Carlos Iriarte: política con seguridad
Si, como dice el refrán, “la historia siempre se repite”, Carlos Iriarte podría ser el próximo candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al Estado de México y gobernarlo de 2018 a 2024.
¿Por qué me atrevo a decir esto? Porque al conocer la historia de vida que el propio Iriarte me relató hace unos días, de dónde viene y cómo ha surgido, se asemeja mucho con la de Eruviel Ávila, el actual gobernador de la entidad mexiquense.
Como Ávila, Iriarte proviene de la clase popular. Eruviel creció y trabajó como vidriero en Ecatepec, mientras que Carlos nació en Naucalpan y trabajó al lado de su padre como comerciante de ropa.
A Iriarte le gusta definirse como un político “producto de la cultura del esfuerzo”, definición tomada de Luis Donaldo Colosio, uno de los personajes que más marcó su vida.
“Mi papá era un pequeño comerciante. Tenía un puesto en un tianguis que después se convirtió en un bazar, ahí compartí con él y tuvimos momentos difíciles, en algún momento tuvimos que vender los dos puestos que teníamos porque la crisis pues nos alcanzó”, me contó Iriarte, cuando recordamos su infancia, la cual estuvo llena de limitaciones, mismas que no lo frenaron nunca, pues con el paso de los años llegó a Harvard y luego a estar en el primer círculo de la política mexiquense.
Iriarte, al igual que los otros precandidatos, comparte el hecho de que su vocación política nació por herencia.
“Acompañaba a mi mamá desde pequeño y veía que participaba en el PRI, a veces no tenía con quién dejarme y la acompañaba y entendía que no hablaba nada más de los temas de su interés particular, sino que hablaba de los intereses comunitarios, si era una gestión para la colonia, una gestión para la calle, no entendía qué significado tenía eso que mi mamá hacía, pero al paso del tiempo me fui dando cuenta que, a través de esa actividad, ella trabajaba para los acuerdos y las tareas y objetivos comunitarios”, también me dijo Iriarte.
Y de ahí empezó a trabajar: “mi primer nombramiento fue como jefe de manzana, mi mamá fue líder seccional ahí en la colonia donde nací y crecí”.
A partir de eso le vino la cadena de responsabilidades en el Estado de México: director general de Seguridad Pública y Tránsito; subsecretario general de Gobierno y secretario de Desarrollo Social; en el Gobierno federal se desempeñó como director de Concertación de la Dirección General de Protección Civil y secretario técnico del Comité de Planeación de Emergencias de la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde, en Veracruz.
También fue diputado local por el Distrito XVII, que comprende los municipios de Huixquilucan y parte de Naucalpan, donde fue presidente de la Comisión de Asuntos Metropolitanos.
Fue muy bueno como estudiante y amplió su estancia en las aulas, aun ya trabajando para el Estado de México: “Ya trabajaba en Seguridad Pública en el estado, ya era director de Seguridad Pública cuando entendí que si yo quería permanecer en el servicio público, tenía que seguir preparándome. Por eso tomé un diplomado en Seguridad Nacional en el ITAM, uno en Seguridad Pública en la Ibero, luego un máster en Finanzas Públicas; una maestría en Administración Pública y después el doctorado en Administración Pública”.
Cuando le pregunté por qué se había anotado a la lista de aspirantes a la candidatura del Estado de México, Carlos me dio una respuesta contundente: “todos tenemos aspiraciones, por supuesto, y qué mejor siempre con mejores responsabilidades. Porque estoy convencido de que el servicio público es mi vida, es mi vocación de vida y soy capaz de entregarme al trabajo y dar lo mejor de mí y para servir a los demás”.
Carlos se ha especializado en seguridad: “Las sociedades más seguras son las sociedades que están comunicadas entre sí, aquellas que entienden que los intereses colectivos son importantes, hay que privilegiar al comunitarismo, a México le va bien cuando trabaja con intereses comunitarios. Tenemos que construir nuestras propias metas pero juntos, cuando la comunidad está segura, cuando la comunidad está bien comunicada, es una comunidad que parte de la unidad y creo que esto tenemos que trabajarlo cada vez más”.
A diferencia de los otros aspirantes, Carlos debe ser cuidadoso de las formas al ser todavía el presidente del PRI en el Estado de México y quizás por eso también enfatiza que el proceso de sucesión de Ávila sea dentro de la unidad.
“El principal pilar que tiene nuestro partido en el estado es la cohesión, una unidad activa, ¿qué es la unidad activa?, que no sale de un decreto, de un oficio, de un memorándum, sino es una unidad que se practica todo el tiempo, se construye con actitud desde lo individual pensando que tienes que dejar los intereses particulares por privilegiar los intereses colectivos”, dijo.
No es un reto sencillo el que Iriarte o el sucesor de Eruviel Ávila tendrán enfrente. Se trata de una elección que acumula a 11 millones de electores, en el que también, como me platicó el Presidente Peña, él mismo tendrá injerencia en designar al candidato, al igual que el gobernador saliente Ávila.
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