Nueva geografía del narcotráfico, lo que El Chapo provocó
Esta semana se cumplen dos años de la segunda fuga de Joaquín El Chapo Guzmán de una cárcel de máxima seguridad. Aquel sábado, ya casi a la medianoche, las redes sociales comenzaron a bombardear con el rumor que minutos más tarde fue confirmado: Guzmán Loera se había escapado. El sistema de videovigilancia de la cárcel mostró que El Chapo se aproximó al área de duchas de la estancia 20, del pasillo 2 a las 20:52 horas, pero al prolongarse su ausencia el personal de seguridad revisó la celda y notó que el líder del Cártel de Sinaloa ya no se encontraba allí.
Había escapado por un túnel.
El Chapo fue recapturado y finalmente extraditado a una cárcel de máxima seguridad en Nueva York. A partir de ese momento el peso de El Chapo en el Cártel de Sinaloa mermó.
La fuga, la caída y la extradición de Guzmán Loera cambiaron toda la geografía del narcotráfico en México.
Cárteles históricos se rompieron: unos cayeron, otros trataron de seguir y reposicionarse. No han faltado traiciones y se ha desencadenado la violencia.
Lejos de disminuirse, el fenómeno de la atomización de los cárteles en México ha provocado que la violencia y la inseguridad se mantengan en muy altos niveles a lo largo del territorio.
El enfrentamiento más grave y estratégico se ha dado en torno al Cártel de Sinaloa.
Desde que Guzmán Loera está en Nueva York, donde ya no tiene contacto con otros miembros de la organización, varios han querido ser sus sucesores. Ahí están los hijos de El Chapo que se disputan con el hijo de Dámaso López, quien fue el operador de ese grupo delictivo durante años y está detenido.
El hijo de Dámaso López trabaja y se ha aliado con El Mayo Zambada, uno de los líderes del narcotráfico más antiguos y con mayor peso.
Al mismo tiempo, el Cártel de Sinaloa está dividido en por lo menos tres grupos.
Los grandes enemigos del Cártel de Sinaloa son el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de los Beltrán Leyva.
Hoy las cabezas de estos tres grandes grupos del narcotráfico en México son: de los Beltrán Leyva, Fausto Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro.
Del de Sinaloa, Ismael El Mayo Zambada, y del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.
Las disputas entre ellos han dejado decenas de murtos en los últimos meses.
Estos conflictos no se han dado sólo en Sinaloa, sino también en todo el Triángulo Dorado, incluyendo Durango y Chihuahua. En Sonora, Nayarit y las dos Baja California también son parte del enfrentamiento de estos grupos.
Guerrero también se ha convertido en un punto de extrema violencia y es que cinco cárteles a través de sus brazos armados se quieren quedar con la zona. No olvidemos que ahí se da la principal producción de amapola, de donde se extrae la heroína, una de las drogas de mayor consumo en Estados Unidos.
En Guerrero están los del Cártel de Sinaloa, Los Beltrán Leyva, el Cártel Jalisco Nueva Generación, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios.
En Tamaulipas ya desde hace años Los Zetas y los del Cártel del Golfo luchan por el control del estado.
En Veracruz están: El Cártel del Noreste, CJNG, Cártel de Sinaloa, Zetas Vieja Escuela y el Cártel del Golfo.
En Quintana Roo: El Cártel del Golfo, Los Zetas y el Cártel de Sinaloa. En Colima operan el CJNG y el Cártel de Sinaloa.
En Baja California están enfrentados el Cártel de Sinaloa y un mermado cártel de los Arellano Félix.
Y en Baja California Sur se disputan el territorio el Cártel de Sinaloa, los Beltrán Leyva, el CJNG y las Fuerzas Especiales de Dámaso.
Cada uno de estos grupos tienen subgrupos que también se disputan el control del narcotráfico. Mientras continúe la lucha entre todos estos cárteles del narcotráfico, incluyendo las casi 20 ramificaciones de estos, la violencia no cesará.
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