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El poder es para ejercerlo, no hay que temerle: Un Café Con Aurelio Nuño

El titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño, tiene 37 años y una visión del poder en la que pondera tanto la capacidad de transformación que éste tiene, como las tentaciones que es capaz de generar en quien lo ejerce. “No hay que tenerle miedo”, dice el funcionario, quien antes de ser secretario de Estado fue Jefe de la Oficina de la Presidencia y pieza clave del Presidente Enrique Peña en la campaña, en la transición y en las negociaciones del Pacto por México. Nuño hoy tiene la encomienda de instrumentar la Reforma Educativa, la cual ve como herramienta para que todos los niños puedan acceder a una educación de calidad, como la que, dice, él tuvo. Que ésta sea un privilegio de todos los niños del país.

Bibiana Belsasso: Aurelio, tus primeros años de vida transcurrieron en una casa muy linda en Tlalpan, ¿cómo eran?

Aurelio Nuño: Efectivamente, tuve la fortuna de tener una infancia muy feliz.Mis padres están divorciados desde que yo era muy joven, pero siempre hubo una muy buena relación entre ellos, y conmigo.

 

Belsasso: ¿Cuántos años tenías cuando se divorciaron?

 

Nuño: Un año, pero que se asumió de manera muy natural. Agradezco mucho a mis padres, quienes siempre lo tomaron con una gran civilidad, fue algo que afortunadamente nunca afectó en mi desarrollo. Vivía con mi mamá, veía a mi papá una o dos veces por semana; viví siempre con mi mamá en un ambiente muy bonito, muy familiar, muy cercano a todos mis primos, a mis abuelos, particularmente del lado materno. Mi madre es profesora investigadora de la UNAM, es historiadora y antropóloga. Desde siempre, en mi casa hubo una preocupación por la educación, por la formación, por la cultura y por la historia.

 

Belsasso: Pero además de todo dicen los que te conocen que, efectivamente, tu casa era de intelectuales, de muchísimos libros, muchísima lectura desde que eras chiquitito. Esas sobremesas deben haber sido muy enriquecedoras.

 

Nuño: Muy enriquecedoras y siempre con un gran fomento a lo que tenía que ver con la educación, con la cultura, y sobre todo, muy inclinado por la profesión de mi mamá, a la historia y a la antropología. Mi mamá se volvió a casar con un señor a quien quise mucho, quien desafortunadamente falleció, el doctor Roberto Varela.

 

Belsasso: Maestro en Filosofía, ¿no?

 

Nuño: Sí, y antropólogo también, uno de los más importantes en México, profesor de la UAM Iztapalapa. Dentro de esa riqueza en esas conversaciones en familia, la política siempre estaba presente, también la historia, la antropología y la literatura.

 

Belsasso: ¿Los temas sociales?

 

Nuño: Desde muy chico pude palpar y tener una muy buena formación, el privilegio de haber accedido a la educación de esa manera y, por eso, hoy, tener una gran conciencia de que una buena educación puede hacer la diferencia en la vida y de que podamos lograr esta transformación que queremos con la Reforma Educativa, para que todos los niños puedan tener acceso a una educación de calidad como yo la tuve, el privilegio que yo tuve.

 

Belsasso: Tuviste la suerte de tener una madre con una gran inteligencia emocional, que aunque estuviera divorciada, pudo tener una buena relación con su exmarido y tener una buena relación dentro de una familia reconstituida.

 

Nuño: Así es, creo que eso fue clave en mi formación, es algo que le voy a agradecer toda la vida a mi mamá, el haber tenido una condición, como sé que es la de muchas mujeres en México, de ser madres, o solteras o divorciadas, que tienen que sacar adelante a su familia o a su hijo, como fue en mi caso, haciéndolo de una manera muy armónica.

 

Belsasso: Además de todo con mucho amor; porque siendo hijo único de tu madre, eras consentidísimo.

 

Nuño: Sí, muy consentido. Con mi papá tengo una extraordinaria relación, desde chico siempre lo vi, a la fecha igual. Todo eso se construyó gracias al empeño y a la inteligencia que tuvo mi mamá.

 

Belsasso: ¿Qué tan buen estudiante eras en la primaria y en la secundaria?

