra persona.

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