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“Las tecnologías han relajado la disciplina del escritor actual”: Un café con Federico Reyes Heroles

En una entrevista muy personal, Federico Reyes Heroles habla sobre sus inquietudes: la cultura, la tecnología y el amor. Explica cómo hemos dejado de activar la memoria con las nuevas herramientas y recuerda a su familia: las sobremesas con sus padres, las anécdotas de su abuelo revolucionario.

Bibiana Belsasso: No podemos hablar de ti, sin saber de dónde vienes.
Tienes un abuelo revolucionario.

Federico Reyes Heroles: Sí, ése es un personaje muy interesante, Federico González Garza.

Belsasso: ¿El papá de tu mamá?

Reyes Heroles: Sí, fue un maderista de hueso colorado. Fue Jefe del Departamento del Distrito Federal durante el gobierno de Madero, un hombre muy estudioso y buen abogado, lo sé porque dejó, era la costumbre, los pequeños folletos de los distintos casos que llevaba.

Él, cuando se dio el “golpe”, también tuvo que salir del país, vivió en Nueva York muchos años y allá tuvo, con su esposa, los primeros hijos, y luego regresó a México, te diría yo, un poco fastidiado de la política.

Belsasso: ¿Lo conociste?

Reyes Heroles: No, fíjate que mis cuatro abuelos murieron los primeros dos años de matrimonio de mis padres. Esa figura no la tengo, la del abuelo.

Belsasso: Pero tienes la figura de un padre que fue de todo, director de Petróleos Mexicanos, tuvo dos Secretarías a su cargo, ¿cómo fue tener un padre tan poderoso y tan importante en esa época en la que se ejercía el poder y se sabía llevar? ¿Y en la sobremesa, qué se platicaba?

Reyes Heroles: Es muy curioso porque en alguna ocasión un amigo me hizo notar algo que yo no había registrado, me dijo, ¿porqué hablas de Reyes Heroles y hablas de tu padre?, y yo no me di cuenta en qué momento empecé a hablar de Reyes Heroles, porque me di cuenta de que ese era un personaje público, que asumía responsabilidades públicas, que era una vida en paralelo a la del padre. El padre era un hombre cariñoso, un hombre que los domingos nos invitaba a Jesús, mi hermano y a mí a ir a La Puerta del Sol, que era de las pocas abarroterías que tenía, a veces, algún producto importado y entonces llegaba y gritaba, ¡conseguí una botella de vino español!

Hijo de inmigrante español y nieto de inmigrante español, un hombre muy querible en casa, muy atento, muy estudioso, todo mundo habla de los múltiples puestos que acumuló en su historia, lo que nunca dejó de ser, porque entraba y salía y lo corrían y lo volvían a correr y lo volvían a llamar…

Belsasso: Como es la política.

Reyes Heroles: Pero lo que nunca dejó de ser, fue un hombre muy estudioso y conforme pasan los años, uno voltea y dice: ¡qué barbaridad, era director de Petróleos Mexicanos y llegaba a escribir Mariano Otero!; era un hombre muy estudioso, realmente un intelectual que siempre tuvo esta dualidad, hay que ejercer las ideas.

Belsasso: Pero ya no se encuentran esa cultura y esas ideas en todos nuestros políticos, antes era otra cosa.

Reyes Heroles: Es especie en extinción. Sí, es un personaje central en mi vida, yo la verdad es que no me di cuenta de lo cercana que era nuestra relación hasta que murió, a los 63 años, cuando yo tenía 30. Nadie se puede llamar huérfano cuando tienes 30 años.

Belsasso: Pero ya te había inculcado ciertas cosas, platícame alguna sobremesa con tu padre, que deben de haber sido fantásticas.

Reyes Heroles: Por supuesto. Él tenía, digamos… si algo gozaba él, era precisamente tener buenas conversaciones. Una buena mesa era el mayor atractivo para Reyes Heroles.

Belsasso: Tu madre, también profesionista, en una época en la que era difícil.

Reyes Heroles: Fue la primera alumna de la Universidad Femenina, y contaba la historia de cómo llegó a inscribirse y de pronto le dijeron, ponga aquí su nombre, y dijo “oiga, aquí no hay nadie” no, es que usted es la primera. Y estudió Relaciones Internacionales y después estuvo en el Servicio Diplomático durante un buen tiempo, de vicecónsul en Nueva York, vivió ahí sola, para su época era realmente atípica.

Belsasso: ¿Y, cómo era para ustedes tener una mamá tan fuerte, tan inteligente, con una profesión?

Reyes Heroles: Es curioso porque en ese momento nosotros no nos dimos cuenta, yo por lo menos, no me di cuenta de que ser profesionista era algo atípico en las mujeres. Sin embargo, yo creo que para ella no fue fácil, porque una vez que se casó, empezó a alejarse del medio diplomático.

Belsasso: Y salieron hijos muy fuertes, tanto Jesús, tu hermano, como tú. Ustedes dos han sido exitosos en lo que han hecho. Entras a estudiar Filosofía, ¿no te decían, te vas a morir de hambre de filósofo?

