Los narcocorridos antes de Kate
A principios de este mes, Harland Braun, abogado de Kate del Castillo, aseguró que el plan de la actriz para producir la película sobre la vida de Joaquín El Chapo Guzmán, continuará.
“Kate contará cómo pudo el capo levantarse de sus orígenes humildes hasta ser el narcotraficante que fue. Contará las cosas buenas y malas, lo hará de forma correcta, porque Joaquín Guzmán Loera es parte de la historia mexicana, como la mafia ha sido parte de la historia de Estados Unidos,” dijo el abogado.
Hace unos días, también se hizo público que Kate del Castillo se reunió con los hermanos Jorge y Hernán Hernández, de Los Tigres del Norte, tan sólo cuatro días antes de que se diera a conocer el vínculo de la actriz con Joaquín El Chapo Guzmán.
Jorge, líder de la banda, dijo que, en aquella reunión, Del Castillo les comentó que tenía un importante proyecto cinematográfico, mas no les mencionó de qué se trataba.
Hoy sabemos que la intención de la actriz es precisamente que la película que hará, la musicalicen los famosísimos Tigres del Norte. Éste no sería su primer narcocorrido para los músicos, la canción de “Jefe de jefes” se la hicieron a Amado Carrillo, El Señor de los Cielos.
En un reportaje que realizamos para el programa Todo Personal, junto con Jorge Fernández Menéndez, hicimos una investigación especial de la relación que existe entre cantantes famosos y narcotraficantes.
Hasta 50 mil dólares puede pagar un narcotraficante porque le compongan un corrido con el tema de su preferencia. Miles de historias se componen y difunden diariamente, cantando la vida y la muerte de narcotraficantes y delincuentes. Por los narcocorridos se hace dinero, se cimentan famas pero también se mata y se muere.
El narcocorrido es el género que más difusión y ventas tiene en nuestro país. Algunas autoridades lo han intentado impedir, como fue el caso en el 2011 del decreto del gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, quien decidió que en su tierra no se podían interpretar ni difundir éstos en bares, cantinas, ni ningún otro tipo de establecimientos públicos.
En 2013, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) revirtió la decisión del gobierno del estado de Sinaloa, de prohibir los narcocorridos, en bares, cantinas y centros nocturnos de la entidad.
Pero la historia de esta música viene de mucho más atrás. Fue el muy conocido Antonio Tony Aguilar, el primero en comenzar a cantar corridos inspirados en temas del narcotráfico, que comenzaba a asolar Sinaloa en los años 80. Desde entonces, ha habido un crecimiento explosivo de los narcocorridos y varios artistas han cimentado su fama en los mismos.
Y con la consolidación de los grupos del narcotráfico, cada uno de los grandes cárteles fue adoptando un intérprete como su preferido, generalmente porque eran oriundos de su zona de influencia.
Así, dos fueron los grandes protagonistas de esta historia. Los Tigres del Norte preferidos de Amado Carrillo Fuentes, El Señor de los Cielos para quien compusieron muchos temas, desde “Camelia la texana” hasta “La banda del carro rojo”. Pero sin duda el más conocido de todos, fue “Jefe de jefes”, dedicado a Amado Carrillo.
Y en el otro extremo de la frontera estaban los Tucanes de Tijuana, preferidos del Cártel de los Arellano Félix, quienes compusieron “El papá de los pollitos”.
El fanatismo de los cárteles fue de la mano con los enfrentamientos entre los distintos grupos y el género fue adoptando otras formas hasta convertirse en muchas ocasiones en un mecanismo publicitario de los propios grupos delincuenciales. Y con ello comenzó la violencia contra los propios intérpretes, que en ocasiones eran manejados por los narcotraficantes.
“Nuestro trabajo es componer corridos”, dijo el cantante de Explosión Norteña, Alberto Cervantes, “no somos policías para andar investigando de dónde viene el dinero”. Y acepta que por componer un narcocorrido se le pagan miles de dólares. Un ejemplo es el tema “El tiburón”, dedicado a uno de los principales sicarios de los Arellano Félix.
Meses después de esa declaración, Alberto Cervantes recibió varios disparos en la espalda, en su propio estudio de grabación en Tijuana.
Y no ha sido el único. Uno de los casos más sonados fue el de Valentín Elizalde, quien fue asesinado en Reynosa, Tamaulipas, en noviembre del 2006, al terminar su actuación en un palenque. Elizalde, que se decía simpatizante de Joaquín El Chapo Guzmán, comenzó y cerró su concierto con el tema titulado “A mis enemigos”, que utiliza el Cártel de Sinaloa para amenazar a Los Zetas.
Terminando la presentación, Elizalde fue recibido con una ráfaga de Ak 47 que acabó con su vida y la de su representante. Meses después fueron asesinados su hermano El flaco Elizalde y un sobrino, El Loco Elizalde. Semanas antes de la muerte de Elizalde, fue asesinado Trigo Figueroa, hijo de Joan Sebastian, en Hidalgo, Texas. Trigo Figueroa y Joan Sebastian también habían cantado en honor de El Chapo.
La canción “Tiro de gracia, fue el mayor éxito de Zayda Peña Arjona y paradójicamente de esa forma fue ejecutada, en Tamaulipas.
Y aunque las autoridades han tratado de prohibirlo, el género parece estar más vivo que nunca y se ha convertido en un instrumento de la guerra entre los propios cárteles del narcotráfico.
El narcotráfico termina siempre siendo un muy buen negocio para el espectáculo.
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