Cualquiera te puede matar
Carlos Apaez, un joven de 21 años sobrino del empresario Arturo Orozco González, propietario de la marca Tortillas y Tostadas Moctezuma, fue baleado la madrugada del 8 de noviembre afuera de la discoteca Gravity, frecuentemente concurrida por extranjeros que se hospedan en la zona de Polanco y buscan un sitio cercano para bailar.
Reportes de los testigos indican que la víctima había llegado con unos amigos al lugar, del que salieron aproximadamente a las dos de la mañana para ir a otro. Sin embargo, un hombre con el que había discutido salió del antro y lo agredió porque habían chocado sus hombros; Apaez prefirió ignorarlo y darle la espalda, por lo que recibió un disparo que le costó la vida.
Carlos fue llevado a la Cruz Roja de Polanco, donde murió durante la madrugada.
La violencia que se da en los centros nocturnos no es nueva, muchos están bajo los efectos del alcohol o las drogas y se vuelven más agresivos. Lo que ha aumentado en los últimos años es la cifra de muertes por estas riñas. Hace tiempo el propio titular de la PGJDF, Rodolfo Ríos Garza, afirmó que la seguridad privada en los bares y discotecas de la Ciudad de México era deficiente, escasa y carente de preparación, por lo que hizo un llamado a los dueños de estos locales a implementar las acciones para garantizar la integridad de los asistentes.
En ese entonces presentaron varios videos en los que se observaba que quienes acuden a estos sitios, en su mayoría jóvenes, son golpeados sin que intervenga personal de seguridad privada.
Se implementó el operativo Mala Copa, con el cual se verifican la calidad de las bebidas que se ofrecen al público y la documentación del negocio para operar.
Durante 2014 se realizaron 31 operativos en diversos establecimientos que derivaron en la suspensión parcial de actividades de 10 empresas y la suspensión total de 38, así como la detención de siete personas. Este año han continuado estas acciones.
Pero la violencia que se da en los bares y las discotecas del Distrito Federal se replica en toda la república mexicana. Riñas en bares siempre se han suscitado a lo largo de la historia, pero ahora el acceso tan fácil a armas ha hecho que estos pleitos en su mayoría terminen con la muerte de alguien.
De acuerdo con los datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés), en México circula una cantidad de armas suficientes como para armar a uno de cada tres hombres adultos en el país.
Mientras que en el 2007 el Small Arms Survey calculó que el número de armas de fuego en manos de civiles en todo el mundo era de aproximadamente 650 millones sobre un total de 875 millones. Este mismo estudio estimó para México 15 millones 500 mil armas de fuego en manos de civiles, lo cual posiciona a nuestra nación en el sexto lugar de los países con mayor posesión civil.
En tanto sigamos teniendo tal cantidad de armas, la mayoría ilegales, estos enfrentamientos en bares o discotecas seguirán siendo muy peligrosos. Hoy cualquiera puede portar un arma y matar a quien sea.
Si usted tiene hijos adolescentes es importante que platique con ellos, para que en caso de tener algún altercado en un bar o discoteca no se vayan a pelear. Recuérdeles esta estadística: con la cantidad de armas que hay en México, uno de cada tres hombres adultos puede tener una. Y ése puede ser el vecino de silla en cualquier discoteca.
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