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“México requiere la acción de la sociedad, de los empresarios”

Trabajar en la liberación de presos por delitos menores y que no tenían para pagar la fianza fortaleció su convicción de lo justo, asegura; la muerte del agente de EU, Jaime Zapata, fue un parteaguas, dice.

 

Manelich Castilla Craviotto se integró a la Policía Federal en 2009 y siete años después fue nombrado comisionado general de la Policía Federal.

BB: Tu familia es yucateca, ¿cómo fueron esos primeros años?

MC: Mi familia paterna es yucateca, nazco en Mérida y a los 11 días nos venimos a la Ciudad de México, pero toda mi infancia estuvo marcada por los tres viajes que entonces hacíamos a Yucatán en Semana Santa, en verano y en diciembre. Regresé a hacer los dos primeros años de secundaria y la mitad de tercero, por una necesidad que tenemos de volver se interrumpió mi estancia allá, pero es un estado que amo y a la fecha tengo muy buenos amigos.   BB: Empiezas a trabajar a los 13 años como periodista cubriendo un informe de gobierno.

MC: Un hermano de mi papá, un periodista de muchos años, Manuel Castilla Ramírez, que en aquella etapa era parte de la estructura del gobierno de Campeche, me dio la primera oportunidad. Me mandaba a grabar entrevistas, a usar el telefax y se hizo un trabajo formal, fue mi primer empleo. Al regresar seguí trabajando en la representación del gobierno y lo hice por muchos años en temas de comunicación. Tuve también la oportunidad de ser corresponsal de algunos medios y finalmente acabé haciendo la columna parlamentaria de un periódico que se llamaba La República y cubría la fuente legislativa.

BB: ¿Y cuándo decides que quieres cambiar de giro y estudiar derecho?

MC: Al cubrir la Cámara de Diputados. Había sesiones en las que me daban más ganas estar del otro lado y opinar desde lo que yo estaba estudiando, me empecé a involucrar más en el deseo de hacer aportaciones al ámbito legislativo, empecé por ahí mi vocación jurídica.

BB: ¿Nunca quisiste ser diputado o senador?

MC: No, nunca me pasó por la mente. Me gustaba platicar y comentar lo que sucedía ahí y sabía que quería ser abogado, siempre tuve la vocación que aprendí de mis padres de hacer el bien, teníamos en la familia gente que se dedicaba a ayudar…   BB: ¿Tus papás a qué se dedicaban?

MC: Mi padre acaba de recibir su reconocimiento de 40 años como docente del Politécnico Nacional, él es egresado de la ESCA, la Escuela Superior de Comercio y Administración. Mi mamá es trabajadora social, no ejerció. Trabajó en una etapa en Banobras y posteriormente se dedicó a sacar adelante el hogar, a vender ropa como muchas madres mexicanas…

 BB: Pero seguiste sus pasos porque eres maestro, fuiste maestro en el Inacipe…

MC: Con esta responsabilidad no he podido darme el espacio, pero es uno de mis sueños regresar pronto a las aulas. Me gusta mucho dar clases, lo disfruto muchísimo y sobre todo porque es la etapa en la que más tienes que estudiar y a mí me gusta estudiar, me gusta leer. Yo algún día aspiro a ser un buen maestro. Tengo grandes recuerdos de los que me han formado y a mí me gustaría algún día poder retribuir lo mucho que me enseñaron.   BB: Entre los grandes cambios que te ha dado la vida, un día ves que Fundación Telmex está otorgando mil becas para estudiar y se te ocurre aplicar…

MC: Sí, yo estaba buscando alternativas porque no teníamos una posición económica muy holgada y tenía la intención de estudiar en alguna universidad privada. Yo ya había desperdiciado una ocasión para estar en la UNAM por haber incumplido con los requisitos de permanencia del bachillerato de la UNAM…  No me presentaba a las clases de álgebra ni de física, me gustaba mucho más el teatro y aprender otras cosas de la vida en horas que estaban destinadas a estudiar y no me arrepiento… experimenté muchas cosas, pero fue particularmente revelador darme cuenta de que tenía unas buenas raíces y jamás traicioné los principios de mis padres. Y algo que tengo que agradecer es que desde muy pequeño siempre me dieron esa libertad…

BB: Te dan la beca,…ro llegas pensando que vas a hacer una entrevista…

MC: Me llamaron para decirme que había sido acreedor a la beca, pero no sabía qué seguía, entonces llegó una segunda llamada para que me presentara en una de las oficinas de Grupo Financiero Inbursa, en Palmas y llegué con mi grabadora pensando que iba a haber alguna rueda de prensa. Para mí, esa tarde cambió muchas cosas porque conocí a un hombre extraordinario, un empresario comprometido al que hay que escuchar, que tiene un amor enorme por el país sin muchos paralelos, que es el ingeniero Carlos Slim, pero además con un hombre tan sabio como don Fernando Benítez, que era una referencia obligada en mi tierra, entonces para mí ese momento marcó el inicio de una etapa en mi vida que a la fecha sigo disfrutando.

