La crisis del éxito del turismo
El turismo es y ha sido una palanca formidable de desarrollo en los últimos tiempos. Pero a veces hay que cuidarse del éxito que provoca. Muchos sitios recibiendo más visitantes de los que pueden acoger, y esto pone en riesgo los destinos cuyos habitantes ven un peligro en su calidad de vida.
Sin duda, la industria tiene una gran repercusión en el PIB de una nación. Los ingresos que se reciben por el turismo en muchos países son importantísimos, pero también se está generando un conflicto serio.
Las vacaciones de verano 2017 serán recordadas por el nacimiento de un nuevo concepto, la llamada “turismofobia”.
Durante las últimas semanas dicho fenómeno ha comenzado a ser consignado por la prensa europea debido a los crecientes actos violentos en ciudades como Barcelona, Ibiza o Venecia.
Existen organizaciones ciudadanas que realizan protestas abiertas, como pintar muros, ponchar llantas de autobuses turísticos y se manifiestan en las calles en contra del actual modelo turístico, al cual califican como “marcado por un modelo capitalista que concentra los beneficios en muy pocas manos y está provocando la destrucción del territorio”, según palabras de la organización juvenil anticapitalista catalana Arran.
Otro de los argumentos dados por los grupos en contra del turismo es:
“Aumenta los precios del alquiler hasta el punto de que nos expulsa de nuestros barrios, alejando a las personas de sus redes familiares y de apoyo”.
El fenómeno es un foco rojo para la Unión Europea debido a que en los últimos cinco años el turismo internacional ha crecido más de un 30 por ciento.
De cara a este periodo de vacaciones, las predicciones decían que las cifras de ganancias por el turismo romperían récords, pero el periódico inglés The Independent situó a Barcelona como uno de los ocho destinos que más odian a los turistas.
Las manifestaciones en contra del turismo en Cataluña han sido tan enfáticas que incluso el ministro de Turismo español, Álvaro Nadal, tuvo que salir a declarar que “no es tanto un fenómeno social como político”.
En Italia y Francia se viven situaciones parecidas y las autoridades también están tomando algunas medidas extremas, particularmente en ciudades como Venecia, Florencia, Roma y París.
En Roma, la alcaldesa, Virginia Raggi, quiere disminuir los 30 mil visitantes que diario visitan la Fontana de Trevi.
Una de las propuestas es imitar lo hecho en Venecia, en donde viven 50 mil personas y se reciben 30 millones de turistas al año, por lo que se instalaron contadores en la entrada a la ciudad por los tres puentes de acceso y en los muelles donde desembarcan los cruceros. De este modo, las autoridades están considerando limitar la cantidad de turistas.
Lugares en donde el exceso de turismo sin control está afectando, pero que también es una industria que en países como Italia y España representa más del 10 por ciento de su Producto Interno Bruto.
Otros sitios como Dubrovnik, en Croacia, instalaron cámaras de seguridad para que no permanezcan en su Ciudad Vieja más de 8 mil personas; en las islas tailandesas disminuyeron actividades turísticas e impusieron restricciones para no dañar su ecosistema.
El gobierno de Islandia también está tratando de hallar un sano equilibrio. En el país viven 330 mil personas, en 2010 recibió casi medio millón de visitantes, pero para el año pasado ya fueron 1.76 millones.
Debido a esto, el ministerio local ya planteó este año medidas para encarecer el precio de los alojamientos turísticos, a fin de limitar la llegada de visitas.
Aquí, en México, hay sitios como Holbox, que también están enfrentando una crisis por la falta de ordenamiento en el crecimiento turístico.
Poder viajar es uno de los más grandes privilegios de la vida. La industria del turismo representa millones de dólares que benefician a los distintos países. Pero es una responsabilidad enorme resguardar estos sitios.
Decía el autor italiano Salvatore Settis en su libro Si Venecia muere que es importantísimo preservarla no sólo para los venecianos, sino para toda la humanidad. “Mantener algunas ciudades históricas con su fisonomía original es de una relevancia crítica. En 200 años, nada les dará una mejor idea a los jóvenes de cómo funcionaba el mundo tiempo atrás”. Y esto se tiene que aplicar a muchos otros sitios.
El turismo es una mina de oro, una fuente de innumerables empleos, pero debe ser explotado con conciencia social y ecológica.
bibibelsasso@hotmail.com
Twitter: @bibianabelsasso