Los pactos ya no existen
Entre los grandes capos del narcotráfico existían pactos de lealtad que se respetaban. La primera regla era que nunca se metían con las novias, hijos o esposas, en ese orden. También solían respetar no expoliar las comunidades donde operaban. Y así trabajaron durante años. El principal objetivo de los grande capos era trasladar la droga y obtener ganancias enormes. Aunque siempre ha habido mucha violencia en ese medio, el honor de la palabra era valioso entre ellos.
En los años 80 se dio una historia de terror. Los Arellano Félix libraban una batalla contra Amado Carrillo. Éste a su vez tenía dos jóvenes socios que venían de los bajos fondos de Culiacán: JoaquínEl Chapo Guzmán y Héctor Luis El Güero Palma. La lucha de los Arellano contra El Chapo y El Güero fue feroz.
En 1989 un socio venezolano de El Güero Palma, dicen que contratado por Los Arellano Félix, sedujo a su mujer y la convenció de dejarlo junto con sus dos hijos para irse con él. La mujer accedió y después El Güero recibió una caja por paquetería con la cabeza de ella. A pocos días recibió otro paquete: contenía un video en el que se veía a sus hijos cuando eran arrojados a las Cataratas del Ángel, en Venezuela. Allí, unos años después, murió en forma brutal, dentro de una cárcel, el asesino de la mujer y los niños. Esa historia rompió en muchos sentidos todos los códigos de honor del narcotráfico, pero los mismos, de alguna forma, siguieron respetándose, por lo menos hasta mediados de los años 90. Una década después los códigos ya habían desaparecido.
Hace unos días fue secuestrada Yuriana Castillo Torres, una joven de 23 años, cuando salía de un gimnasio en Culiacán, Sinaloa. Dos hombres fuertemente armados la jalaron y la encañonaron para subirla a un ve-hículo. Al día siguiente apareció en un lote baldío de Culiacán. Tenía golpes en la cabeza, había sido torturada, estaba atada de manos y pies y traía puesta la misma ropa deportiva con la que fue levantada. Según información que reveló la Procuraduría General de Justicia del Estado, esta joven había sido pareja sentimental de José Rodrigo Aréchiga El Chino Ántrax.
Les platicaba la semana pasada que El Chino Antrax fue detenido en diciembre del 2013 en el aeropuerto de Ámsterdam, Holanda, cuando pretendía abordar un vuelo a Cancún. Se le descubrió que traía un pasaporte con nombre falso. Enfrenta cargos en Estados Unidos por tráfico de drogas.
Según las líneas de investigación de la Procuraduría General de la Republica, El Chino Ántrax sería el autor intelectual del asesinato del hermano mayor de los Arellano Félix, Francisco El Doctor, el pasado 18 de octubre en Los Cabos. A él lo ejecutó un sujeto vestido de payaso durante una fiesta familiar.
En enero del 2014 se dio a conocer que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos dio la orden de congelar todas las cuentas de El Chino Ántrax, además de imponer sanciones a las compañías que tuvieran algún tipo de relación con el jefe de sicarios del cártel de Sinaloa.
Este hombre, que era el responsable de la logística y transporte de Joaquín Guzmán Loera, también fue la pareja sentimental de la joven asesinada Yuriana Castillo.
Los años en que se respetaba a las parejas están muy lejos de lo que sucede hoy en el mundo del narcotráfico. Hoy éstas y los hijos son cada vez más utilizados para ejecutar venganzas personales.
Y cada día que pasa vemos que esta violencia, que afecta sobre todo a las mujeres, tiene un aumento exponencial.
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