“Hay que hacer ajustes técnicos al sistema penal para evitar yerros”
El magistrado asegura que en la CDMX está funcionando; los jueces emiten fallos en función de las pruebas, señala.
El magistrado Álvaro Augusto Pérez Juárez tiene 28 años de carrera judicial y desde el pasado 17 de abril es el presidente del Tribunal de Justicia del Distrito Federal.
BB: Naces en Amecameca, eres producto de la escuela pública y hoy es el presidente del Tribunal de Justicia del Distrito Federal. Soy de las que creen que esa movilidad social que había hace unos años en México, que te tocó a ti, cada vez es más difícil.
APJ: No debería interpretarse como una complicación, porque ahora es más sencillo acceder a la educación… Yo nunca lo he visto como de escalar, sino la propia vida te va dando los avances que vas trabajando.
BB: En algún momento decidiste que te querías dedicar a la abogacía. Y llegas a estudiar a la Ciudad de México.
APJ: No; llegar a verme como abogado, sí, verme como licenciado en derecho, sí, en la Ciudad de México, bueno, hasta que termino la preparatoria vislumbro opciones y me voy a estudiar a la Iberoamericana.
BB: Cuando entras a este Tribunal es como secretario Proyectista de Sala, en donde dices que aprendes mucho. De los buenos abogados y también de los malos.
APJ: Ser Proyectista de Sala para mí es un trabajo espléndido, es una escuela y podría decir de manera figurada, es una beca porque haces lo que te gusta hacer, aprendes de todos, obviamente, de todos los abogados, porque los juzgadores van formando a los abogados, porque los abogados investigan, los abogados se las ingenian para obtener determinadas cosas, entonces aprendes de todos y aparte de eso, te pagan.
BB: ¿Cuánto tiempo estuviste?
APJ: Como 6 meses porque en aquel entonces se abre la oportunidad de un concurso de oposición, me inscribo y obtengo el cargo de juez y en su oportunidad fui el juez más joven del entonces Distrito Federal.
BB: ¿Te fue difícil ser juzgador?
APJ: Cuando eres juzgador tienes que ser muy objetivo, no tienes que tener ningún tipo de prejuicio, tienes que ser analítico, tener prudencia y en función de lo que a ti te allegan, en función de las pruebas que hay en el propio expediente y lo que determina el marco jurídico, el respeto irrestricto de los derechos humanos para dar vigencia a un Estado de derecho, es como resuelves.
BB: ¿Te llegó a pasar alguna noche que estuvieras leyendo expedientes que dijeras: “a ver, esto no me cuadra”, pero jurídicamente está muy bien sustentado?
APJ: Normalmente cuando llegas a ese punto lo que haces es que lo estudias más porque finalmente si tienes la convicción de que alguien tiene la razón seguramente así será. El derecho, como toda actividad humana, es sentido común y si el sentido común te dice que la situación va por un lado pues lo que tienes que hacer es buscar en dónde está realmente la falla, porque tiene que existir alguna falla…
BB: ¿Y qué haces cuando la ley no ampara ese sentido común?
APJ: La ley siempre te dará la razón, te permite que des la razón a quien la tiene, ¿por qué?, porque hay que recordar que actualmente es más sencillo, tienes todas las herramientas para inclusive inaplicar una norma que consideres que pudiera resultar violatoria o que es violatoria desde tu punto de vista de algún tratado o convenio internacional o algún tipo de norma, entonces la solución técnica siempre ha existido y, fíjate bien, siempre ha existido inclusive aun antes de la reforma constitucional de junio de 2011.
BB: Porque siendo juez lo que defines deja a la mitad de las partes que están involucradas en el proceso inconformes.
APJ: Y a veces las dos quedan inconformes, o sea, no es una labor sencilla, es una labor de tiempo completo y es una labor de una altísima responsabilidad, tienes la responsabilidad de dar a cada quien lo suyo, desde las pruebas con las que cuentas y eso te permite dar satisfacción en el servicio de impartición de justicia, y eso es una labor que muy pocos tienen, es un honor. Los tribunales, los poderes judiciales tienen como objeto la impartición de justicia que genera paz social.