 

Nuño: En la primaria bastante bueno. Tuve el privilegio de ir a una escuela muy especial, la Manuel Bartolomé Cossío, que tiene el método de enseñanza de Freinet, un pedagogo español que desarrolló un sistema muy particular, que en México implementó el maestro José Tapia, un español que vino a México con los refugiados de la Guerra Civil en los años treinta. Más que tener tareas diarias lo que teníamos desde primero de primaria eran trabajos de investigación sobre los temas que tú quisieras, pero la condición era que tú mismo te pusieras a investigar y después tenías que presentar frente al grupo tu trabajo, tu tarea. Me acuerdo que en primero de primaria mi investigación y mi presentación fue sobre Emiliano Zapata. Siempre fueron esos temas los que me gustaron y eso me permitió una gran formación. Después en la secundaria y en la prepa, me volví un estudiante un poco más promedio, no me iba mal.

 

Belsasso: Pero cumplías con tus obligaciones y también es muy importante cumplir con esa vida social y los amigos.

 

Nuño: Cumplía con mis obligaciones, sin mayor problema. Jugaba mucho futbol, es una época en la que hice mucho deporte, en la que tuve muchos amigos; una época que disfruté mucho de mi vida.

 

Belsasso: ¿Todavía ves a muchos de tus amigos de esa época?

 

Nuño: Sí, a muchos, sobre todo a varios de la secundaria y de la preparatoria, que han seguido siendo amigos a lo largo de la vida.

 

Belsasso: ¿Y entras a la Ibero?

 

Nuño: Después entro a la Ibero, estudio Ciencias Políticas, una carrera que me apasionó, que me gustó muchísimo, que pude y tuve la oportunidad de disfrutarla. Tuve muy buenos profesores que me enseñaron todo este mundo de la ciencia política, particularmente de la política comparada. Tuve también mucha actividad estudiantil, fui presidente de la Sociedad de Alumnos, organizamos varias actividades con diversos personajes de la vida nacional. Fue una etapa que gocé y disfruté enormemente.

 

Belsasso: Y después te vas a Londres.

 

Nuño: Después entro a trabajar casi cuatro años con el entonces senador Enrique Jackson, era el líder de la bancada del PRI.

 

Belsasso: ¿Fue tu primer acercamiento con la política real?

 

Nuño: Así es, porque hasta antes simplemente había sido un estudiante con una gran pasión. Había sido líder estudiantil, pero nunca había trabajado en la política, ni tenía a nadie; mi familia estaba más por el lado académico, no tenía antecedentes, más que muy lejanos, el de un bisabuelo que participó en la Revolución. Mi primer contacto directo con el mundo real de la política fue con Enrique Jackson, a quien quiero y aprecio mucho, hoy es diputado. Después es que me voy a Oxford a hacer una maestría dos años; otro tiempo formidable, que disfruté muchísimo, de un nivel de exigencia muy alto por el estudio, pero que me encantó.

 

Belsasso: Pero también una calidad de vida y un aprendizaje que si no lo haces en ese momento ya hoy no lo podrías hacer.

 

Nuño: No, ya no, es algo que disfruté mucho, que es algo que queremos que cada vez más mexicanos tengan acceso a ello y por eso hemos incrementado las becas que da el Conacyt. Tuve la oportunidad de irme gracias a las Becas Clarendon del Oxford University Press, gracias a esa beca pude pagar mis estudios. Tuve una beca crédito del Banco de México, que hoy a la fecha sigo pagando, ya voy a terminar de pagarla. Tuve otra beca de excelencia que daba la SEP a mexicanos con muy buenos promedios en su carrera en México y van fuera, eso me permitió complementar. Con una pagué la colegiatura y con las otras podía vivir.

 

Belsasso: Platicando con un amigo que ha tenido la oportunidad de hacer varias maestrías en Estados Unidos, en Columbia, pero estuvo también en Inglaterra, en Oxford, me decía que ahí, además de lo que estás aprendiendo académicamente, te estás reuniendo con quienes van a ser los próximos líderes del mundo, te relacionas muy bien en ese ámbito, ¿no?

 

Nuño: Sí, es una universidad muy rica en ese sentido, desde cómo está organizado el sistema de los colegios, los famosos Colleges, hasta cómo está organizada la universidad. Más allá de lo que estés estudiando tienes que pertenecer a un colegio, vivir ahí y convivir con los estudiantes; yo estuve en St. Antony’s, que es un college especializado en temas de ciencias sociales y de historia, básicamente, todos los que estábamos ahí éramos estudiantes de posgrado. Estudiábamos estudios regionales.

 

Belsasso: Y después de haber salido de Oxford, hoy eres secretario de Educación Pública de tu país, tus demás compañeros ¿dónde están situados?

 

Nuño: Hay de distintos tipos, hay gente que ha sido muy exitosa, por ejemplo, un compañero que es corresponsal del Financial Times para todos los países andinos. Una Universidad como ésa es un pequeño babel, porque además de nacionalidades de todo el mundo, se establece una comunicación y un contacto que fomenta aún más lo que se aprende en las aulas.

