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Deportados y adictos

Para Beto y Mariano: un abrazo muy fuerte por la pérdida de su papá

 

México está en alerta ante la deportación masiva de migrantes mexicanos de Estados Unidos. Se sabe que algunos podrían regresar a México con problemas de adicciones. Y es que ante las deportaciones que comenzó a realizar la Unión Americana a México, la Secretaría de Salud espera a al menos 600 mexicanos consumidores de drogas para ser atendidos en los 340 Centros de Atención Primaria en Adicciones (CAPA).

Sobre este tema platiqué con el doctor Manuel Mondragón, comisionado nacional Contra las Adicciones, para saber cómo se está enfrentando esta situación.

“Desde hace prácticamente un mes y medio nos dio instrucciones el doctor Narro, a todo el grupo de dirección de la Secretaría de Salud, para atender el asunto de los migrantes, cada uno en nuestras trincheras. El hecho es que están llegando migrantes a través de la política del señor Trump y estamos listos para atenderlos si tienen problemas de adicción”, explicó.

—¿Qué tipo de drogas son las que se consumen en su mayoría? —Tenemos fundamentalmente a la cocaína, al crack y a la mariguana.

—¿Hay muchos estados en Estados Unidos en donde la mariguana es legal, vamos a ver, me imagino, varios casos de personas adictas a la mariguana? —Sin duda ahí vamos a tener aumento, tanto los que son legalizados como los que no lo son, en la frontera tenemos legalizada naturalmente California, que es uno de las situaciones más serias que podríamos nosotros confrontar.

Me preocupa también como tú señalabas, la heroína que pueda llegar, porque si bien nosotros tenemos muy poco consumo de heroína, este problema sí aumentó en los últimos tiempos en Estados Unidos.

Y es que al final de la administración del presidente Barack Obama, él mismo llamó al aumento del uso de heroína como la “epidemia” de Estados Unidos.

Un estudio elaborado por la corporación RAND para la Oficina de la Política Nacional de Control de Drogas (Office of National Drug Control Policy) en 2014, presenta la alarmante cifra de 1.5 millones de consumidores de heroína en Estados Unidos, que gastan alrededor de 27 mil millones de dólares al año.

En Estados Unidos, cada 19 minutos nace un infante con una adicción a los opiáceos —una afección devastadora heredada de sus madres drogadictas.

Cada día, 78 estadounidenses mueren por sobredosis de opiáceos, que incluyen los medicamentos recetados para el dolor y la heroína.

Hay varios estudios que relacionan el consumo de drogas en algunos migrantes.

El estudio “Uso de drogas en migrantes mexicanos captados en ciudades de la frontera noroccidental México–Estados Unidos”, desarrollado por los académicos Ricardo Sánchez Huesca y Jorge Luis Arellanez Hernández en el 2012, nos dice que el 28 por ciento de los migrantes reportó haber usado al menos una vez alguna droga ilegal, como la mariguana, la cocaína y en menor proporción las metanfetaminas, el crack, los solventes inhalables y la heroína Con un uso menor al tres por ciento se registraron Rohypnol, estimulantes anfetamínicos, LSD , éxtasis, hongos alucinógenos y PCP.

Este mismo estudio indica que muchos empezaron a consumir drogas al llegar a Estados Unidos por invitación de amigos que ya estaban radicando allá.

Y es que con muro o sin muro, la realidad es que el consumo de drogas es global.

A nivel mundial se calcula que 1 de cada 20 adultos, es decir, alrededor de 250 millones de personas de entre 15 y 64 años, consumieron por lo menos una droga en 2014, esto de acuerdo al Informe Mundial sobre las Drogas 2016 de la ONU.

Las adicciones y el VIH son una realidad entre los migrantes. México tiene que tener repuestas y soluciones para ello.

bibibelsasso@hotmail.com
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@bibianabelsasso