Periodistas asesinados: matando al mensajero
Armando Arrieta Granados, jefe de redacción del periódico La Opinión de Poza Rica, fue atacado a tiros la madrugada de ayer en su domicilio, dejándole en grave estado de salud, hasta el cierre de esta columna el reporte médico indicaba que su condición era delicada.
Armando, cuentan otros periodistas de Veracruz, es un profesional serio. Dicen que no está en temas policiacos y nadie lo conoce como mafioso. Es un hombre con buena reputación en Poza Rica.
También fue maestro y su esposa es consejera electoral. El perfil de Arrieta pareciera el de un profesional del periodismo impecable: tiene una maestría en educación superior por la Universidad Veracruzana y desde el 2005 fue un duro crítico de las autoridades, a las que exigió el esclarecimiento del asesinato de su jefe y dueño del mismo diario, Raúl Gibb Guerrero, ocurrido en abril de ese año.
Las primeras versiones y partes policiacos informan que el periodista fue atacado por sujetos desconocidos en la puerta de su casa, ubicada en Poza Rica.
Los primeros datos informaron que recibió por lo menos cuatro impactos de bala calibre 9 milímetros, por lo que fue trasladado de urgencia a una clínica.
La Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas en Veracruz informó que activó los protocolos de emergencia en coordinación con la Secretaría de Seguridad Pública estatal, para garantizar la integridad del periodista y la de su familia, en el hospital donde se encuentra.
Apenas una semana antes, el 23 de marzo, la periodista Miroslava Breach había sido asesinada. Fue sorprendida cuando salía del garaje de su casa a bordo de su vehículo alrededor de las 07:10 horas para llevar a su hijo a la escuela.
Recibió ocho disparos y junto a la camioneta la policía encontró una cartulina con un mensaje que afirma que el homicido de Breach fue a consecuencia de su “lengua larga”, y que Mirsolava fue mandada a asesinar por Carlos Arturo Quintana, alias El 80, presunto líder de La Línea —brazo armado del Cártel de Juárez.
Según el FBI, El 80 es uno de los delincuentes más buscados en Estados Unidos.
De acuerdo al recuento elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos con corte hasta el 2016, México sufrió desde 2000 el asesinato de 114 periodistas, mientras que hay 20 desaparecidos.
Siete de los asesinatos se registraron en 2016. Desde 2006 hubo además 49 ataques contra medios de comunicación.
Algunos de estos periodistas han sido asesinados porque han recibido dinero de un grupo del narcotráfico para golpear a otro. En ocasiones el crimen organizado les dice que les van a pagar mensualmente una cantidad de dinero. Lo que sucede es que el primer mes, los narcotraficantes pagan y al siguiente simplemente los amenazan a ellos o a sus familias.
Otro problema grave es, que algunos colegas reciben información de un grupo en contra del otro y la publican. ¿Qué sucede? Los afectados perciben que están trabajando con grupos contrarios y ahí viene el problema.
Lo más grave de este asunto, es que van ya muchos periodistas baleados como el caso de Armando Arrieta, que no estan metidos en esos conflictos. Es una tragedia que estos asesinatos estén sucediendo.
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