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El eslabón débil

Esta semana fue detenida una banda que se dedicaba a la elaboración y distribución de billetes falsos. Y resultó que uno de sus principales integrantes es Jaime Flores Sánchez, quien ocupaba el cargo de oficial mayor del municipio de Valle de Santiago, Guanajuato.

Tomás Zerón, director en jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la Procuraduría General de la República, informó que este grupo se dedicaba a falsificar billetes de 500 pesos.

Cuando fueron detenidos les decomisaron impresoras, equipos de cómputo, tintas, papel y diversos utensilios para la elaboración de las falsificaciones, así como 17 mil billetes apócrifos que en total equivalen a ocho millones 500 mil pesos.

Desde el 2012 las autoridades se dieron cuenta de que estaban en circulación billetes falsos en la región. Se habían distribuido en distintos estados, como Guanajuato, Querétaro y Jalisco.

Fue así como se inició la indagatoria de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada de la PGR en conjunto con el Banco de México, gracias a la cual se descubrió que los billetes eran elaborados por este grupo del Bajío.

Pero ¿cómo operaba la banda? Marco Antonio Palacios Ramírez producía los billetes. Una vez terminados eran entregados a Issac Villafuerte Zárate y Jaime Flores, este último ex oficial mayor del municipio de Valle de Santiago, para que los perfeccionaran y les incorporaran los falsos elementos de seguridad. Después, apoyándose en el cargo público de Flores, estos billetes eran puestos en circulación y así incorporados al sistema financiero.

Lo que nos demuestra esta historia es, una vez más, la corrupción y la vinculación con el crimen organizado que se puede llegar a dar en distintos municipios.

Los municipios son autónomos, tienen presupuesto propio, que ellos mismos distribuyen a: seguridad, obra pública, gastos y sueldos, entre otras cosas. Además tienen el control de sus cuerpos policiales.

El crimen organizado conoce bien este funcionamiento y por eso cada vez más ha buscado vincularse con el poder municipal. Sabe que si financia las campañas políticas, después tendrá acceso a los recursos y protección. Los casos más sonados en los últimos tiempos han sido el de José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, y los ex alcaldes de Michoacán que han aparecido en videos con Servando Gómez, La Tuta, en los cuales el narcotraficante les exige un porcentaje de los ingresos del municipio.

La realidad es que son incontables los municipios en todo el país donde esto ocurre.

Se espera que hoy sea presentado el pacto por la legalidad, el plan de seguridad para los distintos municipios. Seguramente en el tema de seguridad se hablará de un mando único, para poder tener un mejor control de los elementos policiales.

Además se deben establecer reglas más firmes para controlar estos cotos de poder. Si no lo hace el Estado terminarán por hacerlo los grupos criminales y eso sin duda es uno de los mayores riesgos para nuestro país.

 

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