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Candidatos al PJ ven indispensable tener conocimiento y experiencia

Jorge Ulises García asegura que los casos no pueden ser resueltos como un golpe; Arturo Mancilla ve indispensable mejorar el tema de pensiones alimenticias y deudores.

El próximo 1 de junio, los mexicanos votarán por primera vez en la historia por jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial; sin embargo, el proceso será distinto al que se utiliza para elegir al Presidente, gobernadores, diputados y senadores.

De acuerdo con el INE, los ciudadanos deberán elegir a los representantes de 881 cargos, entre ellos a los nueve ministros de la Suprema Corte y más de 400 jueces de distrito, por lo que considera un proceso complejo. Hoy vamos a platicar con un aspirante a juez y otro a magistrado en materia familiar.

Jorge Ulises García Lobera es candidato a juez familiar en la CDMX.

BB: ¿Cuáles son las responsabilidades de un juez de materia familiar?

JULG: La función es resolver todos los problemas que, por la cuestión inherente a la familia, por la conformación de ésta, se pueden llegar a dar en función de la misma. Desde los derechos y obligaciones, el nacimiento de una persona, hasta su muerte. En su calidad de hijos, la obligación que tienen los padres de proporcionar alimentos a los hijos, mientras son personas con minoría de edad, así como también siendo mayores de edad, cuando la ley contempla supuestos de que sean acreedores alimentarios.

BB: Un juez en materia de lo familiar ve, entre otras cosas, divorcios, pensiones alimentarias, patria potestad…

JULG: Restitución internacional de menores de familias o connacionales mexicanos que se encuentren viviendo en algún otro país y por algún desacuerdo de sus voluntades deciden sustraer a los hijos o, bueno, salen de ese país sin el consentimiento del progenitor o de la progenitora; adopción internacional, también la acreditación del concubinato, incluso del matrimonio, la validez o la nulidad de este acto.

BB: Puede cambiar para bien o para mal la vida personal de las personas.

JULG: La persona juzgadora debe tener una escucha activa, la mente abierta y receptiva para escuchar de manera objetiva los problemas o los puntos de vista que genera la familia o los miembros que se encuentran en un conflicto.

BB: Llevas 11 años trabajando en el Tribunal de Justicia de la CDMX.

JULG: Yo empiezo como pasante; posteriormente voy como secretario proyectista, luego fungí como secretario conciliador, que es el primer contacto que los justiciables van a tener para verificar si existe la posibilidad de llegar a un convenio.

BB: ¿Aproximadamente cuántos asuntos has llevado?

JULG: A lo largo de mi carrera, estaré hablando como secretario de acuerdos, que intervení, en alrededor de tres mil a cuatro mil asuntos, todos distintos, con una trascendencia y una particularidad que necesita ser estudiada y no puede ser resuelta como un golpe, como un destajo, como una cuestión maquinaria tan sencilla.

BB: ¿Y tu formación académica?

JULG: Estudié Derecho en una Universidad del Valle de México y he tomado diversos cursos, incluso para materia de oralidad, recepción de pruebas psicológicas, importancia y cómo se deben interpretar las pruebas psicológicas. Es importante tener el conocimiento y experiencia, porque esta materia tan importante que regula la vida, bien lo decíamos al inicio del ser humano, tanto en lo personal como en la sociedad.

BB: ¿Por qué serías un buen juez?

JULG: Porque he estado comprometido con la función jurisdiccional desde el primer momento que tuve la oportunidad de presenciar una audiencia, desde que descubro el servicio y la vocación a servir a la ciudadanía. He estado en distintas áreas de todo lo que implica un juzgado.

Arturo Mancilla Olivares es candidato a magistrado familiar.

Bibiana Belsasso: ¿Qué hace un magistrado familiar?

AMO: Una determinación de un juez de lo familiar afecta patrimonios, la vida de una persona, las relaciones familiares de una persona y su estabilidad psicoemocional. Entonces, cuando se deja en manos nada más de lo juez del familiar, dicta una sentencia. Las partes, si no están conformes con esa sentencia, entonces apelan, y eso pasa a conocimiento de un magistrado, que en este caso es el superior del juez de lo familiar y revisa lo que hizo. Si está bien, confirma; si está mal, puede modificar o puede revocar la sentencia, resolviendo y componiendo los errores.

BB: Son temas de perder la patria potestad de un menor, violencia intrafamiliar, disolución de bienes materiales.

AMO: Así es. Y entonces uno lo que requiere es a una persona con experiencia, que haya vivido todo este tipo de asuntos dentro de los tribunales, para poder tomar una determinación con base en derecho adecuado, porque estás jugando con la vida de las personas, estás jugando con sus sentimientos, estás jugando con su patrimonio, con su familia, con sus relaciones familiares.

BB: ¿Cuál es tu experiencia previa al derecho familiar?

AMO: Yo tengo 15 años en el Tribunal Superior de Justicia como visitador judicial; yo trabajo en el Consejo de la Judicatura y como empleado me toca revisar toda la función que los jueces y magistrados realizan, no nada más los familiares, también los penales y los civiles. Pero en materia familiar tenemos que poner especial atención, porque son los juzgados que más carga de trabajo tienen. Tenemos que hacer una revisión de todo eso.

Deudores, tenemos muchísimos morosos; afortunadamente ya se creó el registro de deudores morosos y eso repercute en su contra; es decir, no van a poder trabajar en el Gobierno o, si ya trabajan, tienen en riesgo su trabajo, no van a poder participar en puestos de elección.

BB: También se tratan casos, por ejemplo, de adultos mayores que han sido despojados de sus viviendas por sus hijos.

AMO: Es terrible. Cuando los hijos se salen de la esfera de los papás, ya tienen otros compromisos y todo, intervienen otras personas ajenas a la familia y otras veces porque los hijos son unos ingratos, abandonan a los padres, y tenemos personas de 40, 50, 60 años que ya no tienen capacidad económica ni forma de conseguir trabajo, porque están enfermos, porque tienen alguna discapacidad, y los hijos los abandonan.

BB: ¿Cómo trabaja un magistrado con grupos vulnerables?

AMO: Hay grupos vulnerables como son los grupos de las mujeres, las niñas, los niños, los adolescentes, los integrantes de la comunidad LGBTI y demás, que los desprecian, los hacen menos, los denostan y les da miedo. Existen comunidades originarias de personas que ni siquiera saben hablar el español. Entonces, hay que verlos desde otra perspectiva, y es la perspectiva que te menciono, es la perspectiva humana, la empatía.