“Mi padre era el mejor del mundo, pero también era el bandido más peligroso”: Un Café Con Juan Pablo Escobar
Juan Pablo Escobar, cambió su identidad —ahora se llama Sebastián Marroquín— para iniciar una nueva vida en Argentina, ya que como hijo de quien fuera líder del Cártel de Medellín, fue perseguido por las autoridades y los cárteles rivales, a tal grado que a sus 14 años su cabeza valía cuatro millones de dólares. En una charla con los periodistas Bibiana Belsasso y Jorge Fernández Menéndez para el programa Todo personal, habla de su reciente libro: Pablo Escobar, mi padre, en el que cuenta su historia.
Pregunta: Juan Pablo Escobar, acabas de publicar Pablo Escobar, mi padre (Editorial Planeta) donde platicas tu historia y relación con tu padre. ¿Cuál es el eje?
Respuesta: Es un reto para la vida misma el haber superado muchas historias, mucha violencia —tanto la que él generó, como la que recibimos a cambio— sin duda me ha dejado grandes enseñanzas, a su lado aprendí el camino que no hay que recorrer. Me han quedado muchos sinsabores por las tragedias que vivimos por la violencia que mi padre generó, pero, sin duda, también un gran amor por él, porque fue un padre muy bueno conmigo y siento un amor por él incondicional y no negociable.
Pregunta: Reflejas clarísimo en este libro esa personalidad dual de tu padre: una, lo que era con la familia, y la otra, el asesino criminal que toda Colombia y todo el mundo conocieron.
Respuesta: Sí, en efecto, tengo que convivir con esas dos realidades. Mi padre era el mejor padre del mundo y, también, el bandido más peligroso del siglo pasado.
Pregunta: ¿Cuándo te das cuenta de tu realidad, de ser hijo de un criminal?
Respuesta: Cuando yo tenía siete u ocho años y él me dice que es un bandido; eso es coincidente con la orden que da de asesinar al ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, en agosto del 84.
Pregunta : Cuando se asesina a Lara Bonilla se entra en un tobogán de violencia del que no se vuelve a salir.
Respuesta: Sin ninguna duda, el peor error que cometió mi padre fue haber querido ingresar a la política, después de que tuvo ese desafortunado paso por la política se empezaron a exponer públicamente sus actividades, eso lo enfrentó de manera determinante con el ministro de Justicia y fue lo que terminó ocasionándole la muerte.
Pregunta: Hasta antes de este asesinato vivías completamente tranquilo, podías salir, viajar dentro de Colombia, ¿cómo eran tus días, a pesar de que ya tu papá era un narcotraficante muy importante?
Respuesta: Sí, pero en ese momento no habían problemas de seguridad, mi padre era muy querido en Colombia por sus grandes contribuciones a las personas humildes, a los chicos que no tenían oportunidades de tener acceso a la salud, construía centros deportivos, era conocido como un hombre muy rico, muy poderoso. No se tenía muy claro el origen de su fortuna, pero en ese momento era querido y respetado por todos.
Pregunta: Y también estamos hablando de un mundo donde la cocaína, los efectos de la cocaína apenas empezaba.
Respuesta: Sí, el mundo era relativamente ingenuo para entender los alcances de este negocio,no estaba preparado, ni legal, ni físicamente, para enfrentar este problema y cuando mi padre les ofrece a las autoridades colombianas desmontar el negocio del narcotráfico dentro del país, dejaron pasar la única oportunidad que tuvo Colombia de darle un cierre a ese negocio.
Pregunta: ¿Cómo vives tú todo ese período hasta la muerte de tu padre?
Respuesta: Fue difícil abandonar toda una vida que llamábamos “normal” para nosotros: ir al colegio, despertarme y encontrar a mi papá y a mi mamá en la cama, en nuestra misma casa.
Pregunta: Tu mamá, jovencísima.
Respuesta: Sí, muy joven. Nuestra vida cambió con la muerte del ministro, literalmente, pasamos de tenerlo todo a no tener nada, a empezar a huir hacia Panamá, de la mano del general Noriega, después a Nicaragua. Pasé de ser un niño normal y de repente empezamos a huir como bandidos.
Pregunta: Tú estabas viendo, al mismo tiempo, todo lo que ocurría, ¿no?
