Mueren seis al día
Esta semana fue hallado otro cadáver en el Ajusco. Se trata de una joven de 23 años, destacada alumna de la Facultad de Química de la UNAM. Anayeli Bautista Tecpa tuvo una calificación tan notable en su examen de admisión que su logro fue publicado y reconocido por la máxima casa de estudios en su Gaceta.
Había sido secuestrada por un grupo que exigía un millón de pesos de rescate. Sus padres sólo pudieron entregar 100 mil y por eso sus captores le quitaron la vida. La investigación continúa abierta, pero, por la forma de operar, las autoridades no descartan que pudiera tratarse nuevamente de la banda de Los Camacho, la cual opera con total impunidad en la zona.
En estos días también desapareció en Uruapan, Michoacán, Casandra Bravo. Esta joven de apenas 19 años, que era enfermera, salió de su casa para cuidar a unos niños el 3 de diciembre. Tres días después su cuerpo lacerado fue hallado en condiciones escalofriantes. También sus redes sociales fueron borradas para que no se tuviera información de sus contactos.
La principal línea de investigación de la Procuraduría de Michoacán apunta a un crimen pasional, lo cierto es que no hay, hasta ahora, nadie detenido.
Ayer una joven estudiante del Politécnico apareció muerta, maniatada, en Iztapalapa, en el Distrito Federal. Aún no se saben las causas del crimen.
Éstas son sólo tres historias de las por lo menos dos mil 300 mujeres que han perdido la vida en estos últimos años.
Según datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, entre 2012 y 2013, en 30 distintas entidades federativas fueron asesinadas seis mujeres cada día y, de esos casos, por lo menos la mitad corresponde a feminicidios. El mayor número de víctimas se concentra en Guerrero, Chihuahua y el Estado de México.
De acuerdo con datos de Inegi, en el 2012 en este último estado, 372 niñas fueron asesinadas, la cifra más alta en los últimos 10 años en esa entidad, y no se ha reducido. Ahí el índice de violencia contra las mujeres es del 54.1 por ciento, superando la media nacional de 23 por ciento.
Los municipios que registraron la mayor cantidad de homicidios de mujeres han sido Juárez, Tijuana, Acapulco, Chihuahua, Ecatepec, Monterrey, Torreón, Culiacán y Nezahualcóyotl, además de la delegación Iztapalapa.
Actualmente, en 17 entidades es difícil o imposible acreditar que el asesinato de una mujer cometido con violencia de género es un feminicidio, debido a las condiciones que imponen los distintos códigos penales locales para calificarlo e investigarlo.
Apenas en 2011 fue que se empezó a establecer la tipificación penal del feminicidio, sin embargo en algunos estados las pruebas que se solicitan pueden llegar a ser ridículas.
Por ejemplo: en Quintana Roo se pide exhibir públicamente el cuerpo de la víctima para poder demostrar que hubo odio. En Michoacán se tiene que probar la intención del agresor para asesinar a la mujer. En Guerrero se debe comprobar que hubo violación, tratos crueles e inhumanos. Y en Yucatán el asesinato de una mujer es considerado crimen pasional. No se toma en cuenta el feminicidio.
Hemos visto mucha violencia en el país, pero contra las mujeres es cada día más grave. Tuvimos una historia terrible con las llamadas muertas de Juárez (que nunca fue completamente esclarecida), pero hoy ese fenómeno se replica en otros estados.
Mientras no estemos conscientes de lo que está sucediendo, habrá, día con día, cada vez más asesinatos de mujeres, causados por misoginia, sexismo o simplemente maldad.
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