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“Buscamos que los espectáculos culturales sean autosustentables”

El director del Auditorio Nacional impulsa el acercamiento de los niños a las expresiones altas del espíritu; aforo hace posible éxito artístico y rentabilidad, dice.

 

Eduardo Amerena es director del Auditorio Nacional, uno de los centros de espectáculos y culturales más importantes del país con capacidad para 9 mil 600 personas.

BB: Eduardo, platícame, ¿cómo fueron tus primeros años de vida?

EA: Bueno, yo tuve una infancia muy feliz, una familia muy integrada, muy cariñosa, muy inclinada hacia el arte, hacia la literatura, hacia la música, al estudio. Fuimos 7 hermanos, 5 hombres y 2 mujeres, una familia afortunadamente con salud y con muchas oportunidades de vida.

BB: Eres un amante de la música, un gran pianista, ¿ese amor de dónde surge?

EA: Gran pianista no, soy melómano de corazón y he tenido la fortuna de estudiar piano desde muy chico, pero lo tengo como algo no profesional, lo tengo como algo muy fundamental en mi vida.

BB: Tienes esta parte dual porque está esta parte de la música y de repente, aterrizas en la Tierra y eres abogado, pero también has trabajado en el mundo financiero.

EA: Sí, desde muy joven tuve la oportunidad de trabajar en la Banca, es una actividad muy noble, muy compleja y que me ha dado muchas satisfacciones…

BB: Y ¿cómo brincas de la abogacía a todo el sector financiero?

EA: Muy natural porque entré como pasante a una financiera un buen día me ofrecieron pasarme de la parte jurídica a la parte de negocios, y así empezó una carrera de muchos años que he podido compaginar con la cultura, con el arte, cuando he sido funcionario cultural y en otras partes de gobierno que también me ha tocado trabajar.

BB: Tuviste una relación muy cercana con Rafael Tovar y de Teresa, un hombre cultísimo. ¿Cómo se da esta relación?

EA: Nos conocimos en conciertos y después coincidimos en la escuela, pero yo tenía 18 años y él 14, y a partir de entonces no nos separamos. Fue una relación de gran convergencia, nos gustaba mucho el arte en general y específicamente la música.

Estudiamos derecho los dos, luego la vida nos fue llevando a sectores en la política y en los ámbitos en que nos fuimos desarrollando, donde nuestros intereses coincidían y después fuimos grandes copartícipes de muchas empresas en común, hasta que me hizo el favor de invitarme a trabajar con él, y desde 1992 entré a trabajar al entonces Conaculta y luego hubo muchas oportunidades, muchos proyectos juntos, fue una amistad entrañable, de gran colaboración, de gran cariño y muy prolongada.

BB: Llevas poco tiempo en el Auditorio que es de lo más noble que hay, porque si bien, no tiene presupuesto asignado, es un espacio para poder difundir la cultura mexicana y es sustentable…

EA: Es un ámbito muy interesante para trabajar, yo estuve vinculado al Auditorio desde que se fundó, con Rafael Tovar iniciamos esta etapa en la época del presidente Salinas y se le quiere dar a esto una prestancia de un recinto de nivel mundial…

BB: Que es cuando se hace una remodelación impresionante, cuando llega el arquitecto Teodoro González de León…

EA: Es una absoluta recreación, aprovechando el inmueble privilegiado, entra Teodoro con una idea de hacer esto un gran recinto de espectáculos en vivo con gran flexibilidad, con un tamaño tal, que permita disfrutar de espectáculos de gran formato en un ambiente de mucha seguridad, de funcionalidad, donde la relación del artista con el público se dé en las condiciones más parecidas a un teatro lírico…

BB: Y de mucha comodidad, el Auditorio es un sitio privilegiado para ver un concierto y ha ganado muchos más premios que el Albert Hall en Londres, que el Madison Square Garden en Nueva York .

EA: Sí, dentro de su tipo que son, digamos, los teatros hasta de 10 mil butacas, por muchos años ha ganado el primer lugar en asistencia, quiere decir que vienen más personas con boleto vendido a ver espectáculos que en esos que tú mencionas.

BB: Siempre se logran vender los boletos y la ciudad tiene mucha gente que le interesa acudir a espectáculos y a la cultura.

