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“En mi generación, el ITAM ayudó a estabilizar al país”: Un café con Virgilio Andrade

Virgilio Andrade Martínez, secretario de la Función Pública, comparte en entrevista que toda su formación y disciplina se la debe a sus abuelos, quienes participaron en el Programa de Alfabetización que impulsó José Vasconcelos. Cuenta que gracias a su abuela materna desde los cinco años no se pierde ningún informe presidencial, de ahí surgió su “afición natural de ciertos temas sobre cómo era un gobierno”. También asegura que otro de sus aprendizajes proviene del ITAM, donde estudió en 1985, una institución que introdujo nuevo material académico “necesario en el gobierno para resolver los problemas económicos”.

Bibiana Belsasso: Naces poco antes de esta gran masacre del Movimiento del 68, justo en Tlatelolco. ¿Cómo viviste esos primeros años?

Virgilio Andrade Martínez: Nací el sábado 23 de diciembre del 67. Primero vivimos en la calle Benjamín Franklin, en la colonia Escandón, y después, en abril del 68, en Tlatelolco.

El edificio Presidente Juárez era igualito al Nuevo León y al Chihuahua en términos de estructura —esto es importante porque va dejando huella en muchos sentidos— y la vista era directa a la Plaza de las Tres Culturas.

Dejó huella porque, a pesar de que yo tenía nueve o diez meses, años después estaba viva toda esa situación, por las pintas que había en las bardas, en los barandales, en la propia Plaza que siempre guardó un silencio imponente.

Belsasso: Me imagino que muchos de tus vecinos ya más grandes, platicaban del tema constantemente.

Andrade: Los familiares y los vecinos platicaban que desde el Casco de Santo Tomás llegaban los estudiantes del Politécnico. Los de la Universidad lo vieron como un espacio adecuado a unos cuantos días de los Juegos Olímpicos. El asunto es que la intervención policiaca y del ejército, empezó desde unos 15 días antes; incluso lanzamientos de gas lacrimógeno y demás. Voces, amenazas y temores manifestados en las madrugadas previas al miércoles 2 de octubre del 68, entre las 5:30 de la tarde y las dos de la mañana.

Belsasso: Esto te tuvo que haber marcado mucho porque vienes de una familia donde tus abuelos fueron maestros. ¿Cómo eran tus abuelos?

Andrade: Mis abuelos participaron en el Programa de Alfabetización que impulsó el secretario Vasconcelos en una primera fase. Ellos son de una generación que vivió la Revolución, y por lo tanto muy disciplinados desde el momento en que te tenías que levantar, muy programados, muy ordenados en el comer y en la higiene, aspectos que luego se nos olvidan, y es lo que me marcó. Y por supuesto, su vocación pública desde el magisterio —dieron clases más de 40 años— porque después heredaron sus conocimientos y su entusiasmo por la enseñanza a nosotros, sus nietos.

Belsasso: Dices que eran muy disciplinados y por ahí me cuentan que tú duermes poquísimo y comes poquísimo.

Andrade: Trato de ser cuidadoso con lo que como, realmente esa es una disciplina que he tenido desde hace casi 30 años. Simplemente soy disciplinado y desde niño tenía la costumbre de comer moderado.

Y la razón de dormir poco es porque tengo la obstinación, por llamarle de alguna manera, de terminar los pendientes que siempre hay, no solamente en la vida profesional sino en la personal, duermo cuatro o cinco horas, es más o menos el promedio.

Belsasso: De tus abuelos, ¿con quién tuviste más contacto?

Andrade: Con los tres, a mi abuelo materno no lo conocí. Mi abuela materna vivía en otra unidad habitacional en la Jardín Balbuena, entonces la veía muy seguido, casi cada semana.

Las hermanas de mi mamá fueron parte importante de mi formación. Ellas siempre trabajaron en el gobierno, por lo tanto siempre he entendido lo que es estar ahí.

Mis abuelos paternos vivían en Orizaba, Veracruz. Convivía con ellos menos, pero era muy intenso por el tipo de disciplina que tenían, conocimiento de la Historia y ese tipo de cosas, ese tipo de hábitos o de prácticas.

Belsasso: Desde los 11 años ya estabas en los informes presidenciales, ¿cómo los aguantabas, eran eternos?

Andrade: Fue justamente por una práctica de mi abuela materna. El primero que vi fue en 1973, de hecho tenía cinco años. Recuerdo que se trasmitió un sábado y pues llamaba la atención que estuviera un presidente hablando tanto tiempo. La cultura presidencial si marcó el siglo XX mexicano, entonces era un referente público permanente, además enfatizado por las cadenas nacionales.

Que te pongan una cadena nacional a cada rato te va metiendo información. Y luego la afición natural de ciertos temas sobre cómo era un gobierno o de cómo se va comportando un presidente. Sí, desde el 73 no he dejado de ver un solo informe de gobierno. Eso sí es real.

