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Bejarano–Padierna: los impresentables

Finalmente René Bejarano y Dolores Padierna han dicho públicamente que están con López Obrador. En realidad nunca dejaron de estar con él. Durante los años que permanecieron en el PRD fueron una suerte de caballo de Troya de Morena en el partido del sol azteca que, sin embargo, les dio posiciones y poder. En el mitin al que convocó López Obrador el domingo pasado en el Monumento a la Revolución, el presidente de Morena no levantó la mano a Claudia Sheinbaum, para legitimar su candidatura en busca de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, ni tampoco mencionó la inconformidad de Ricardo Monreal, aunque en los hechos avaló a la delgada en Tlalpan y le abrió la puerta del partido al de la Cuauhtémoc.

 

Lo que sí se dio tiempo de hacer fue estrechar la mano de Dolores Padierna, la esposa de René Bejarano, la pareja que unas horas antes había renunciado a su militancia en el PRD.

Padierna y Bejarano, líderes de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN) argumentaron que su salida del PRD se daba por su rechazo a que el partido pretendiera formar un frente con el PAN, de cara al 2018; pero la realidad es que  siempre han sido muy cercanos a López Obrador, siguieron en el PRD porque desde ahí obtenían recursos y Morena estaba valorando los negativos de la pareja, antes de decidir si entraban abiertamente a trabajar con AMLO, pero la verdad, nunca han dejado de estar y operar para el presidente de Morena. 

Para López Obrador, tener a la pareja de Dolores y René es benéfico en recursos, pero no en legitimidad política. Ellos mueven bien las estructuras para obtener votos y sobre todo dinero. La vivienda social, los ambulantes y los taxis pirata son lo suyo. Han sabido utilizar los recursos públicos en beneficio personal y de grupo para sus fines políticos.

El propio hermano de Dolores es uno de los más poderosos  líderes de los ambulantes y de vivienda en la Ciudad de México.

Cómo olvidar la imagen de René Bejarano recibiendo cientos de miles de pesos de manos del empresario Carlos Ahumada, por lo cual estuvo en el Reclusorio Sur seis meses, con muchísimos privilegios y sin castigo alguno.

Bejarano y los hermanos Padierna se convirtieron en expertos en vivienda desde que fueron de los que bajaron los recursos del gobierno para reconstruir los hogares damnificados después del sismo del 85.

Así iniciaron su carrera política justo después del sismos del 85. Ambos eran parte de la llamada Coordinadora Única de Damnificados (CUD), organización que agrupaba a personas afectadas por el temblor y formada en Tlatelolco el 24 de octubre de 1985.

Formalmente, la CUD nunca tuvo una estructura jerárquica, aunque las cabezas visibles eran Cuauhtémoc Abarca, Alejandro Varas, Armando Palomo, Marco Rascón, Javier Hidalgo, Leslie Serna, además de Padierna y Bejarano. Y tuvieron muchísimo apoyo de los grupos de Manuel Camacho.

A través de la CUD, Padierna y Bejarano empezaron a ofrecer vivienda social con terrenos y recursos del entonces Departamento del Distrito Federal.

Poco después, en 1989, fundaron la Unión Popular Nueva Tenochtitlán, la cual fue base fundamental para lo que lograrían más tarde: una permanente y creciente influencia en grupos de comerciantes informales, franeleros, taxis tolerados y rutas de microbús.

Posteriormente, fueron parte del grupo que fundó el Partido de la Revolución Democrática. Y en 1992 crearon la corriente Izquierda Democrática Nacional dentro de ese partido.

Los Padierna–Bejarano, junto con Martí Batres, estuvieron involucrados en la venta de la “leche” Betty, la cual se dictaminó que no tenía valor nutritivo y que el líquido estaba contaminado con excremento.

Padierna redujo el asunto a una “campaña de desprestigio” contra organizaciones, como la suya, “que son las únicas que se han preocupado por llevar leche y comida a los niños más desprotegidos”.

En apenas su primer año de administración como delegada de la Cuauhtémoc, vivió el escándalo del incendio de la discoteca Lobohombo, en el que murieron 22 personas y se descubrieron irregularidades en los permisos de operación del lugar, y se dijo que los propietarios de dicho antro apoyaron la campaña de Dolores.

Hace apenas un par de años, nuevamente se mencionó el nombre de la pareja en un caso controvertido, luego de que se localizara un túnel en un inmueble de la colonia Condesa, presuntamente invadido por la Asamblea de Barrios y en el que se encontraron tres bóvedas y motocicletas.

Cuando se les preguntó a quienes invadían ese predio, quién podía dar información, contestaban que con los Bejarano-Padierna. No era nada nuevo, ese siempre fue su negocio político. Morena gana con ellos recursos y votos clientelares, pero pierde, sin duda, legitimidad.

En marzo pasado Dolores Padierna y Miguel Barbosa, entonces perredistas, se enfrascaron en una lucha que fragmentó la bancada del sol azteca en el Senado, y es que en ese entonces Barbosa desató una ola de críticas por hacer público su apoyo al proyecto presidencial del dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador.   

Padierna y Barbosa disputaron la coordinación de la bancada, los recursos y lugares que se le asignan a las comisiones presididas por el PRD en el Senado. Al final Barbosa salió del grupo parlamentario y se integró al del PT y ahora es uno de los operadores políticos de AMLO.

Padierna y su esposo René Bejarano renunciaron el sábado pasado a su militancia perredista y el domingo en un mitin de AMLO anunciaron su apoyo al líder de Morena. 

René Bejarano aseguró que su salida del PRD es con el objetivo de apoyar a Andrés Manuel López Obrador, aunque de momento no se afiliará a Morena. Afirmó que no podrían apoyar la creación de un frente amplio PAN-PRD que impulse a un panista como candidato presidencial.

En el partido de López Obrador coincidieron, de nuevo, esos personajes que hace unos meses se confrontaron por posiciones: Barbosa de quien Padierna aseguró que encontraron “lagunas” en el manejo de recursos del grupo parlamentario y la dirigente de IDN que descalificaba el apoyo al líder de Morena.