Respuesta: Cuando tienes siete años no tienes la capacidad de cuestionar tantas cosas, sí ves la realidad, alguna noticia, entiendes que el ministro murió, pero no puedes vincular a tu padre con eso, estás pensando en tus juguetes, en lo que dejaste, en lo que extrañas y no en cómo hace tu papá para llevar la comida a la casa.
Pregunta: También dejas de estudiar, tenías una maestra particular a la que acaban matando, prácticamente estudias así.
Respuesta: Claro, eso fue con el paso del tiempo. Cuando abandonamos Colombia por el tema del ministro, en Panamá estuvimos un tiempo sin estudiar, después retomamos todas esas actividades con los permisos adecuados del Ministerio de Educación porque ya no podía por seguridad asistir a clases normalmente.
Pregunta: Hay un periodo de extrema violencia en Colombia generada en torno a tu padre, con muchos otros actores, que de alguna forma tiene un paréntesis cuando él se entrega, se construye aquella cárcel llamada La Catedral, se recluye ahí, ¿tú fuiste a visitarlo a La Catedral?
Respuesta: Sí, estuve más que visitándolo. Me quedaba temporadas ahí.
Pregunta: ¿Cómo te sentías ahí?
Respuesta: La Catedral era una finca de nuestra propiedad. Se armó toda una pantalla para hacer creer que era del Estado y mi padre termina financiando la totalidad de la construcción de su propia prisión.
Pregunta: También se percibe un poco, por lo que cuentas en la historia, que cuando tu papá está en la cárcel es cuando pueden volver a ser una familia “normal”. ¿Cuál fue la única época de tranquilidad que tuvieron después de la muerte de Galán?
Respuesta: Yo diría que sí, fue el único año de paz que pudimos sentir, no solamente nosotros sino el país también.
Pregunta: Y fue una manera de protegerse contra los rivales de tu padre, ¿no?
Respuesta: Para mi padre y para mí. Cuando la policía quería secuestrarme en Medellín, él me hacía subir a la cárcel a que me quedara a refugiarme ahí.
Pregunta: Tu padre se fuga e incia un año de persecución terrible, una caza de Escobar, intervienen los Servicios Secretos, la Policía de Estados Unidos, el Cártel de Cali.
Respuesta: Se unen todos bajo el mismo nombre de Los Pepes.
Pregunta: Me imagino que debe haber sido un año terrible para ustedes.
Respuesta: Sin duda, la muerte de gran cantidad de seres queridos, de amigos, de desapariciones forzadas, de torturas y de masacres, estimo que no menos de tres mil personas murieron por parte de estos grupos patrocinados por el Estado para perseguir a mi padre, sin contar las víctimas que mi padre le pudo sumar al conflicto.
Pregunta: ¿Cómo te enteras de la muerte de tu padre? Tienen hasta una llamada telefónica previa.
Respuesta: Sí, estaba hablando con él muchas veces antes de que lo encontraran, lo quise proteger. Tiré el teléfono varias veces para que no lo rastrearan.
Pregunta: ¿Qué edad tenías?
Respuesta: Tenía 16 años. Sabía que estaba rompiendo con su regla de oro de nunca utilizar el teléfono, me parecía muy extraño que pudiendo enviar a cualquier persona a que hiciera esos llamados para verificar el estado de la familia, los hubiera hecho de manera personal. Era evidente que quería ser detectado.
Pregunta: Quería despedirse también.
Respuesta: Se estaba despidiendo, sin duda, la excusa era una entrevista que estábamos haciendo para una revista nacional.
Pregunta: Has dicho muchas veces que tienes la seguridad de que no lo mataron, sino que acabó pegándose un tiro.
Respuesta: Es cierto eso. No es una conjetura mía es una información que dan los médicos forenses que realizaron la autopsia, sólo que fueron amenazados por la policía para que cambiaran el resultado final del informe. No le doy gran importancia al tema del suicidio, sí ocurrió, entiendo que para las autoridades era como otra derrota más que Pablo Escobar les aplicaba a ellos, pero, para mí está muerto, creo que el objetivo que ellos tenían se cumplió, no importa quién haya disparado. A mi padre nunca lo encontraban porque jamás utilizaba el teléfono, el día que lo utilizó, lo encontraron. Con plena conciencia de sus facultades mentales llamó para que lo detectaran y así nos liberaran, entregando su vida. Ése fue uno de los más grandes actos de amor de él por su familia.
