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AMLO y su proselitismo con migrantes

En muchas de las principales ciudades del mundo se han dado marchas en protesta contra Donald Trump. México ha sido el país que más agravios ha recibido del mandatario estadounidense.

 

El fin de semana se dieron dos marchas cuyo principal objetivo era protestar en contra de Trump. Lamentablemente se entremezclaron otros objetivos y ambas marchas se politizaron. Una marcha se decía que era a favor de Peña, la otra en contra. Lo que los organizadores y los mexicanos debieron haber hecho era marchar en contra de Trump. Y en otro lugar o marcha exigir sus demandas válidas o no.

Muchos ciudadanos estábamos convencidos de ir, pero la manipulación comenzó a ser demasiado evidente. Me platicaba una amiga que es maestra en la UNAM, que muchos profesores habían confirmado su asistencia, pero que llegó la instrucción de que tenían que participar y muchos de ellos decidieron quedarse en su casa.

Esa manipulación se siente también del otro lado de la frontera. El proteger a los migrantes se ha hecho un lema de campaña, porque es un tema que se quiere utilizar electoralmente.

Claro es el ejemplo de Andrés Manuel López Obrador, quien hasta hace muy poco decía que los políticos mexicanos no deberían de viajar al extranjero, que la política se hacía en México.

Ahora ha iniciado una gira por Estados Unidos con el objetivo de protestar contra la política migratoria del presidente Donald Trump y la defensa de los migrantes mexicanos. Eso está muy bien, lo grave es que al igual que sucedió en la marcha, el presidente de Morena ha fijado la postura que México no es Peña Nieto, e incluso ha dicho que su partido pagará cien abogados para apoyen a los migrantes en Estados Unidos.

López Obrador visitará Los Ángeles y seguirá en Chicago, Laredo, El Paso, Phoenix, San Francisco y Nueva York. Su estrategia se nota claramente enfocada a aprovechar los ataques de Trump contra México y por eso ha realizado algunas acciones concretas:

Un par de horas después de que Trump juró el cargo como presidente, López Obrador fue el primer político mexicano que le envió un mensaje en actos públicos desde la frontera y dio a conocer un decálogo de medidas para proteger los derechos de los migrantes. “Hay que tomar la iniciativa y ante la amenaza y el manejo perverso de la política de la incertidumbre, fijar una postura clara, sin titubeos ni medias tintas”, dijo.

Posteriormente, tras la firma de Trump del decreto que puso en marcha el muro fronterizo con México, López Obrador le pidió al Gobierno federal acudir a la ONU y a los tribunales internacionales para frenar la obåra.

Ha llegado a decir que está dispuesto a trabajar al lado del Presidente Enrique Peña Nieto, a quien descalificó en numerosas ocasiones a lo largo del sexenio y de quien decía que “nos llevará al despeñadero”.

Todo esto parece ser una clara contradicción al hecho de que durante los últimos 18 años no se había registrado ni un solo viaje de AMLO a la Unión Americana, ya fuera en sus giras por la “defensa del voto”, como “presidente legítimo”, ni mucho menos como presidente de Morena.

Ahora, López Obrador, lo mismo que los dirigentes del PRI o del PAN, se acuerdan de los migrantes. Él, como todos los dirigentes partidarios, anuncian medidas y recursos en su apoyo. Todos, finalmente saludan con sombrero ajeno, y olvidan decir que todos esos respaldos y apoyos provienen del dinero público.

bibibelsasso@hotmail.com
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