Las diputadas arrebatan en Los Pinos
Salón López Mateos en la residencia oficial de Los Pinos. Es el acto para celebrar el Día Internacional de la Mujer.
El Presidente Enrique Peña convocó a decenas de mujeres de todos los ámbitos para dar su mensaje, para festejarlas y presentar distintas propuestas de género.
Había mujeres del ámbito de la política, de la ciencia, de la academia, así como indígenas y legisladoras.
Cosa extraña, pero precisamente por ser un día especial no había vallas ni excesivos controles. Tampoco parecían ser necesarios, todo estaba en calma.
Hasta que llegaron unas diputadas federales encabezadas por la diputada por Guerrero María Verónica Muñoz Parra (de blusa morada en la foto de la derecha).
Arrebataron lugares, rompieron con la ubicación asignada y a cualquiera que quisiera ponerlas en orden le decían que ellas son diputadas, que tienen fuero, que habían votado por las reformas de Peña y que si no las querían ahí se regresaban a San Lázaro.
“Diputada, es que ése es el lugar asignado a Eduardo Sánchez”, le dije. ¿Y quién es ése?, contestó la diputada Muñoz.
La diputada arranca el identificador con el nombre de Sánchez y pregunta a sus compinches: “¿Ustedes ven algún nombre? Pues no, entonces acá nos quedamos”. No sin antes haber dicho a los encargados de la logística que ellas querían estar adelante y que no se moverían.
Es la política del agandalle, lo que la gente detesta de los políticos, lo que hacen sólo algunos pero se adjudica a todos.
Son esas diputadas las que se presentan como las representantes del pueblo y no tienen respeto ni por las instituciones ni por su propia condición.
En fin, ahí se quedaron, fueron el motivo de bochorno de la celebración y no pararon de tomarse selfies.
Más tarde el Presidente Peña habló de programas, de políticas de género, de un mecanismo de educación a distancia organizado con instituciones educativas privadas para que las mujeres en general y las de la política en particular se puedan formar, preparar más, estar a la altura de los tiempos y los requerimientos actuales.
Fue un buen discurso, con buenas propuestas, pero una termina por preguntarse si no son las mujeres como las diputadas que arrebataron lugares y reclamaban fuero las que acaban por distorsionar la política y las posibilidades de tantas otras mujeres que hacen su mayor esfuerzo, compiten día con día por mejores condiciones para ellas y sus familias y lo hacen con esfuerzo, respeto y coherencia.
Por lo pronto habrá qué esperar que en otra ocasión, en otros momentos, se diluya ese sabor amargo. Las mujeres somos mucho más que las que dieron espectáculo en Los Pinos.
Hablando de mujeres. Una más, discutida, controvertida, pero sin duda una mujer de lucha, será, por lo menos provisionalmente, la coordinadora de los senadores del PRD Dolores Padierna, la esposa de René Bejarano, reemplazará por ahora a Miguel Barbosa, quien manifestó su decisión de ayoyar a Andrés Manuel como candidato a la Presidencia en el 2018.
Hay poco qué decir de Padierna. No deja de llamar la atención que, más allá de todas las diferencias que se pueden tener con Padierna, sus compañeros senadores, del PRD y de otros partidos, aseguran que es una mujer con la que se puede trabajar y ha aprendido a escuchar.
Ojalá así sea. En el pasado no siempre fue así.
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