Ahogado en su propio vómito
La nueva declaración del expresidente Vicente Fox demuestra que su memoria es de muy corto plazo: “Yo vomito a cualquiera que mete a la familia al negocio y por eso Calderón no me cae, lo digo públicamente. Es una equivocación que ahora meta a su señora”.
Ya se le olvidó que su esposa, Marta Sahagún, tuvo un papel protagónico durante su campaña a la Presidencia y durante todo su mandato.
Cuando fue la campaña en donde Fox ganó la Presidencia, yo coordinaba un noticiero de radio. Cuando queríamos entrevista con Fox, Marta personalmente arreglaba todas las peticiones y no sólo con los medios, era la encargada de coordinar prácticamente todo. Y la verdad, muy eficaz.
Cuando Vicente Fox llega a la Presidencia, durante el primer año ella se desempeñó como vocera, pero no sólo eso, dirigía prácticamente todos los temas en Los Pinos, y una vez que se convirtió en la esposa del mandatario, dejó la vocería pero continuó dirigiendo prácticamente a todo el gabinete.
Ahora, cuando se le pregunta en entrevistas a Marta Sahagún sobre sus aspiraciones políticas, ella dice que renunció a su proyecto político al casarse con Vicente Fox.
La realidad es que ella misma ha manifestado en repetidas ocasiones que durante la administración de su marido “no estaba dispuesta a convertirme en adorno de Los Pinos, ni a caminar simplemente como sombra detrás de Vicente”. Y claramente fue así.
Hace poco más de un año, en marzo de 2015, Marta dio una conferencia con motivo del Día Internacional de la Mujer en el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG), dijo: “Ahora me pregunto, si hubiera querido (ser candidata a la Presidencia) ¿por qué no?; ¿qué acaso las mujeres no tenemos el derecho de votar desde 1953 y ser votadas? ¿Acaso ser esposa del Presidente de México te quita el derecho que tienes como ciudadana plenamente? Pues no”.
Y es que en México luego se nos olvidan las cosas, pero la historia se debe de recordar.
A principios de 2004, Marta Sahagún declaró que México estaba listo para tener una mujer como presidenta, y que estaba dispuesta a continuar con el proyecto de Vicente Fox.
Incluso, en enero de 2004, un día después de que el dirigente del PAN, Luis Felipe Bravo, afirmara que Marta Sahagún no se presentaría como candidata, ella declaró que hasta ese momento no se descartaba como aspirante, “eso será cuando tenga que decidir con absoluto apego a mi congruencia y responsabilidad”. Y agregó que el presidente Fox “tiene un profundo respeto por mis decisiones y cuando llegue el momento ya veremos”.
Fox fue duramente criticado por su propio partido y se dijo que traicionó al proyecto de cambio, por anteponer los intereses de Sahagún en sus intentonas de ser candidata presidencial.
Uno de los más molestos fue Alfonso Durazo, quien fuera su secretario particular hasta el 5 de julio de 2004, y quien renunció al cargo porque no estaba de acuerdo con la manera en que desde la Presidencia se alimentaba o se dejaba crecer la posibilidad de que la esposa de Fox, Marta Sahagún, pudiera ser candidata presidencial.
Adolfo Aguilar Zinser, exconsejero presidencial de Seguridad, y quien falleció en 2005, fue otro que criticó las pretensiones de la consorte y calificó de “chiste cruel” que fuera la próxima presidenta de la República.
También senadores panistas le pidieron a la esposa de Fox que dejara Los Pinos y se divorciara si pretendía aspirar a la Presidencia, y Manuel Espino, expresidente nacional del PAN, consideró antiético que Marta Sahagún contendiera por la candidatura y expresó que los mexicanos no la aceptarían porque sería perpetuar en el poder los intereses de una familia.
Fue hasta julio de 2004 que Marta Sahagún anuncia, tras meses de una gran especulación política, que no se presentaría como candidata a las elecciones presidenciales de 2006 y que el matrimonio Fox se retiraría a vivir a su rancho al término de su mandato en 2006.
Marta no fue candidata a la Presidencia porque no pudo. A Fox, eso se le olvida, y por eso hoy reclama que Margarita Zavala, con quien tiene conflicto porque está casada con Felipe Calderón, su sucesor, quien nunca fue su candidato, y acabó ganando la Presidencia, busque representar al PAN.
Al hacer estas declaraciones, sin tener la más mínima autocrítica, Fox se está ahogando en su propio vómito.
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