Cafres al volante
Al año cerca de mil 200 personas perecen atropelladas en la Ciudad de México. En el país cada día arrollan a 20 ciclistas y anualmente 200 de ellos pierden la vida. Los ciclistas son considerados el segundo grupo más vulnerable en la categoría de accidentes de tránsito, sólo después de los peatones, según datos del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra).
México se encuentra entre los 10 países donde ocurre la mayor cantidad de decesos por incidentes viales: 24 mil cada año, y estos percances representan la primera causa de muerte entre niños y jóvenes de 5 a 29 años y la segunda de discapacidad permanente.
De acuerdo con la Cruz Roja Mexicana, la telefonía móvil ya constituyen la primera causa de accidentes, por arriba de los ocasionados por el consumo de alcohol. En nuestro país éste es un problema de salud pública. Durante 2014 fallecieron cerca de 16 mil personas en accidentes viales en los cuales el empleo del teléfono estuvo presente.
Conducir y hablar por teléfono, incluso con dispositivos de manos libres, al mismo tiempo aumenta entre cuatro y nueve veces el riesgo de sufrir un choque, según diversas investigaciones.
Alguien que escribe mensajes de texto mientras maneja un auto tiene 23 veces más probabilidades de verse involucrado en una colisión que aquel que no lo hace.
Muchas de estas muertes se podrían prevenir si los conductores fueran más responsables. Hoy entra en vigor el nuevo Reglamento de Tránsito del Distrito Federal, el cual contempla situaciones simples que sin duda pueden evitar muchos accidentes. Habrá sanciones a quien hable por teléfono mientras maneja, quien se maquille, quien no mantenga ambas manos en el volante, quien baje pasaje a la mitad de la calle; en fin, a todo aquel que con su actuar ponga en riesgo la vida de personas.
Algo pasa con los mexicanos, pues el mismo que aquí viola todas las leyes de tránsito, si llega a Estados Unidos y renta un coche conduce de una manera impecable. ¿Por qué? Es que así lo exigen las autoridades. Por ejemplo, si en Estados Unidos le aplican a usted una multa por exceso de velocidad el hecho queda registrado en su expediente, y cuando se tiene que renovar el seguro, que es requerido por ley, la cuota aumenta.
Para evitar que esa sanción vaya a los récords, se puede ir a una sesión en la Corte o bien acudir a una clase de manejo. Esto sólo por exceso de velocidad. Cuando se es detenido por DUI (driving under the influence), que es la infracción por manejar bajo efectos del alcohol, las medidas son muy drásticas. La persona es arrestada y una vez que queda en libertad le colocan al automóvil un detector de alcohol al que tiene que soplar cada vez que pretenda encender el coche. Por supuesto que todo esto tiene un costo económico muy alto.
Ahora con este reglamento de tránsito en la Ciudad de México lo que se busca es que la gente tenga conciencia de la responsabilidad que adquiere al conducir.
Algunos conductores ofrecen billetes para evadir las multas y también es cierto que algunos oficiales piden dinero a cambio de no imponer la sanción. Para acabar con estas prácticas el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, explicó que la ciudadanía cuenta con Locatel y con el Consejo Ciudadano para denunciar cualquier abuso de agentes de tránsito, además de la aplicación “Mi Policía”, en la que se puede verificar que el uniformado esté autorizado para levantar la infracción.
Ojalá este nuevo reglamento tenga el mismo impacto que ha tenido el alcoholímetro en muchas personas que en verdad han dejado de manejar alcoholizadas por temor a ser detenidas y empecemos a ser una sociedad mucho más educada y responsable al volante. Si se logra se evitarán muchísimos accidentes de tránsito.
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