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Un trasplante… de heces fecales

Si usted es una persona sana, no ha tomado antibióticos en los últimos 6 meses, no tiene tatuajes recientes, tiene menos de 50 años, no ha hecho viajes a lugares exóticos y no tiene alguna enfermedad infecciosa, puede ser candidato para donar sus heces fecales y recibir 40 dólares por muestra.

Todo lo que tiene que hacer es visitar OpenBiome, un laboratorio lanzado en 2012 como el único banco de heces, independiente y sin fines de lucro, está en Massachusetts, Estados Unidos. La idea es de Mark Smith, asociado postdoctoral del MIT. OpenBiome recoge, examina y proporciona muestras fecales a más de 300 hospitales a lo largo y ancho de la Unión Americana, para una de las más interesantes innovaciones de tratamiento médico hoy en día: el trasplante de microbioma fecal.

Infecciones como Clostridium difficile y otras del tracto intestinal podrían ser tratadas con heces fecales. Según los centros para el control y la prevención de enfermedades, estas infecciones afectan a más de 500 mil estadounidenses por año, causando fiebre, náuseas, dolor abdominal y diarrea severa, que llegan a acabar con la vida de 14 mil estadounidenses por año, especialmente en los hospitales y centros de atención, a largo plazo.

El cuerpo humano contiene una gran cantidad de microbios, millones de organismos con los que se comparte espacio, a éstos se les llama “microbiomas”.

Éstos juegan un papel clave en varias funciones fisiológicas de nuestro cuerpo e influyen en nuestro estado de salud. Los científicos están estudiando y han descubierto que hay relación del microbioma de nuestro intestino, con ciertas enfermedades del aparato digestivo. Por ejemplo, la enfermedad de colon irritable, pero también tendrían relación con la obesidad y la diabetes.

Esto continúa en investigación, aunque se han tenido resultados muy favorables, en los cuales médicos buscan intervenir el microbioma, especialmente en casos en que las infecciones bacterianas pueden causar la muerte.

Para mantener los sistemas digestivo e inmunológico funcionando correctamente, el cuerpo necesita conservar un equilibrio natural de las bacterias en el intestino. Pero los antibióticos tomados para tratar infecciones, matan a las bacterias “buenas” y “malas” indiscriminadamente, y se altera el equilibrio. Como resultado, el tracto gastrointestinal se vuelve susceptible a padecer Clostridium difficile.

Y es precisamente para este tipo de casos, que se utiliza el trasplante fecal. Se introducen heces de una persona sana que llevan un microbioma equilibrado, que podría colonizar el intestino de la persona enferma, desplazando las bacterias nocivas.

Por supuesto que existen antibióticos que tratan al Clostridium difficile, pero hasta el 20 por ciento de las infecciones regresa.

Las heces fecales son una fuente abundante de bacterias benignas, y la forma de hacer llegar estas buenas bacterias a otra persona, es mediante un trasplante fecal.

Para poder donar, la materia fecal es estudiada minuciosamente. De no ser así, podría también causar infecciones, incluso mucho más fuertes que las que se buscan erradicar.

Las heces fecales no pueden ser ni muy duras ni muy blandas. Deben ser procesadas en menos de dos horas tras dejar el cuerpo. Una vez que se recibe la muestra, ésta es filtrada a través de un tamiz con ayuda de unas prensas, hasta que se separa la parte sólida de la fracción líquida. Esta fracción, un caldo rebosante de bacterias, es lo que se embotella con ayuda de unas pipetas, y se congela a ochenta grados centígrados bajo cero. La congelación conserva a las bacterias, que vuelven a la vida a temperatura ambiente.

No es fácil conseguir donantes, sólo el 3 por ciento de quienes acuden al banco de heces fecales puede donar, por eso se les paga cuarenta dólares por muestra. Pero que se puedan tratar diversas enfermedades del intestino, con trasplantes fecales, aunque parezca asqueroso, es un avance importante de la ciencia.

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