La señora de los penales
Han pasado casi tres meses desde que se fugó Joaquín El Chapo Guzmán y todavía no se tiene una visión clara de lo sucedido. Lo que sí pasó esta semana es que 13 funcionarios más, incluidos Celina Oseguera, exdirectora de prisiones federales, y Valentín Cárdenas Lerma, exdirector general del penal de El Altiplano, han sido detenidos.
Oseguera Parra es la persona de más alto rango aprehendida por esta evasión. Esta mujer ya había sido involucrada en actos de corrupción en distintos penales tanto de la Ciudad de México como federales cuando ella los administró.
Pero también fue quien alertó, durante la primera estadía de El Chapo en el penal de El Altiplano, que era un reo que se podía escapar y precisamente por eso fue trasladado al de Nayarit, de donde se fugó, pero cinco años después, cuando Oseguera ya no era la directora.
Cuando estuvo al frente de los reclusorios capitalinos, 400 internos murieron de 2008 a 2012. Ésta ha sido la cifra más alta de decesos en la historia de las cárceles bajo tutela del Gobierno del Distrito Federal. Por lo menos el 30 por ciento fue por muertes violentas: homicidios y los calificados oficialmente como suicidios. Sólo en 2011 hubo 109 muertes, 39 se identificaron como violentas; de éstas, 19 por “suicidio”.
También en septiembre de 2008 Raúl Ortiz González, El Azul, vinculado al secuestro de la hija de Nelson Vargas, huyó del hospital al cual había sido remitido para una evaluación médica.
En febrero de 2009 se descubrió que en el centro penitenciario de Santa Martha Acatitla habían dado facilidades para que Sandra Ávila Beltrán, conocida como La Reina del Pacífico, recibiera visitas de personas para que le aplicaran bótox.
También en 2009 Agustín Mauricio Sánchez Hernández se escabulló del Hospital Xoco, donde era atendido por un malestar abdominal, siete meses antes de cumplir su sentencia. A los pocos días fue reaprehendido.
Otro caso, que incluso derivó en una recomendación de la CDHDF, fue el tema de una red de autoridades y reos que obligaba a internas a prostituirse en las cárceles del Distrito Federal. Oseguera Parra declaró en su momento sobre el caso: “las que buscan ejercer esta actividad (sexoservicio) en un acto consentido”.
En octubre de 2011 Érick Hernández Camacho logró fugarse al conseguir cambiarse el uniforme por ropa que le entregaron dos personas. Estaba sentenciado a 125 años de prisión por robo calificado y homicidio.
Oseguera nuevamente estuvo bajo los reflectores cuando llegó a penales federales. En agosto de 2013 un tribunal federal ordenó la liberación de Rafael Caro Quintero, exlíder del Cártel de Guadalajara, del penal de Puente Grande. La PGR no pudo hacer nada para impedir su salida, pues en tan sólo tres horas se procesó todo el papeleo para que el asesino del agente de la DEA Enrique Kiki Camarena abandonara la cárcel y quien lo autorizó fue Celina Oseguera.
La historia de Celina Oseguera tiene muchos matices. De las acusaciones que se le hicieron no se le pudo criminalizar. Ha laborado en el sistema casi 30 años, tanto en prisiones estatales como en federales. Es alguien que intentó trabajar mucho por la igualdad de género durante su gestión. Un ejemplo: en el penal de Nayarit el pabellón de las mujeres está en condiciones infinitamente más precarias que el de los hombres. Oseguera hizo ajustes en ese lugar. También empezó a permitir que las féminas se peinaran como ellas quisieran (antes solamente podían utilizar una cola de caballo) y que se pudieran maquillar, para así elevar su autoestima.
Poco después de la segunda evasión de El Chapo, a ella le secuestraron a un familiar cercano.
Yo en lo particular no sé si Oseguera es culpable del escape de El Chapo, ha sido una mujer que ha desatado polémicas. Si lo es, por supuesto que debe ser castigada, pero también sería muy grave que se encarcelara a esta persona para poder tener a algún culpable de alto rango bajo las rejas.
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