Back

Fobaproa, una cortina de humo

Hace unas semanas el expresidente Ernesto Zedillo publicó un artículo donde dice que con la nueva reforma judicial, el Gobierno de Morena está acabando con la democracia en México, una libertad que tomó años construir en nuestro país.

“Habiendo accedido al poder gracias a la democracia que, al cabo de muchas luchas, alcanzamos los mexicanos, López Obrador y su partido se han empeñado —y mucho han avanzado— en destruirla. De no corregirse, esta infamia tendrá terribles consecuencias para el presente y futuro del país. No sólo cancelará oportunidades de desarrollo sino la libertad y los derechos fundamentales de los mexicanos”.

El expresidente Zedillo, desde que terminó su mandato en el año 2000, se había dedicado a trabajar de manera discreta, sin hacer declaraciones públicas y enfocado a sus asesorías y trabajo en la academia. Ante el riesgo que representa esta reforma judicial, en donde se espera muy poca participación ciudadana, el partido en el poder puede movilizar a su gente.

Ante esta circunstancia, Ernesto Zedillo decidió romper su silencio.

“La actual desventura de México me forzó a cambiar la decisión tomada, desde que concluí mi responsabilidad como presidente, de abstenerme de comentar públicamente los acontecimientos políticos de la nación. Lo hice justamente el día que López Obrador —en un 15 de septiembre, burlonamente, y con la presidenta electa a su lado— firmó la promulgación de la reforma a la Constitución, para destruir la independencia y el profesionalismo del Poder Judicial mexicano, a la que han seguido otras que completarán la tarea de demoler nuestra joven democracia.

“La indignación que siento frente a esta realidad sería idéntica bajo cualquier circunstancia, pero el hecho de que por mandato de los mexicanos haya sido yo parte de la construcción de la democracia hoy asediada, me obligó a romper mi silencio para denunciar este histórico atropello”.

La realidad es que este escrito no cayó nada bien en Palacio Nacional, e inmediatamente se respondió al expresidente de México.

Desde Palacio Nacional se dio a conocer un documental y se acusó que en el sexenio de Zedillo se aprobó el rescate del sector bancario con dinero público, y se logró con el apoyo legislativo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN), el cual calificó como el “saqueo más grande a las arcas mexicanas”.

En esta presentación se les olvidó recordar que actuales integrantes del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) votaron para legalizar ese Fobaproa que tanto se critica hoy. Ahí estuvo Ignacio Mier, quien en ese entonces militaba en el PRI y hoy es el vicecoordinador de los senadores de Morena.

Otro fue Miguel Ángel Navarro, actual gobernador de Morena en Nayarit, quien militó en el PRI desde 1976 hasta que renunció en 2005 para sumarse al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y para 2014 que se pasó a Morena.

De 1988 a 1994 Patricia Armendáriz fue asistente del titular de la Secretaría de Hacienda y vicepresidenta de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), por lo que estuvo al frente de la institución durante la crisis de 1994-1995 que llevó al gobierno de Ernesto Zedillo al rescate bancario. Hoy Patricia Armendáriz es diputada federal de Morena y en las votaciones electorales de 2024, buscó la gubernatura de Chiapas.

Y también está en las filas de Morena Javier Corral, quien actualmente es senador, antes fue gobernador de Chihuahua y cuando fue legislador del PAN en los años 90 votó en favor del Fobaproa.

En agosto de 2024, Claudia Sheinbaum nombró a Arturo Zaldívar como el coordinador general de Política y Gobierno de la Presidencia de la República, quien le reporta directamente y cuya oficina se encuentra en Palacio Nacional. Pero en los años 90, cuando se aprobó el Fobaproa, el ministro en retiro fue abogado de los bancos que reclamaban ser incluidos en el rescate.

Vayamos a la hemeroteca, para hacer memoria.

En la Gaceta Parlamentaria de la Cámara de Diputados del 11 de diciembre de 1998 consta que se aprobó la reforma para transformar el Fobaproa en el Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB). En esa sesión legislativa se aprobó la reforma con 326 votos a favor de diputados del PRI y del PAN, mientras 158 lo hicieron en contra: 124 legisladores del PRD, 11 del blanquiazul, seis del PT, cinco del PVEM, incluido El Niño Verde, y cinco independientes, entre ellos, el actual secretario de Economía y extitular de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

Esta información no se dio en la “conferencia del pueblo” de la semana pasada. Se omitieron muchos de esos políticos y se enfocaron en otros nombres, algunos que ni siquiera fueron beneficiados por este programa de rescate bancario.

Zedillo ha dicho que sin ese rescate financiero, miles de personas que tenían dinero ahorrado en los bancos lo hubieran perdido todo y que los empresarios, muchos de ellos, hubieran quebrado.

¿Qué haría la Presidenta Sheinbaum ante una situación así?, cuestionó el exmandatario.

Lo que pide Zedillo es que no se trate de crear una cortina de humo, desprestigiándolo, para ocultar la decisión de ir a una elección judicial.

“Al ocuparse de la actuación de un Gobierno de hace más de un cuarto de siglo, que profusamente ha sido revisado, estudiado, criticado, incluso calumniado —por individuos como López Obrador— y hasta elogiado por otros, la Presidenta trata de distraer la atención ciudadana de los mexicanos para que no se percaten de los daños causados por las obras inútiles y acciones del Gobierno anterior. Lo más grave, sin embargo, es la ‘transformación’ de nuestra democracia en un régimen despótico de partido hegemónico, trágico cambio ya inscrito en la Constitución del país mediante un conjunto de fraudes y abusos a la propia Carta Magna. La Presidenta Sheinbaum fue electa gracias a la democracia. Su obligación debiera ser defender esa democracia, de ninguna manera contribuir a su destrucción”.

En su nuevo escrito, Zedillo calificó de “inútiles” las principales obras de infraestructura de AMLO y propuso crear una auditoría internacional e independiente para revisar costos y resultados de proyectos como la Refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco, el Tren Maya, y la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco. Es mucho más dinero que lo acordado en el Fobaproa.

El tema que más le preocupa al expresidente Zedillo es la reforma judicial, que ya había criticado anteriormente en un artículo publicado en The Washington Post. Zedillo ha alertado que estas reformas amenazaban con “desmantelar la democracia mexicana” y devolver al país a una era autoritaria de partido único.

Lo cierto es que hasta ahora la relación entre Zedillo y López Obrador y Morena había sido muy respetuosa. Recordemos que fue Zedillo, quien le dio la posibilidad a López Obrador, siendo presidente, para que pudiera contender en la elección para Jefe de Gobierno en el año 2000, cuando no tenía la residencia, poco antes había buscado la candidatura a gobernador en Tabasco.