 

Belsasso: No es fácil conocer el poder, tú eres un hombre que lo ha conocido desde muy joven y de una manera muy rápida, ¿cómo te llega el poder?, ¿cómo lo vives?

 

Nuño: Creo que hay que intentar vivirlo con la mayor naturalidad que sea posible. El poder es un instrumento para transformar a la sociedad. Me parece que el poder que tenemos ahorita para transformar la educación del país es fundamental. Hay que saber ejercer el poder, no hay que tenerle miedo; hay que tener mucho respeto y mucha conciencia de lo que se hace, hay que saber tomar decisiones, a veces difíciles, que implican muchos temas, el futuro o el presente de mucha gente; hay que tener una gran responsabilidad, pero no hay que temerle. El poder está para ejercerse, no para verlo nada más, pero hay que hacerlo con una gran responsabilidad. En lo personal, tener una gran ecuanimidad y saber que esto es un privilegio de vida temporal y que uno debe de intentar en la medida de lo posible mantener una vida, en lo personal, sin ninguna extravagancia a las que a veces tienta el poder. Me parece que ésa ha sido mi filosofía, es lo que intento cumplir y es una gran experiencia el poder y saber ejercer el poder.

 

Belsasso: Regresas de Oxford, te vuelves coordinador de asesores de Luis Videgaray y, de ahí, ¿cómo empieza tu relación tan cercana con el Presidente Peña?

 

Nuño: Empiezo a trabajar con el hoy secretario de Hacienda, fue un privilegio, es uno de los hombres más inteligentes que he conocido y que me permitió participar desde el arranque en su equipo más cercano. Me tocan unos meses cuando él todavía era secretario de Finanzas en el Estado de México, después me invita a acompañarlo a la Cámara de Diputados cuando él se va y preside la Comisión de Presupuesto, y trabajo con él un tiempo más. Es un hombre a quien siempre le he aprendido mucho y es a partir de esa misma relación que, justo a finales del 2009, paso a trabajar de manera directa con el hoy Presidente, a desarrollar diversos proyectos de asesoría que él me pedía, eso hizo que fuéramos teniendo una relación cada vez más cercana, porque me permitía irlo a visitar o a verlo una vez por semana o una vez cada quince días. Empezamos a desarrollar una relación que con los años se ha intensificado y que me ha permitido, lo cual le agradezco mucho, que me haya invitado a los diversos proyectos que ha tenido.

 

Después de esa experiencia en el Estado de México, cuando él era gobernador, me invita a la campaña, yo coordino la parte de la propuesta y un poco de la estrategia de la comunicación. Una vez que gana y que es presidente electo, me invita a coordinar el Equipo de Educación durante la transición, después me pide que me incorpore a los trabajos del Pacto por México, yo entro a complementar esa negociación; y después me invita como Jefe de la Oficina de la Presidencia y ahora como secretario de Educación.

 

Belsasso: Me queda claro que estás consciente de que las decisiones que tomes hoy, van a repercutir no sólo en tu vida personal, sino en la vida de muchísimos, sobre todo, niños de este país.

 

Nuño: Sin duda, y por eso es tan delicado y tan importante, por eso las decisiones se deben de preparar muy bien, tienen que pensarse muy bien, tener un nivel de análisis muy profundo, porque lo que estamos decidiendo va a tener un impacto en las siguientes décadas, en el futuro de muchos niños y del país. Y, por eso, hay que hacerlo con mucho cuidado, pero no hay que tener miedo a tomar decisiones.

 

Belsasso: En diciembre tomaste una decisión muy importante en tu vida personal, te casaste.

 

Nuño: Así es, con María, una mujer maravillosa, de la que estoy muy enamorado y con quien tengo una vida extraordinaria.

 

Belsasso: Comunicóloga pero también dicen que baila espectacular flamenco.

 

Nuño: Sí, su profesión es bailaora de flamenco, es una gran bailaora, ha hecho muchas presentaciones, da clases de flamenco en una academia. Vivimos muy contentos y hacemos una gran familia.

 

Belsasso:¿Cómo surge tu historia de amor con María?

 

Nuño: ¡Uy!, hace mucho tiempo, cuando regreso de Oxford. Por un amigo que era novio de una amiga de María, es como la conozco y desde entonces tuvimos un largo noviazgo. Hace dos años le di el anillo y este diciembre cumpliremos un año de casados.

 

Belsasso: Tampoco es fácil ser esposa de un político que está desde las cinco de la mañana visitando escuelas y llega a su casa a la una de la madrugada.

