El debate: la oportunidad de Josefina
Mañana se dará el primer debate entre los candidatos a la elección de gobernador del Estado de México, en una campaña que hasta ahora, quizá porque se cruzaron las semanas de asueto, ha resultado más anodina que lo esperado. No ha habido sorpresas, y las campañas en general se han centrado en la descalificación del adversario.
Lo deseable sería que el debate del martes fuera el inicio de la verdadera campaña, donde se pudiera ver a los reales candidatos y su potencialidad.
Un debate entre candidatos, por lo menos como se hace en México, sabemos que difícilmente determinará una elección, sobre todo cuando en él no participan sólo los principales candidatos sino todos, incluyendo los que no tienen ninguna posibilidad, con normas rígidas que lo hacen una suerte de una suma de monólogos compartidos.
Esa amplitud no es una demostración de apertura sino una forma de simulación.
En la elección que se está celebrando al momento de escribir estas líneas en Francia, hay más de 30 candidatos presidenciales inscritos. Jamás los verá juntos, o con exigencias de cobertura similar a los cuatro o cinco principales.
Más allá de eso, lo cierto es que quedará, pasado ese debate, apenas un mes para que haya elecciones en el Estado de México y en esas cuatro o cinco semanas, los partidos y candidatos tendrán que dar color.
Hoy, Alfredo del Mazo es más que nunca el candidato institucional, no se ha apartado un centímetro del libro que le marca la campaña, e incluso ha logrado mantenerse fuera del golpeteo entre los candidatos.
Delfina Gómez es cada día más evidente que depende de López Obrador para su campaña. No hay mitin importante ni siquiera un anuncio, en que no esté acompañada por el candidato presidencial de Morena, en una magnitud que nunca antes habíamos visto.
Juan Zepeda, el perredista, ha demostrado ser un candidato bastante mejor de lo que se preveía. Josefina Vázquez Mota tiene que dar un salto de calidad. Su campaña ha sido puntual y mucho más precisa que la de 2012, pero también necesita dar una vuelta de tuerca, dar un golpe sobre la mesa para pasar de la competitividad a la percepción de victoria, algo fundamental en una campaña tan corta como ésta.
Para Josefina, más incluso que para los otros, el debate es la gran oportunidad para dar ese salto: no creo que busque darlo Del Mazo, no puede darlo Delfina y Zepeda lo que buscará será consolidar lo que tiene. La oportunidad es de Josefina.
La semana pasada hubo también un primer debate en Coahuila, también con todos los candidatos, los que tienen algo que decir y los que no.
No le fue mal al priista Miguel Riquelme, aunque todos los demás fue evidente que lo tenían en la mira. Allí la disputa está entre el priista Riquelme y el panista Guillermo Anaya, al que el PRI le hizo una dura acusación de compra de votos que parece estar bien documentada.
No hay que perder de vista tampoco al expriista y ahora independiente Javier Guerrero.
Pero allí el debate no cambió nada: la campaña sigue la dinámica planteada desde el inicio, que busca hacer una suerte de referéndum respecto a los gobiernos de los hermanos Rubén y Humberto Moreira. Ésa es la dinámica de la que busca escapar Riquelme.
En Nayarit el caso del fiscal Édgar Veytia pudo haber definido ya la elección, mientras que en Veracruz, donde habrá municipales, el caso Duarte dejará con muy pocas posibilidades al PRI, mientras que Morena no ha podido desprenderse de la telaraña de las acusaciones de financiamiento duartista, a sus candidatos en los comicios del año pasado.
Esperemos que esta semana despierten las campañas.
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