Pregunta: Los liberan a ustedes, pero comienza un calvario, ¿qué sucede a partir de la muerte de tu padre, Pablo Escobar?
Respuesta: Comienza una muy fuerte presión de parte de las autoridades y de Los Pepes para quitarnos todos los bienes que habíamos heredado, con el fin de recuperar lo que habían invertido, vinieron a cobrarlo a punta de pistola y se lo llevaron íntegro. Más allá de que el dinero era mal habido, hoy lo veo como un favor que nos hicieron.
Pregunta: ¿Cuánto dinero era?
Respuesta: Estimo que debe ser cercano a los 200 millones de dólares, no esas cifras estrafalarias que inventa Forbes para vender más ejemplares de su revista.
Pregunta: Lo que más me impresiona de esta historia es la relación de tus papás, por lo que narras en el libro, es que si bien tu mamá lo atendía, lo trataba como si fuera su amor, su esposo; él no la dejaba involucrarse mucho y finalmente la que tiene que negociar, una vez muerto tu padre, con todos sus enemigos, es tu propia madre.
Respuesta: Sin duda, a mi mamá le tocó enfrentar una realidad que muchos pensaron que la iba a superar pero por suerte contó con un ingrediente adicional y es que los jefes del Cártel de Cali y muchos otros jefes mafiosos durante años la siguieron y sabían la clase de persona que era, que nunca le había pedido a mi padre que continuara con la violencia, sino que sus continuos deseos eran que terminara con la violencia.
Pregunta: También tenían la duda, los del Cártel de Cali, que tú quisieras tomar el lugar de tu papá.
Respuesta: Claro, estaban seguros de que iba a continuar con la historia de mi padre, un Pablo Escobar 2.0, porque tuve el infortunio de amenazar al país cuando mi padre muere. Una periodista me llama, me informa de la muerte de mi padre, nunca me anuncia que me está grabando y yo reacciono con violencia y digo, ‘pues yo los voy a matar a todos’. Y ella publica, sin autorización, esas declaraciones.
Pregunta: Y ¿cómo te conectan a ti, cómo te buscan, cómo te extorsionan los otros jefes, los de Los Pepes y la gente que quedó del Cártel de Medellín?
Respuesta: Estábamos siendo cuidados por ellos mismos. En el libro revelo que el Cártel de Cali tenía oficina en el mismo piso que el despacho del fiscal general de la Nación, eran casi una entidad paralela al Estado, se manejaban como si fueran una institución necesaria para la supervivencia del Estado mismo.
Pregunta: ¿Una vez terminada la persecución, sigue la sociedad entre ellos?
Respuesta: Siguió y lo que le trajo a Colombia fue mucha mayor violencia porque ahí despega el fenómeno del paramilitarismo. De 20 o 30 jefes paramilitares cada uno debe tener, ocho o diez mil muertes. Eso es resultado de esas alianzas macabras entre el Estado y los delincuentes, donde lo único a lo que se le da continuidad es a la impunidad que reina hasta hoy.
Pregunta: Nárranos un poco esta reunión en la que tu madre te lleva; sabías que igual y te mataban.
Respuesta: El Cártel de Cali siempre quería hablar personalmente conmigo. Fui a esa reunión a sabiendas de que me matarían, claramente hice mi testamento. Seguramente no iba a ser de un tiro de gracia, pero llega un punto en la vida en el que estás harto de ser perseguido por crímenes que no has cometido, no has tenido el tiempo ni de crecer, ni de cometer tu primer delito como para que desde los siete años te persigan por muchos delitos y llegas al hartazgo y dices: ‘si me van a matar que sea de una buena vez y terminamos con este asunto. Hice mi testamento y me fui para la reunión y llegué 24 horas antes de que me convocaran.
Pregunta: ¿Quiénes participan?
Respuesta: Miguel Rodríguez Orejuela, José Santacruz Londoño, alias Chepe, y Pacho Herrera.Faltaba Gilberto Rodríguez. La reunión es en Cali, en un edificio al lado de Caracol Televisión. Recibo una llamada en la que me indican que va a estar la familia de mi padre, se suponía que el único contacto del Cártel de Cali con el de Medellín era a través de mi madre. Me sorprendo porque empiezo a descubrir una traición, la familia de mi padre lo había vendido a los cárteles, con anterioridad a su muerte. Mi abuela vendió a mi padre y mi tío, su hermano mayor, todos ellos si hoy visten y hoy se toman un café es por cuenta de mi padre. Nunca trabajaron, nada de lo que tienen lo lograron por su propia cuenta.