EA: El Auditorio tiene esta flexibilidad que puede presentar espectáculos de corte popular, vigente, de vanguardia, para los jóvenes, para los grandes públicos, de artistas consagrados, de nivel internacional y también puede presentar espectáculos de corte clásico, de ópera, de lo que tú quieras…

BB: Hay conciertos que tienen la taquilla vendida, y hay conciertos que son meramente para promocionar la cultura, ¿cómo deciden qué va y cuándo va?

EA: La mayor parte de los espectáculos en vivo que se presentan son traídos por promotores que asumen el riesgo del proyecto, ellos pagan a los artistas, dan los anticipos. Cuando vienen acá, nosotros convenimos con ellos participar un porcentaje de taquilla en función del monto de la misma y ellos cubren el riesgo.

Hay algunos que directamente los organizamos porque sentimos que es cumplir con una función cultural y social que puede ser fomentar en públicos nuevos el acceso a la música, a las expresiones altas del espíritu, y en ese sentido buscamos compatibilizar el éxito artístico con el del público y con una rentabilidad financiera.

No necesariamente los espectáculos culturales en el Auditorio Nacional deben de ser deficitarios, tenemos un aforo tal, que nos permite que sean autosustentables, y ésa es la misión que tenemos.

BB: Y lo que se acaba generando, ¿se reinvierte en el Auditorio o cómo funciona?

EA: Claro, queda a disposición del Auditorio para que se mantenga en términos de vanguardia, necesitamos tener un equipamiento que sea lo último en iluminación, en audio, en video…

BB: Oye, y con la tecnología que va avanzando, ¿cada cuánto tienen que estar cambiando todo?

EA: No cambia tan rápido, pero sí hay que reponer mucho equipo por el uso normal, pero sí estamos con tecnología de punta, lo que tiene este Auditorio Nacional lo tienen los principales lugares del mundo porque finalmente, ésa es la exigencia que nos hacen los artistas y los promotores.

BB: Sobre todo si quieres competir por los primeros lugares con los sitios más importantes a nivel mundial.

EA: Claro, pero hay una cuestión que me gustaría resaltar, el precio de taquilla promedio en México, siendo el mismo producto el que te llega, puedo decir nombres, acaba de venir Sting, Marc Anthony, es el mismo show el que ves en el Auditorio Nacional que el que ves en Nueva York, nada más que el precio de entrada es mucho menor en México… un 40 por ciento menos y en un ambiente muchísimo más cerrado.

BB: Entre todas las cosas que has hecho desde que estás acá, tienes conciertos para niños, los conciertos Allegro que también han sido importantes, ¿les ha ido bien?

EA: Muy bien, la inauguración fue el 21 de mayo con “el Carnaval de los Animales” de Camille Saint Saëns y “la Guía Orquestal de los Jóvenes” de Britten, fue un lleno total. La idea es que los niños tengan un acercamiento a la música, en este caso concreto a la música sinfónica, a través de un concierto en vivo y con las obras de la música más potentes que se han escrito para eso.

Tenemos un arreglo con una cadena de cines para repetirla en 50 salas y un acuerdo con Canal 22 para grabar el concierto y pasarlo por televisión, entonces éste es un primer paso para darle esta cobertura de impacto social a estos conciertos.

Nosotros creemos que hay actividades, disciplinas y sensaciones que si no llegan al momento oportuno puede ser muy tarde: los idiomas, la sensibilidad a la naturaleza, al arte, el respeto al otro, la tolerancia… porque eso tiene que ver con el desarrollo integral de la persona, no podemos estar haciendo nada más niños competentes en ciertas actividades de la ciencia y dejarlos que el arte sea algo que llegue tarde, eso los va a hacer muchísimo más felices, tiene que ver con la calidad de vida y les va a dar más herramientas para triunfar en la vida.

Por eso es nuestro compromiso con ellos, hacer que en el Auditorio la mayor cantidad posible de estos espectáculos vayan con ese sentido.

BB: Eduardo, platícame, ¿cuál ha sido el día más feliz de tu vida?

EA: El día más feliz de mi vida yo creo que…, he tenido 3, en un empate glorioso, que son cuando nacieron mis 3 hijos.

BB: ¿El más triste?

EA: Cuando perdí a mi esposa.

BB: Complétame esta frase, Eduardo Amerena es…

EA: Un hombre de buena fe.

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