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Desplazados por el narco

La semana pasada que estuvimos en Heliodoro Castillo, en la sierra de Guerrero, haciendo un reportaje especial sobre la erradicación de la amapola, le pregunté a uno de los militares que nos acompañaban si los campesinos que cosechaban los campos eran detenidos cuando se hacían los operativos.

 

Me contestó que generalmente no estaban en los campos cuando llegaban los militares a erradicar y que la ley indica que sólo si era en los campos, y en flagrancia, se les puede detener.

Pero este militar estaba consternado, porque platicó que la gran mayoría de las personas que cultiva los campos de la amapola son víctimas del crimen organizado.

Muchos, entre ellos niños y mujeres, son amenazados por los cárteles de la droga para hacer la siembra. Pero además son amedrentados por distintos grupos del narcotráfico. Sólo en esa zona operan más de 17 que constantemente se están disputando el territorio.

Y ésa es la razón por la cual cientos de personas han tenido que abandonar sus tierras y sus hogares en muchas zonas del país. Es preferible para ellos dejar lo poco que tienen, que estar expuestos a perder la vida en cualquier momento.

Entrevisté a Emilio Álvarez Icaza y le pregunté sobre este tema: El crimen organizado ha azotado y ha amedrentado a muchísima gente, de esos derechos humanos para las pobres víctimas del crimen organizado poco se dice o poco se ve. ¿Qué hacer con esa gente? Porque esa gente sí está en medio del fuego absoluto.

Álvarez Icaza me respondió: “No sólo está en medio del fuego, está en la indefensión y ahí es cuando me parece que hace falta que intervenga el Estado, que intervenga el gobierno”.

“Yo estoy convencido de que México tiene una deuda con las víctimas, quien comete un delito debe de pagar por ello, pero el remedio no debe ser peor que la enfermedad, porque al final del día no tienes ni más seguridad ni más derechos y tienes campesinos como esos de Guerrero que nadie mira por ellos y de qué se supone que van a vivir si no hacen los matan y si hacen los matan, me parece que lo que está pasando es que hay una estructura de gobierno que se ha olvidado de esa gente”, aseguró.

Platicamos que no sólo son los 43 jóvenes desaparecidos la noche de Iguala, sino que hay miles en todo el país: “El número de desaparecidos en México se estima que es casi igual al que hubo cuando la dictadura en Argentina, los 43 es un caso profundamente doloroso”.

Estamos hablando de que son contextos totalmente distintos a lo que se vivió durante la dictadura argentina, en la dictadura en Chile, a lo que estamos viviendo aquí en México le dije.

“Sí, absolutamente, a lo que me refiero es la proporción, no el contexto. Son contextos totalmente distintos, pero el problema de la tragedia humana que hay detrás cuando estás hablando no de 43, sino de miles de desaparecidos y donde estás contando fosas como parques”, afirmó.

Y es que nueve de cada 10 desplazados en el país son por causa de la delincuencia, según el Informe Especial sobre Desplazamiento Forzado Interno, presentado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en mayo de 2016.

El reporte precisa que en México hay 35 mil 433 víctimas de desplazamiento forzado interno (DFI), de las cuales 27 mil 780, que representan el 78 por ciento, son de Chihuahua, Durango, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Sinaloa, Tamaulipas y Veracruz.

Se indicó en este mismo informe que 31 mil 798, es decir, el 90 por ciento de los DFI se deben a la delincuencia en sus lugares de origen.

Las entidades que registran el mayor número de desplazados por el crimen organizado son Tamaulipas, con 20 mil (que representa el 56 por ciento del total); Guerrero, con dos mil 44; Sinaloa, 769; Michoacán, 728; Oaxaca, 250 y Veracruz, 961.

La CNDH destaca que el fenómeno se originó a partir de 2007: “Muchas familias, comunidades y grupos de personas se han movilizado a causa de la violencia generada por el crimen organizado, por lo que es urgente una ley sobre desplazamiento forzado”.

Las personas que abandonan sus hogares, difícilmente lo denuncian porque saben que si lo hacen están firmando la sentencia de muerte de ellos y sus familiares.

Es un problema muy triste en donde se tiene que poner mucha atención.

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