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El consumo ya está legalizado

El sistema penitenciario mexicano está en crisis: El hacinamiento extremo en las prisiones, sumado al uso excesivo de la cárcel preventiva, lo han convertido en una verdadera “bomba de tiempo” que podría estallar en cualquier momento si no se atiende el problema.

Gran parte de estos presos está recluida por ser consumidora de drogas, personas que no han cometido delitos violentos. No son traficantes ni narcomenudistas.

Información de la Comisión Nacional de Seguridad dice que hasta julio del 2015 existían en el país 245 mil 705 reos, que representan 25 por ciento de la capacidad de las cárceles mexicanas.

Según datos del gobierno federal de 2012 a julio de 2015 la PGR y las secretarías de la Defensa y de Marina detuvieron a 126 mil 407 personas por la comisión de delitos contra la salud. De éstas 100 mil están recluidas por ser consumidoras y la gran mayoría tenía en su poder porciones no mucho más altas a las permitidas.

Hace unos días el titular de la Comisión Nacional contra las Adicciones, Manuel Mondragón y Kalb, dijo que sería muy interesante poder incrementar las dosis admitidas para consumo personal. “Actualmente la ley permite tener cinco gramos de mariguana y medio gramo de cocaína, que podrían pasar a 15 gramos de mariguana y hasta 1.5 gramos de cocaína”.

Mondragón señaló que estaría a favor de modificar la permisibilidad en las cantidades si se proponen y son lógicas y esto se analiza y se pasa a las autoridades, tanto al sector salud como a la propia Cámara de Diputados.

“Vamos a aumentar la cantidad permisible, pero no me pidas una cantidad que sale de lo lógico. ¿Cuánto puede fumar un cuate que tiene una adicción fuerte a la mariguana?, ¿siete cigarros al día? En lugar de cinco gramos qué te parece que aumentemos 10, bueno, 15 gramos”.

“La grapa (de cocaína) tiene un gramo y la cantidad permisible es de medio gramo, pues que se aumente un gramo más para que no caiga en falla, no tengo inconveniente en que se hagan los cambios de permisibilidad”.

Esto se propone que se haga con porciones que no superen lo que una persona pueda consumir. Pero bajo esta lógica se dejaría de encerrar a muchísimos consumidores no violentos que terminan por sobrepoblar las cárceles. Hoy los sistemas penitenciarios tienen alto nivel de hacinamiento, disfuncionalidad en su operación y costos económicos y sociales muy elevados.

¡Imagínese usted una persona que traiga mariguana para fumarse unos cigarros y que por eso haya sido enviada a prisión. Si no era violenta, las posibilidades de que salga de ahí en unos años con contactos con delincuentes es altísima. Lo que esta propuesta intenta hacer, sin llegar al tema de la despenalización, es no criminalizar a la gente en posesión de la droga que consume. Esto ya está legalizado, sólo se propone aumentar esas cantidades, pero, como en todo, hay que tener cuidado en las porciones permitidas para que los narcomenudistas no puedan operar.

En lo que hay que trabajar es en políticas de salud, para prevenir el consumo de drogas. Se estima que la edad de inicio de consumo de drogas ilegales son los 13 años, en la secundaria. A esos niños no hay que criminalizarlos, sino tratarlos para que dejen su adicción.

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