Quiero dejar muy claro esto: debemos cambiar la forma de percibir la impartición de justicia, encontrar una de mayor armonía para solucionar las controversias, una forma alternativa, me refiero específicamente a la mediación, porque en la mediación no hay quien gana y quien pierde, ahí todos ganan y la solución no les viene impuesta por un tercero, la solución la construyen las partes.
Cuando eso no es posible para eso existen los tribunales, pero éstos no pueden seguir creciendo porque nunca va a haber presupuesto suficiente y, porque eso va a hacer ingobernable cualquier tipo de organización, es ingobernable si sigue crece y crece.
BB: Te quiero hacer unas preguntas de coyuntura. El Jefe de Gobierno ha dicho que el nuevo Sistema de Justicia Penal no está funcionando y que por eso ha habido muchos más delincuentes en la calle, ¿está funcionando o no?
APJ: Yo creo que está funcionando, pero debe sufrir ajustes, no podríamos decir que no funciona así de una manera tajante porque es un sistema de implementación. Este sistema, por ejemplo, en Chile lleva más de 15 años y todavía no termina la implementación. Como todo proceso es perfectible, tendrán que hacerse algunos ajustes técnicos para evitar en la medida de lo posible que se den algunos yerros.
BB: ¿Estamos teniendo más delincuentes en la calle ahora?
APJ: Bueno, hay que recordar que este nuevo Sistema Penal Acusatorio es un sistema que como cualquiera… aplica el principio de presunción de inocencia a cualquiera que se le impute algo, pues se le tiene que demostrar que es culpable.
BB: Se tiene que enseñar de distinta forma a los jueces, a los juzgadores con este nuevo sistema, ha sido muy difícil, ¿no?
APJ: El Tribunal se ha preocupado y se ha ocupado sobre todo en capacitarse, el Poder Judicial, su labor, su responsabilidad es el respeto al marco jurídico aplicable y a los derechos humanos. Un juzgador emite sus fallos en función de las pruebas que le aportan, si las pruebas que le aportan no demuestran culpabilidad tiene la obligación de dictar un fallo absolutorio.
BB: Eres un hombre de familia, llevas treinta y tantos años casado con tu esposa… tienes 3 hijos, ¿cómo les cuentas que vas a ser el presidente del Tribunal?
APJ: Bueno, pues les digo que es un anhelo que siempre tienes, el ir creciendo, el ir dando más, generando nuevas actividades y me gusta participar de la vida del Tribunal. Cuando se da la oportunidad para contender para la presidencia levanto la mano y encuentro eco en una amplia mayoría de mis compañeros magistrados.
BB: Te gusta volar helicópteros a control remoto.
APJ: Sí, a radiocontrol, sí, ése podría decir que es mi pasatiempo, pero me gustan muchas cosas, me gusta caminar en el Bosque de Chapultepec, ir al cine, me gusta escuchar música, me gusta bailar, no sé bailar bien, pero cómo me divierto…
BB: Te encanta la música clásica, ¿se la pones a tus nietos?
APJ: Sí, sí me encanta, me gusta la música clásica, sí se las pongo, pero en general me gusta toda la música, dependiendo el momento, el lugar, dependiendo tu actividad, dependiendo la compañía.
BB: Has tenido que renunciar a cosas que te dan mucho placer personal como ir al Bosque de Chapultepec a caminar desde que estás al frente de este Tribunal.
APJ: Sí, efectivamente, ya no lo hago, me gusta mucho estar con mis nietos, ya no hay tiempo, hay responsabilidades y pues la responsabilidad la asumes con todo y el compromiso que ello indica, pero te debo decir, para mí esta función es fascinante es un honor enorme.
BB: ¿En dónde te ves en unos 10 años?
APJ: Pues yo quisiera seguir sirviendo en la carrera de impartición de justicia y si se puede en un nivel aún mayor de responsabilidad, es como me gustaría verme.
BB:¿Cuál ha sido el día más feliz de tu vida?
APJ: Pues creo que cuando fui padre, el día que fui abuelo, cuando me caso… Yo creo que son muchos días felices.
BB: ¿El más triste?
APJ: Cuando muere mi padre.
BB: A ver, Álvaro Augusto Pérez es…
APJ: Es una persona común y corriente.
A partir del lunes esta columna toma un descanso y retorna el 7 de julio.
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