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Festival de la Yakuza

La Yakuza, la antiquísima y poderosa organización de la mafia japonesa que cuenta con más de cien años de operar en el mercado de lo ilícito, está celebrando su festival anual. Esta agrupación surgió en Japón en 1915.

El Sanja Matsuri, en el barrio de Asakusa, se celebra cada año en el tercer fin de semana de mayo y está considerado uno de los tres festivales más importantes de Tokio. Este festival de origen religioso reúne, año con año, a casi dos millones de personas.

La palabra Sanja significa “tres santuarios”, ya que todo gira en torno a tres santuarios o altares portátiles, que en japonés se llaman mikoshis, que en este caso están dedicados a los fundadores del templo Sensō-ji. La palabra Matsuri significa “festival”.

El templo Sensō-ji lo organiza junto con los vecinos del barrio de Asakusa, y es una tradición que cada vez cobra más adeptos. Quienes han tenido la oportunidad de estar en Tokio en esas fechas aseguran que vale la pena visitarlo, porque es un espectáculo lleno de colorido, música, baile y energía. Pero sobre todo, porque es un festival dominado por la mafia nipona, que durante el año conserva un perfil más bajo, pero durante las fiestas se hacen visibles y se mezclan con la concurrencia, sin intervención de la policía.

Al igual que algunos narcotraficantes aquí en México, que buscan repartir recursos en sus comunidades para ser aceptados, los miembros de la organización japonesa también han buscado la aprobación social.

Hace unos años este grupo incluso realizó donaciones para las familias más afectadas del tsunami en 2011. Como hemos visto aquí en nuestro país, que narcotraficantes importantes reparten regalos en Navidad a los niños de escasos recursos, la Yakuza hizo llegar 70 camiones con comida, agua, mantas y productos de higiene personal a las zonas de desastre, con mayor eficiencia y organización que la mostrada por las propias autoridades luego de la tragedia. También cada año financian casi en su totalidad este festival.

Hoy este grupo delictivo se disputa con otras organizaciones el control criminal de Japón. Se ha reportado que actualmente las pugnas económicas y territoriales dividen y debilitan al principal clan de la mafia en aquel país oriental.

Las autoridades niponas permanecen en alerta debido a que una escisión similar en 1984, dio origen a una sangrienta lucha que dejó decenas de muertos y heridos a lo largo de cinco años.

Ahora la Yakuza esta siendo enfrentada por las autoridades de una manera más enérgica. Las leyes contra el crimen organizado han logrado disminuir su influencia y poder en la legalidad, por lo que cada vez es menor la presencia de sociedades mafiosas en la construcción, las lavanderías o los restaurantes, que hace pocos años era común en Japón. Pero sin duda siguen operando en todo el país.

De acuerdo con un artículo publicado hace unos años en el diario Asahi Shimbun, un 70 por ciento de los grupos que participan en el festival son controlados por esta mafia. Después de un incidente en el que un individuo pagó muchísimo dinero a una banda de este clan para que se le permitiera montar en la parte superior de un mikoshi (en violación de las normas del festival y considerado un acto de sacrilegio), la policía investigó a alrededor de 30 grupos de residentes locales que cargan los altares. Las autoridades descubrieron que más de 20 de éstas eran encabezadas por miembros de los sindicatos de Yakuzas.

El festival es aparentemente una fuente de fondos para esta mafia, en el cual se lava dinero del crimen organizado. Pero también es una oportunidad para hacer trabajo de relaciones públicas.

Hoy, el tercer festival más importante de Japón es un festejo de la principal asociación delictiva de ese país.

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