Reyes Heroles: Primero le dije a mi padre que iba a estudiar Literatura y me dijo, ah, perfecto, muy bien, ¿y de qué vas a vivir? Y creo que fue un baño de realismo, porque me dijo, nosotros no tenemos patrimonio, familiarmente hablando, mi padre nunca se ocupó, no fue un hombre que le preocupara el asunto, incluso hubo un amigo que lo regañó y le dijo, ¡oye, Jesús, tienes tantos años y no ahorras!

Belsasso: Pero le invertía a sus estudios, ¿no?

Reyes Heroles: Sí claro, eso sí y la norma era: los libros yo te los pago, lo que sea cultura, yo te lo pago, pero yo no te pago frivolidades, es decir, si tú lo que quieres es ir a gastarte en un restaurante, eso va por tu cuenta.

Belsasso: Entonces buscas una carrera alterna para disfrutar la Filosofía y entonces tener algo de qué vivir.

Reyes Heroles: Lo primero que me dijeron en un diagnóstico fue: “usted debe estudiar Teología”, y eso sí, bueno, imagínate que le llegas al Gran Liberal del siglo XX y le dices voy a estudiar Teología, imposible, entonces terminé primero en Sociología y después en Ciencia Política, que en realidad era Filosofía Política.

Belsasso: Ahorita que dices, el Gran Liberal, desde sus épocas ya hablaba de una Revolución Educativa, que es lo que estamos viviendo actualmente.

Reyes Heroles: Fue profesor durante muchos años y es notable porque ya siendo servidor público, él daba clases a las siete de la mañana. Yo me acuerdo de mi padre, siendo director de Pemex o subdirector del IMSS, llegar en la noche, con horarios muy pesados como los que les conocemos a los servidores públicos y al día siguiente a las siete de la mañana ya estaba dando su clase.

Belsasso: Tú también has dado clases.

Reyes Heroles: Yo di más de dos décadas clases y todavía, cuando me invitan a dar algún tema que me acomode, después de escribir, es lo que más gozo.

Belsasso: ¿Y el amor al periodismo?

Reyes Heroles: Ésa fue una aventura muy extraña porque un día me habló Manuel Becerra Acosta, que acababa de leer un artículo mío, publicado en no sé qué revista, director del Uno más Uno a la sazón y me dijo, sin conocerme, de cero, me dijo, quiero que escriba usted en el Uno más Uno y yo ni lo conocía, entonces, ya había terminado de escribir mi primera novela, Ante los ojos de Desirée, que habla de un director de periódico y entonces llegué con el original y me dijo, quiero que escriba usted en el periódico una vez a la semana, y entonces le dije, oiga, perfecto, ¿sobre política internacional? (mi padre, no sé, no me acuerdo en qué puesto estaba en ese momento), y me dijo, no, de política nacional, quiero que hable usted de política nacional, porque el artículo que yo leí es sobre política nacional, entonces no me vaya usted a salir aquí con política internacional.

Entonces alternaba yo, entre política nacional y política internacional, y así empecé a escribir en el Uno más Uno hace 34 años.

Belsasso: Pero ahora es otra época, es otro mundo y precisamente Jorge Fernández platica muchísimo que en esa época, cuando ustedes empezaron a trabajar en el Uno más Uno, se hacía periodismo de verdad, porque además de todo no tenían las tecnologías de ahora.

Reyes Heroles: No, no te vayas a equivocar, eh, no había corrección. Yo entregaba en físico, como lo hemos platicado con Jorge, yo publicaba los sábados de tal manera que terminaba mi artículo el viernes por la tarde, por la noche y de ahí me iba, físicamente con Beatriz, a entregar el artículo a más tardar, no me acuerdo, nueve y media, diez de la noche, y de ahí nos íbamos a cenar a Los Guajolotes.

Todo esto que vemos ahora de las tecnologías que ya pareciera algo, digamos, normal, no lo era, había que hacer un esfuerzo incluso físico, si te equivocabas en el primer párrafo o en el último, tenías que volver a hacer la cuartilla y eso también te exige, yo lo comento mucho con mis alumnos, que a veces siento que las nuevas tecnologías han relajado la disciplina del escritor y del periodista.

Belsasso: Eso lo dices en Alterados, pero dices que hay que humanizar un poco las nuevas tecnologías, no estás peleado con estas nuevas tecnologías.

Reyes Heroles: No, para nada, tengo todos mis… iGeneration, como dirían.

Belsasso: A ver, ¿cómo se humaniza la tecnología?

Reyes Heroles: Yo creo que el gran reto, y hay bibliografía, yo ahora estoy escribiendo sobre eso, igual, digamos, un Alterados II, el gran reto es que los instrumentos sirvan al ser humano y no que el ser humano a los instrumentos. Yo, por ejemplo, no tengo ningún problema con Internet, pero sí tengo problema cuando ves que el Internet está desplazando las horas de lectura, de otro tipo de lectura, entonces hay autores que han medido cómo ese instrumento ha hecho que nos volvamos, por ejemplo, Nicholas Carr, en un libro muy bueno que se llama Superficiales, sabemos de la existencia de muchos materiales pero en pocos profundizamos.

