El amparo de Caro Quintero
Tuvieron que pasar 28 años para que, repentinamente, un tribunal colegiado se diera cuenta de que el narcotraficante Rafael Caro Quintero, acusado por el asesinato del agente de la DEA Enrique Kiki Camarena, había sido juzgado por el fuero federal cuando en realidad debió ser juzgado por el fuero común.
Era una incongruencia de los jueces, pero eso no impidió que fuera puesto en libertad entre gallos y medias noches.
Dos días después otro juez emitió una nueva orden de aprehensión con fines de extradición a Estados Unidos, a la que Caro Quintero ha dado una intensa batalla legal.
El tema finalmente ha llegado a manos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se trata de la última oportunidad que tiene el fundador del Cártel de Guadalajara de obtener un amparo.
El pasado 15 de mayo, por falta de acuerdos entre los ministros que integran la primera sala, su caso se retiró de la lista de asuntos.
Mientras, en otro carril legal, la semana pasada el juez federal Gilberto Romero le negó el amparo.
La defensa de Caro Quintero presentó la petición de amparo a la SCJN por considerar que la orden de detención contra su cliente es inconstitucional, debido a que las únicas formas admitidas por la Constitución para detener y privar de la libertad a una persona se da en los supuestos casos de flagrancia y mediante orden de aprehensión.
El juzgado explicó, sin embargo, que la orden de aprehensión con fines de extradición no contraviene el artículo 23 constitucional —debido a que al acusado no se le está juzgando dos veces por el mismo delito—, y sí cumple con los requisitos establecidos por la ley.
El asunto llegó a la Corte porque los argumentos que se planteaban son de la competencia del máximo tribunal, aunque está juzgado el hecho de que, efectivamente, Caro Quintero es el responsable de los secuestros y asesinatos del agente antidrogas, así como del piloto Alfredo Zavala.
A finales de la década de los ochenta las detenciones de Caro Quintero y Ernesto Fonseca fueron de las más relevantes. Eran los años de gloria de los grandes narcotraficantes y tanto el gobierno mexicano como el estadounidense querían detener a estos capos.
El asesinato de Kiki Camarena fue el primer gran caso de un agente estadounidense abatido por el crimen organizado y, a la fecha, éste aún es considerado como uno de los más importantes héroes de la DEA.
El hecho ahora es que el tema de la extradición de Caro Quintero está pospuesto indefinidamente por la Corte. Y el narcotraficante está prófugo de la justicia.
La pregunta es: ¿por qué no le dieron las autoridades seguimiento a uno de los casos más importantes de la historia reciente?
El gobierno de Estados Unidos siempre ha mostrado una profunda indignación, pero no ha hecho mucho para asegurarse de que el criminal estuviera en prisión. El propio caso Camarena tiene innumerables contradicciones, aunque es indudable que Caro ordenó su tortura y asesinato.
Me ha tocado estar en el edificio del Homeland Security (Secretaría de Seguridad del Interior), en Washington, y en una pared enorme erigida en la entrada está inscrito el nombre del agente de la DEA Enrique KikiCamarena.
Hay muertos y asesinatos que perduran en el tiempo, con sus realidades y misterios, sus dudas y escasas certidumbres.
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