La vida con cuentos
Este 2015 es el año dual de Reino Unido y México. Reino Unido nos mostrará parte de sus riquezas y nosotros promocionaremos allá algunas de las maravillas de México.
Habrá eventos para promover comercio e inversión y en el ámbito educativo se fortalecerá la colaboración. En el cultural tendremos, aquí, más de 70 eventos.
México fue el invitado de honor de la Feria del Libro de Londres, y Reino Unido lo será en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Los autores ingleses han marcado la historia, no podemos imaginar la literatura en el mundo sin la presencia de Geoffrey Chaucer o la genialidad de William Shakespeare.
Recientemente ha habido grandes fenómenos mediáticos con libros como Harry Potter o Las cincuenta sombras de Grey, que han vendido millones de ejemplares y generado ingresos inimaginables. Además, hay 20 títulos británicos que han sido incluidos en las listas de los 100 libros más vendidos de todos los tiempos.
Pero ¿se imagina la vida sin cuentos? Este género es hoy poco apreciado en el Reino Unido. Por eso jóvenes escritores han mostrado mucho interés en venir a nuestro país: dicen que aquí todavía se valora este género.
En días pasados dos cuentistas, Tania Hershman y Paul McVeigh, viajaron a nuestro territorio para intercambiar distintos puntos de vista con los escritores mexicanos de relatos cortos, como Mónica Lavín, Emiliano Monge, Antonio Ramos Revillas y Humberto Félix Berumen.
Ambos destacaron la importancia de rescatar el cuento corto como un género de expresión completo, ya que, dicen, actualmente en el Reino Unido existe un mayor interés por la publicación de la novela.
Tania Hershman, quien además es periodista científica y ha recibido varios galardones por su trabajo, reivindicó al “género que utiliza la palabra al máximo y que permite al autor la satisfacción de la producción literaria continua… bofetada en la cara, porque en pocas hojas deja al lector sorprendido sobre lo que puede transmitirle el texto”.
“Uno de sus grandes atributos es que obtienes la experiencia de terminar la obra, de verla completada… conozco novelistas que hablan de su pánico por no terminar una obra… y yo he terminado 150 historias, entonces sé que puedo concluirlas”.
La narradora expresó que hace 150 años había escritores que financiaban sus novelas con la producción de cuentos que se vendían muy bien y les permitían ganar una fortuna. “Algo cambió y no sé qué es; sin embargo, no creo que tenga que ver con la esencia del cuento corto”, indicó.
También platicamos con Paul McVeigh y nos dijo que acercar a los niños a la literatura con este tipo de narrativa es una buena oportunidad. “Creo que podría ser una opción por tratarse de textos de un tamaño que los niños pueden considerar manejable; sin embargo, hay muy pocos escritos para niños. Lo que hay son libros y ficción para niños que, aunque por su tamaño se consideren cortos, no cumplen con los parámetros del cuento corto”.
Mc Veigh citó que mucha gente pensaba que algunos escritores reconocidos habían comenzado con este tipo de relato como una especie de aprendizaje, y para no sentirse abrumados por la presión de una novela, pero la realidad es que el cuento es un género con caracerísticas propias.
¿Se puede imaginar la vida sin los cuentos de Gabriel García Márquez o Jorge Luis Borges, sin Juan Rulfo o Julio Cortázar? Esas historias, esos relatos breves, son de lo más enriquecedor. Qué bien que hayan venido a nuestro país jóvenes que quieren esribirlos.
Aquí hemos sido muy afortunados de tener cerca, aunque no todos mexicanos, a grandes cuentistas contemporáneos.
Ojalá nunca se dejen de escribir cuentos.
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