BB: Llegas ahí, empiezas a hacer la revista, pero te metes al tema de fundaciones y trabajas mucho con los que estaban presos porque no tenían una defensa.

 MC: Eso es parte de lo que conocí y se lo debo a esa etapa de trabajar en una fundación en donde se ve que hay un México que requiere atención no solamente del gobierno, sino que requiere acción de la sociedad, de los empresarios y uno de ellos era el tema penitenciario. Éste lo conocí en su faceta más cruda, a partir de la gente que estaba presa por falta de recursos, que al haber cometido delitos menores y tener el derecho a una fianza, no contaban con 5 mil, 7 mil, pesos para pagarlas y obtener su libertad, y lo que pasa con esa gente es que al paso de los meses se acaba contaminando y para mí era grandioso llegar a todos los penales del país a liberar personas en esa condición. De este modo se fortaleció más mi convicción de lo justo, del fenómeno criminológico, de lo penal y de la seguridad pública.    BB: Llegas un día al Inacipe donde estudiaste el posgrado y el excomisionado federal, Genaro García Luna, está buscando policías y dices, quiero ser policía, te empieza a llamar la atención un grupo élite en el que los iba a preparar, los acaban preparando en el FBI, en Colombia, en la policía de Canadá, y le dices al ingeniero Slim y a Elías Ayub, muy cercano a ti, me voy de policía.

 MC: Sí. Estaba dando clases cuando me mandó a llamar el director del Inacipe, Gerardo Laveaga, y me dice: “hay un proyecto muy importante en la Secretaría de Seguridad Pública para el que quieren abogados, académicos y habrá una reunión con el secretario”, nos presentamos decenas de personas, pero muchos se apartaron cuando se dieron cuenta de que no era para dar clases ni para litigar, sino para ser policías.   BB: Después de la preparación te vas como comisionado de la Policía Federal a San Luis Potosí.

MC: La primera responsabilidad que tuve fue ésa, me nombran coordinador estatal de San Luis Potosí, después de esta formación, y empezamos esta faceta en la vida policial, a conocer muchas de las cosas que no te dan en la formación, la crudeza de lo que es estar en la calle.   BB: Te dispararon, atentaron contra ti, y también está el caso de los agentes estadounidenses del ICE, a quienes sí mataron Los Zetas…

MC: Fueron tiempos muy duros y este lamentable incidente con el agente Jaime Zapata, que perdió la vida en las carreteras de San Luis Potosí, sí marcó un parteaguas en mi vida personal y profesional; hay un proceso abierto en Estados Unidos contra estas personas, no quisiera pronunciarme sobre las causas que llevaron a este suceso. Fueron tiempos muy duros y eso es lo que hay que valorar hoy, porque a pesar de muchas voces, a pesar de la crítica que se hace de la situación actual, creo que en nuestro país las corporaciones tienen condiciones mucho más sólidas…   BB: Pasa el tiempo y te vas a fundar la Gendarmería.

MC: Después de San Luis estoy un tiempo en el nivel central aprendiendo la operación de la División de Seguridad Regional y al cambio de gobierno recibo la posibilidad de ser titular de la División de Seguridad Regional y empieza esta nueva etapa. Después voy a Colombia como agregado y allí recibo la invitación para sumarme a la División de Gendarmería.   BB: ¿Y cuándo llegas como comisionado de la Policía Federal?

MC: A la salida del maestro Enrique Galindo Cevallos, quien me dio esa primera posibilidad de ejercer la titularidad de una división; él me llama y a su cambio, el señor Presidente y el señor secretario de Gobernación me dan la confianza.   BB: ¿Cuál ha sido el día más feliz de tu vida?

MC: Yo creo que el día que descubrí mi vocación, el día que tomé la primera decisión seria de lo que quería ser en la vida; recuerdo haber estado en los jardines donde estaba mi oficina en Chimalistac y alguien me decía que había que cerrar los ojos e imaginar, e hicimos un ejercicio en ese sentido y visualicé lo que quería hacer de mi vida, los retos que quería superar. Supe esa tarde que había mucho que hacer por este país.   BB: ¿Y el más triste?

MC: Yo creo que la muerte de un sobrino.

BB: A ver, complétame esta frase, Manelich Castilla es…

MC: Una persona que cree en la ética, en la justicia y en la felicidad.

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