Belsasso: Estudias en el ITAM, en una generación muy exitosa.

Andrade: Sí, mis amigos que han tenido éxito.

Belsasso: De todos los partidos, de todos los colores. Estamos hablando desde el presidente de Aeroméxico, los secretarios de Gobernación y de Relaciones Exteriores, ¿cómo fue esta generación?

Andrade: Entré al ITAM en 1985. Ahí se formó el exsecretario de Hacienda, Gustavo Petricioli, el que era gobernador del Banco de México a principios de los 80 y que repitió durante la presidencia de Salinas; Mancera, también se formó en el ITAM.

El ITAM introdujo nuevo material académico que fue necesario en el gobierno para resolver los problemas económicos de la crisis, particularmente la del 82. Después para estabilizar al país a finales del 88. Esta demanda que tenía el gobierno por funcionarios, más bien por egresados universitarios, con esta formación fue lo que hizo que el ITAM tuviera más relevancia.

Belssaso: Terminando el ITAM haces una maestría en Políticas Públicas en Nueva York.

Andrade: A la Universidad de Columbia en Nueva York, muchos de mis amigos también salieron de ahí. Entré en 1985, de esa generación es el hoy embajador ante la OCDE, Dionisio Pérez-Jácome, quien fue secretario de Comunicaciones y Transportes. Después entraron, en 1987, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y también el canciller, José Antonio Meade.

Más tarde, empezaron a entrar otros que hoy también están destacando o han destacado en el sector público, como el anterior secretario de Gobernación, Alejandro Poiré.

Sí, podemos mencionar a varios, y es porque tienen una vocación natural para resolver problemas y siempre se entusiasmaron por el sector público y varios de ellos decidieron combinar su formación del ITAM con la UNAM, para efecto de tener el mayor espectro de visión, en términos académicos, y eso es importante destacarlo.

Belsasso: ¿Trabajaste el tiempo que estuviste en el ITAM?, porque muchos de tus compañeros iban primero al ITAM y en la tarde estudiaban Derecho en la UNAM.

Andrade: Yo entré en 1985 al ITAM y empecé a trabajar en 1989, cuando empezó el sexenio del presidente Salinas. Prácticamente siempre trabajé en el gobierno y también empecé a dar clases en 1991, salvo el lapso de interrupción para estudiar el posgrado de 1996 a 1998; el resto del tiempo he estado en el sector público.

Belsasso: Te casas con una mujer maravillosa, una profesionista, y te vas con ella a hacer la maestría, ¿cómo fueron esos años?

Andrade: Nos casamos en 1995: una vida de pareja y una vida de estudiantes, es una combinación afortunada.

Belsasso: Te une mucho casarte, irte fuera, estar lejos de tus papás,de quien sea y estar sólo con tu esposa, ¿no?

Andrade: Lo que une es enfrentar las situaciones con proyectos, siempre tratando de tener la visión de largo plazo, eso es lo que realmente une y hace permanecer.

Belsasso: Pero finalmente también tienen un proyecto intelectual y laboral muy similar. Tu esposa también trabaja muchísimo y tienen dos niños.

Andrade: Así es, ella trabaja en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. Y sí, llevamos una vida familiar normal y la seguimos llevando al día de hoy, afortunadamente.

Belsasso: Virgilio, tu padre es un abogado muy conocido y cuando entras a la Función Pública lo contrató el Sindicato de Pemex para poder llevar ciertos asuntos.

Andrade: Sí, fue un abogado, primero trabajó en el sector público de 1960 a 1967, siempre en la Secretaría de Hacienda, le tocaron el final del sexenio de López Mateos y el principio del sexenio de Díaz Ordaz, los mejores años económicos en la historia de este país. Después tuvo un despacho privado con su hermano y fue contratado por el Sindicato de Trabajadores de la UNAM durante mucho tiempo. Hacia finales de 1999 principios del 2000, por el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, ahí se encarga de los asuntos laborales desde hace más de 15 años.

Belsasso: Preguntas cortas, respuestas cortas. ¿Cuál es tu libro favorito?

Andrade: Me gustan mucho los de Giovanni Sartori. El de Partidos y sistemas de partidos es el que más me ha gustado.

Belsasso: ¿Tu comida favorita?

Andrade: Me gustan muchas variedades de la mexicana y de la internacional, las pastas, la italiana.

Belsasso: ¿Cómo disfrutas tus tiempos libres?

Andrade: Mis hijos, obviamente Bety —mi esposa—, la televisión, el futbol.

Belsasso: ¿El día más triste de tu vida?

Andrade: Cada vez que alguien fallece; los días en que ha fallecido alguien de mis cercanos, son los días más tristes.

Belsasso: ¿El día más feliz de tu vida?

Andrade: Cuando mis hijos nacieron. Hay varios días felices; nunca totalmente felices, pero siempre relativamente felices.

Belsasso: Complétame esta frase, Virgilio Andrade es…

Andrade: Normal.