Lo único que planteo es que no caigamos en la trampa de pensar que todo es un agregado, también puede haber suma cero.

Lo que se ha demostrado es que dejas de activar la memoria, cierto tipo de memoria. Yo no sé si sea buena o mala, pero lo que me parece que es muy irresponsable es eliminarla sin darnos cuenta, entonces, ¿queremos ese tipo de memoria o no?, este libro lo que muestra, por ejemplo, es que la gente, incluso las personas que viven del mundo de la Literatura, dejan de leer textos de más de 200 páginas, lo cual no deja de ser un poco preocupante. No es lo mismo escribir un artículo de mil caracteres, que uno de dos mil, uno de tres mil…

Belsasso: Es más difícil escribir en menos caracteres. A mí es lo que más trabajo me cuesta, no sé a ti.

Reyes Heroles: Sí, la poesía es de alguna manera el mayor reto. En una novela tú te puedes equivocar en una cuartilla, en dos, en tres, pero si en un poema tú te equivocas en un verso, hechas a perder el poema. La exigencia también de la brevedad es algo que debemos aprovechar, de nuevo, no es estar peleado con las tecnologías, es saber cómo mezclarla.

Belsasso: Vamos a entrar a tu nueva novela El Abecedario, que es una novela con muchos datos que tienen que ver contigo. Platícame, ¿cómo surge este Abecedario?

Reyes Heroles: Casualmente, el profesor da clases de Filosofía, es una persona que le gusta reflexionar sobre la vida.

Belsasso: El profesor se enamora profundamente, ¿tú te enamoraste profundamente?

Reyes Heroles: El profesor se enamora profundamente de una mujer linda, joven, preciosa, pero qué ocurre cuando llega el vacío, entonces viene la reinvención del amor, y sólo surge después de una depresión muy fuerte y después de que el individuo se da cuenta de que sin amor la vida pierde algún sentido.

Belsasso: ¿Por qué hablas mucho de depresiones en tus otras novelas?

Reyes Heroles: Sí, tengo síndromes y lo he vivido por distintas causas. Es un mundo que conozco bien, tan lo conozco bien que ya no me angustia.

En Abecedario, la historia termina con un dilema, ¿es más interesante una mujer joven que una mayor? Es algo como muy simple, es un lugar común decir que alguien que se queda solo se enamora de una mujer joven y por supuesto que las mujeres jóvenes…

Belsasso: No necesariamente, pero sí hay una pregunta que te quiero hacer, en El Abecedario dices que hay un antes y un después de los tibetanos, ¿te interesa la cultura tibetana?, ¿meditas?

Reyes Heroles: Yo sí creo que él entra en un proceso de introspección que lo lleva a los tibetanos, a los ejercicios tibetanos, que entre otras cosas, estimulan el erotismo, pero si tú ves al personaje, es un hombre que todo el tiempo está enamorado de la introspección.

Belsasso: A ver, con estas meditaciones y esta manera de buscar un momento de introspección, ¿se mejoran las relaciones sexuales?

Reyes Heroles: Ahí están los datos, no lo invento yo, los ejercicios tibetanos tienen efectos.

Belsasso: Vamos a tener a toda la gente leyendo de los tibetanos (risa). Quiero preguntar varias cosas rapidísimo. ¿Cómo va tu revista Este País?

Reyes Heroles: Bueno, mira, lo que más me enorgullece es que es una revista que va a cumplir un cuarto de siglo, es una revista que fue pionera en los estudios de opinión pública, que no es mi revista, yo tengo una acción de 360, es una revista que, de alguna manera, camina sola, hay un Consejo de Administración, es una institución cultural y yo voy a las reuniones del Consejo por gusto, porque aprendo mucho, pero logramos institucionalizarla y eso es algo raro en este país.

Belsasso: Y también estas festejando aniversario de Transparencia Mexicana, porque Federico Reyes Heroles fue el pionero en el corruptómetro.

Reyes Heroles: Pues al fin y al cabo nos invitaron, yo nunca me había dedicado a los estudios de corrupción, me seleccionaron de Berlín, eso me lo vinieron a decir varios años después y me dijeron, usted tiene que crear un capítulo de Transparencia Internacional en México, y contesté como el clásico “¿y, yo por qué?” y aquí me tienes, 16 años después, todavía involucrado, soy miembro del Consejo, por fortuna ya no presido el Consejo Rector, es una institución que tiene muchísimo trabajo, muy solicitada; por supuesto yo nunca cobré un centavo, sigo invirtiendo alrededor de un 40, 45 por ciento de mi tiempo laboral en cuestiones filantrópicas y me da mucho gusto que se hay convertido en un referente ético.

Belsasso: Complétame esta frase, Federico Reyes Heroles es…

Reyes Heroles: Un hombre bastante satisfecho con la vida.