Pregunta: ¿Qué sientes que tu abuela paterna te traicione de esa manera?
Respuesta: Terrible, imagínate ver a tu abuela paterna decir: ‘todavía no lo maten esperen a ver cómo nos vamos a repartir los bienes que él va a dejar’, estaba más pendiente del dinero que yo estaba por dejar. Yo me preguntaba: ‘¿a qué hora me van a matar y cómo?’ Se empieza a desvirtuar el tema central y empiezan ellos a decir, no, que las propiedades, que Pablo nos dijo que nos iba a dejar estos edificios y en realidad se los dejó a sus hijos. Miguel Rodríguez interviene y hace callar a mi abuela y le dice: ‘lo que Pablo decidió en vida que era para sus hijos va a ser para ellos’. Él es quien termina defendiéndonos, hoy, tengo mayor gratitud por los jefes del Cártel de Cali, archienemigos nuestros, que por mi propia familia, porque nos trataron con más decencia que nuestra familia.
Pregunta: ¿Y cómo termina la reunión?
Respuesta: Termina porque le digo a mi madre, acércate a Miguel, a Chepe y a Pacho qué es lo que van a hacer conmigo, si me van a matar, no perdamos tiempo. Mi madre se acerca y les dice, ‘vinimos a otro tema y nos encontramos con esta familia aquí’.
Pregunta: ¿Qué le dicen a tu mamá?
Respuesta: Le dicen, tráigalo para que vuelva a hablar con nosotros. Me acerco, el que comienza a hablarme es el Chepe Santacruz, me dice: ‘no, no se preocupe, a usted no le va a pasar nada, lo vamos a dejar vivir, eso sí, lo vamos a condenar a ser pobre, le vamos a quitar todo lo que nos gastamos, y más, persiguiendo a su padre y usted no puede quedar con dinero porque después viene y nos mata a todos. Les dije: ‘con que me dejen vivir yo ya estaba tranquilo’. Me dicen, también, ‘nunca se involucre en actividades ilegales, no se meta en el narcotráfico’. Yo les dije que no se preocuparan que nunca iba a ingresar en el narcotráfico porque lo consideraba una maldición.
Pregunta: ¿Después qué haces?
Respuesta: Me invitan a que me quede a vivir en Cali, eso me parecía ya una locura. Yo les digo, señores, no quiero quedarme en Colombia para estorbarles en ningún sentido, me quiero ir a educar, quiero escapar con mi familia, quiero vivir tranquilo, no quiero ningún tipo de lujos ni de privilegios.
Pregunta: Pero ningún país quería recibir a la familia de Pablo Escobar.
Respuesta: Yo les digo, ustedes mismos fueron los que más ayudaron con el Gobierno nacional y Estados Unidos a que el mundo entero nos bloqueara la salida del país.
Pregunta: Siendo un hombre de los más perseguidos, todavía con tu papá vivo, conoces una novia, te enamoras perdidamente de ella y se va contigo.
Respuesta: Sí, es una locura, ella es una especie de kamikaze, abandonó todo por mí, su familia, sus afectos, su universidad, también se cambió su identidad, es un amor que perdura y sobrevive.
Pregunta: Después de la reunión decides irte de Colombia, ¿cómo lo logras y cuál es el trayecto?
Respuesta: Encontramos que la única manera de poder recuperar el derecho a la vida y a la educación era cambiándonos de identidad porque las instancias diplomáticas estaban agotadas. El mundo seguía cerrándonos las puertas, el Vaticano, Cruz Roja Internacional, Naciones Unidas, todas las delegaciones diplomáticas que estaban en Bogotá, ninguna nos dio asilo, ni refugio, ni ninguna figura que les llame la atención o nombre.
Pregunta: ¿Cómo salen de Colombia?
Respuesta: Cambiamos de identidad, eso nos permite empezar a planear un viaje, en medio del cambio de la identidad, aparece un representante del gobierno de Mozambique ofreciéndonos refugio en ese país.
Pregunta: Te acepta Mozambique porque quiere que den una aportación fuerte de dinero al país.