 

Nuño: Sí, es un gran esfuerzo. Le estoy muy agradecido a mi esposa por el apoyo que me ha dado, que ha sido incondicional, no tengo palabras para agradecerle ese apoyo, sabe que estamos viviendo un momento fundamental en mi vida y que puede ser clave para el futuro del país y ella lo entiende muy bien y me da ese apoyo. Tenemos jornadas de trabajo muy largas, muchas, implican una gran tensión, mantenerse plenamente enfocado en ello. Ella sabe que durante todo el día estoy trabajando, hay veces que estoy de gira. Me espera todas las noches, llego, podemos platicar, cenamos juntos y los fines de semana, es tiempo que dedico plenamente a estar con ella.

 

Belsasso:¿Y qué haces para divertirte?

 

Nuño: Salimos a cenar, a veces a comer, hacemos reuniones en la casa, cosas bastante sencillas; creemos que en esos temas está la gran felicidad de la vida. Los sábados generalmente vamos a casa de mis abuelos, ahí están mi mamá, mis tíos, mis primos. Tener un momento en familia es fundamental y, un poco así es nuestra vida: disfrutando esos pequeños grandes momentos.

 

Belsasso: Tu vida con tus abuelos no me la habías mencionado.

 

Nuño: Para mí fueron muy importantes, tanto mis abuelos paternos, que murieron cuando yo era niño, mi abuelo murió cuando yo tenía 12 años, mi abuela, cuando tenía 13. Pero, mis abuelos maternos, que fue de quienes todavía más cercano fui, mi abuelo murió este año, tenía 93 años, mi abuela sigue viviendo, para mí fueron muy importantes. Toda la vida han organizado comidas familiares los sábados, van mis tíos, mis primos, mi mamá. Mis primos que en gran medida han sido como mis hermanos. Tuve una cercanía particular con mi abuelo.

 

Belsasso: A ver, preguntas cortas, respuestas cortas. ¿Tu libro favorito?

 

Nuño: Tengo varios. Hay un libro que me encanta: Energía y estructura, de Richard Adams, es un libro muy técnico pero que a mí me ha servido mucho en la vida. En términos de literatura, me gusta mucho Sergio Pitol, Soñar la realidad me gustó mucho. El Nombre de la Rosa, fue otra novela que disfruté mucho, de Umberto Eco; Cien años de soledad, soy un fanático.

 

Belsasso: Te acaban de regalar El Principito y te dijeron que para que te acompañe.

 

Nuño: Efectivamente, en fin, ésos han sido los libros más importantes para mí.

 

Belsasso:¿El día más triste de tu vida?

 

Nuño: Creo que uno de los más tristes, sin duda, es cuando murió quien fuera esposo de mi madre, el doctor Roberto Varela, a quien quise mucho, como a mi padre, digo, es distinto, pero fue alguien a quien quise mucho. Fue muy doloroso hace unos meses que murió mi abuelo, fue otro momento muy triste para mí.

 

Belsasso:¿El día más feliz de tu vida?

 

Nuño: Cuando me casé. Por supuesto, también cuando el Presidente de la República ganó la candidatura, fue un día muy importante para mí de la consolidación o la coronación de un trabajo muy importante y la creencia que tengo en él, como la sigo teniendo hoy, de que iba a ser un gran Presidente. Cuando me nombró jefe de la Oficina de la Presidencia y, ahora, secretario de Educación, han sido momentos muy importantes y muy felices en mi vida.

 

Belsasso: Ese trabajo de jefe de la Oficina de la Presidencia es una maravilla. Esos tres años marcaron tu futuro, sin duda.

 

Nuño: Es una gran responsabilidad, es un privilegio, además, poder trabajar tan cerca con el Presidente de la República, para mí fue un honor. La Oficina de la Presidencia es muy demandante, por un lado tienes que estar al tanto de todos los temas centrales del país y brincas muy rápido de uno de política exterior, a uno educativo o a uno de agricultura, en fin. Entonces tienes que desarrollar una capacidad de entender muy rápido los grandes temas y problemas y, después, también con una gran participación política.

 

Belsasso: Voy a sonar como señora imprudente, pero ¿hijos, para cuándo?

 

Nuño: Eso pregúntaselo a mi mujer, yo le digo que tampoco estoy tan joven.

 

Belsasso: Pero ella está chiquita.

 

Nuño: Sí, ella tiene 27 años, yo soy diez años más grande, tengo 37. Yo espero que pronto, a ver si el próximo año.

 

Belsasso: Complétame esta frase: Aurelio Nuño es…

 

Nuño: Secretario de Educación Pública.