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Ley para todos

No es una casualidad que finalmente y luego de tantos años postergándose para mejor oportunidad, el Gobierno federal, el PRI y sus aliados en el Congreso estén decididos, ahora sí, a sacar la Ley de Seguridad Interior. Después de estar en la congeladora más de un año, el dictamen de ley fue avalado en la Cámara de Diputados el pasado 30 de noviembre, aunque no haya unanimidad: Morena, PRD, MC y la mayoría en el PAN están en contra. Así llegó este lunes a comisiones en el Senado de la República.

 

Y es que sin esa Ley de Seguridad Interior no se puede construir con una verdadera visión de futuro. Sin un cimiento sólido es muy complicado que militares y marinos se quieran seguir jugando la vida por la seguridad del país. ¿Cómo se puede pretender combatir al crimen organizado, que es el responsable directo de tanta violencia y muertes, si éste se siente más poderoso que las propias Fuerzas Armadas?

Desde el 2009 hasta mayo pasado, más de 412 mil militares han trabajado para controlar la seguridad en muchos estados de la República, en acuerdo con los gobiernos locales, y casi 500 han perdido la vida.

Se necesita un marco legal para darles a las Fuerzas Armadas, por un lado, seguridad jurídica, pero por el otro, una herramienta en la que también se establezcan responsabilidades.

La idea no es que se militarice al país, como muchos han dicho. Lo que se tiene que lograr es que las policías locales se fortalezcan para que los militares regresen a los cuarteles a las labores que siempre habían hecho, principalmente el apoyo a la sociedad en casos como el Plan DN-III.

Pero eso no se puede hacer hasta que no haya policías fuertes que enfrenten al crimen organizado. Y para ello, las fuerzas militares deben contar con un marco jurídico para poder realizar la labor que se les está exigiendo.

Son muchos los hechos violentos que se han dado en estos últimos años y que han requerido de presencia militar. Los criminales, aquéllos que han matado a decenas de personas, no pueden tener el camino libre para operar, y mucho menos tener amnistía. Se les tiene que combatir si no queremos que la seguridad de México se nos salga de las manos.

La Ley de Seguridad Interior tiene ya mucho tiempo que se ha estado trabajando. Incluso el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, rechazó que esa iniciativa esté hecha a modo para las Fuerzas Armadas.

En el marco de la conmemoración del 104 Aniversario del Día del Ejército, y frente al Presidente Enrique Peña Nieto, expresó: “No debe ser una ley a modo para las Fuerzas Armadas. Esperamos que fortalezca al Estado mexicano, que puntualice lo que a cada quien le corresponde hacer y que rinda cuentas. Que sea una ley que dé certeza jurídica a las autoridades, pero sobre todo a la sociedad”.

El secretario señaló que los gobiernos federal, estatales y municipales se deben responsabilizar de rendir cuentas: “A quienes por falta de información o tergiversación señalan que la iniciativa induce a la institucionalización de militares en seguridad pública, aclaramos que las Fuerzas Armadas creen, respetan e impulsan el Estado de derecho y la gobernabilidad”.

El inicio del debate para tener una Ley de Seguridad Interior viene desde el 2004, cuando se empezó a ver la necesidad de darle un marco jurídico a la actuación de las Fuerzas Armadas en materia de seguridad pública. Las propuestas se han ido modificando, pero sin duda es una ley importantísima.

En este periodo, la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados abrió un periodo de audiencias públicas para escuchar las opiniones en la materia, y posteriormente dictaminar el proyecto de Ley de Seguridad Interior.

Esta ley no está hecha al vapor. Se ha trabajado y mucho. Hoy más que nunca tenemos que fortalecer las instituciones para que éstas, a su vez, enfrenten al crimen organizado.

¿Del lado de quién estamos: de las víctimas o de los victimarios? 

Garantizan legalidad

Fue el 19 de febrero pasado, en el marco del Día del Ejército, cuando el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el general Salvador Cienfuegos, en presencia del Presidente de la República, defendió la Ley de Seguridad Interior, que en ese momento apenas estaba en discusión, y rechazó que la misma busque militarizar al país.

“Consideramos que la iniciativa que llegara a aprobarse debe contener un concepto multidimensional que involucre a todas las autoridades bajo los principios de legalidad, responsabilidad, respeto a los derechos humanos y gradualidad”, sostuvo.

 

Cienfuegos Zepeda añadió que la ley debe atender problemas graves que pongan en riesgo la vigencia del Estado de derecho y la permanencia de sus instituciones: “Es necesario insistir: la Ley de Seguridad Interior deberá atender problemas graves que pongan en riesgo la vigencia del estado de derecho y la permanencia de sus instituciones”.

Apenas el viernes, y ante la línea de la dirigencia del partido para que los senadores voten en contra, los autodenominados legisladores Rebeldes del PAN aseguraron que los cinco sufragarán a favor de la Ley de Seguridad Interior porque es “indispensable e impostergable”.

Jorge Luis Lavalle incluso sostuvo que la postura de la dirigencia para votar en contra es “una falta de solidaridad hacia los gobernadores, 12 de los cuales son emanados de nuestro partido”.

 

Recordó que en la pasada plenaria legislativa del PAN para definir su agenda, los mandatarios blanquiazules de Durango, Quintana Roo, Tamaulipas, Veracruz y Nayarit pidieron apoyar esa norma.