Respuesta: Ayuda humanitaria a cambio de un millón de dólares, eso es lo que pedían para recibirnos. Nosotros aceptamos porque teníamos todavía los medios para pagarla les dimos 300 mil dólares. Viajamos allá, fue un gran recorrido en vehículo, antes de tomar un avión, primero salimos al Ecuador y de ahí hicimos escala en Lima, en Buenos Aires, en Ciudad del Cabo, en Johannesburgo y finalmente en Maputo, la capital.
Pregunta: ¿Y qué encuentras en Mozambique, en Maputo?
Respuesta: Encontramos una sociedad completamente devastada, una guerra civil que los consumió por 23 años ininterrumpidos, un hambre, una miseria que nunca había visto en mi vida, me sorprendió ver tantos bultos de comida de ayuda humanitaria en el aeropuerto de Maputo. Llegamos con dinero en el bolsillo pero no había comida para comprar en los supermercados.
Pregunta: ¿Y qué hacen?, ¿se van?
Respuesta: Nos fuimos a vivir 10 años y duramos cuatro días. Empiezo a averiguar universidades para educarme y me llevaron a la morgue, era la única universidad que había. Esto nos obligó a tomar la determinación de salir otra vez del país. Regresamos a Argentina porque en nuestro paso hacia África hicimos una escala de 24 horas y ahí salió una visa por tres meses de turismo, que se la dan a todos los turistas cuando pasan o entran al país. Logramos instalarnos en Argentina y así estamos allá hace 20 años.
Pregunta: En Argentina otra vez sufren nuevas traiciones.
Respuesta: Sí, duramos cinco años que logramos mantener el anonimato, yo ahí me eduqué, me hice diseñador industrial, me quedé de docente en la universidad donde estudié. Nadie sabía que era hijo de Pablo Escobar hasta que este contador nuestro, Juan Carlos Sacarías Lobos, se entera y comienza a extorsionarnos por eso, las dos o tres primeras veces le dimos algo, como ya no teníamos más dinero para darle, decidimos denunciarlo ante las autoridades y nos dejaron presos a nosotros.
Pregunta: Terminan en la cárcel un tiempo. Y, ¿qué sucede después?
Respuesta: Siete años después de procesos judiciales de toda índole, la Corte Suprema de Justicia argentina nos absuelve.
Pregunta: ¿Cuánto tiempo permanecen en el reclusorio?
Respuesta: A los dos años sale mi mamá.
Pregunta: ¿Desde entonces no han vuelto a tener problemas?
Respuesta: Espero que no porque ya nos han esculcado muchas veces y lo que quedó demostrado es que yo no tenía ningún vínculo con las actividades ilícitas de mi padre.
Pregunta: Una reflexión final, 25 años después.
Respuesta: No ha cambiado nada, en absoluto, en el tema de las drogas en el mundo, por más que nos han anunciado que mataron a mi papá o que se suicidó, que detuvieron a todos los del Cártel de Cali, a todos los del Cártel del Norte del Valle, a todos los de los cárteles de México. ¿Cuándo ha faltado droga en las calles?, nunca. ¿Cuándo ha subido su precio?, porque supuestamente vamos bien en la lucha contra las drogas, nunca, al contrario, todos los días aparecen sustancias nuevas, hay más corrupción, hay más venta de armas. La guerra se sigue exacerbando en contra de los latinoamericanos y en favor de los poderosos que la consumen, que la pagan bien.
Pregunta: ¿Qué haces el día de hoy para para poder disfrutar la vida?
Respuesta: Haber decidido enfrentar mi historia terminó por darme tranquilidad, claramente, y me dedicó a mi trabajo, en este momento es hablar de mi libro, pero también hacer conferencias para dejarle a los jóvenes un mensaje muy claro de las razones por las cuales yo no me convertí en Pablo Escobar 2.0. Yo no soy narco no porque le tenga miedo a la ley, sino porque conozco las consecuencias negativas de ese negocio sobre una familia y les muestro a los jóvenes cómo podría eso impactar negativamente en sus vidas.
Pregunta: ¿Qué te gusta leer?
Respuesta: Hay un libro que me gusta mucho que se llama Momentos estelares de la humanidad .
Pregunta: ¿Cuál ha sido el día más triste de tu vida?
Respuesta: El día que murió mi papá.
Pregunta: ¿El más feliz?
Respuesta: El día que nació mi hijo.
Pregunta: Complétame esta frase, Juan Pablo Escobar o Sebastián Marroquín es…
Respuesta: Pacifista.