“La literatura está ligada al placer de estar juntos”: Un café con Alberto Ruy Sánchez
Alberto Ruy Sánchez, quien se define como una persona viajera y obsesiva, se formó con pensadores de la talla de Roland Barthes, Gilles Deleuze y Jacques Rancière, en Francia; en México, con Octavio Paz y Huberto Batis, esto es parte de lo que comparte en esta entrevista. El autor de Quinteto de Mogador, su más reciente libro, señala que la “literatura está vinculada al placer de estar juntos, de contar historias y oírlas”.
Bibiana Belsasso: Dicen que lo más importante es ser un Best-Seller que permanece. Tú editas libros, te los reeditan cada año y siempre eres un éxito.
Alberto Ruy Sánchez: Eso se debe sobre todo al público, lo que hace que una gente vaya a una librería y busque o encuentre el libro del que le hablaron y se lo lleve a su casa, y si tengo suerte se vuelva significativo en su vida.
Belsasso: Platícanos de tu infancia. Transcurre entre el norte del país. ¿Tienes recuerdos maravillosos de tu padre?
Ruy Sánchez: Tanto la familia materna como la paterna es sonorense.
Belsasso: ¿Qué hacía tu padre?
Ruy Sánchez: Lo que podía, no tenía un oficio definido al principio. En Baja California mi padre tuvo un restaurante en el desierto, no fue muy buen negocio, pero él tenía una enorme facilidad para varias cosas, para las cuales no estudió; por ejemplo, inventaba máquinas, junto con mis tíos creó una máquina para hacer esas charolas para huevo.
Lo que más le gustaba era dibujar y hacer portadas de libros, por ello trabajó diseñando para varias editoriales. Lo vi escoger un tipo de letra y dibujarla, incluso de cómics. Mis primeros libros fueron contados por mi padre.
Belsasso: Y es ahí donde empieza tu acercamiento a la literatura, ¿le gustaba también leer?, ¿te hacía leer?
Ruy Sánchez: Sí, por supuesto, le gustaba muchísimo, no sólo a él, a toda mi familia. Eran muy contadores de historias, en todas las reuniones familiares había siempre el enorme placer de estar contando cosas que a todos les parecían interesantes. Creo que la literatura está vinculada, antes que nada, a ese placer de estar juntos, de contar historias y de oírlas.
Belsasso: ¿Y esas historias las has retomado, de manera novelada?
Ruy Sánchez: Sí, mis libros están llenos de las historias familiares, sale mi padre,mis dos abuelos; el materno, desde En los labios del agua; y el paterno, como el narrador que al final está contando todos los libros de Mogador. En este volumen,Quinteto de Mogador, hablo de él y la última parte es casi como una novela independiente; 80 páginas son la historia de este hombre al que le faltaban varios dedos de la mano porque de niño tuvo un accidente.
En el pueblo minero de Álamos, Sonora, los niños jugaban con las palomas, que eran cohetes bastante peligrosos, pero jugaban con ellos, cuando no explotaban corrían a recuperarlo y el que lo ganara se quedaba con él, en una de esas, mi abuelo y su hermano corrieron, el hermano ganó y perdió toda la mano cuando la pólvora explotó y mi abuelo casi tres dedos de la mano.
Mi abuela decía que mi abuelo era tan tierno y tan sensual que la acariciaba hasta con los dedos que no tenía, eso siempre me causó una impresión de averiguar en qué consistía ese poder de acariciar a distancia, de tener una presencia tan fuerte que seducía.
Belsasso: ¿Y esa parte tan erótica de la gran mayoría de tus novelas viene de estos recuerdos de tus abuelos?
Ruy Sánchez: En una de sus vertientes, por supuesto. El otro abuelo, el materno, era un típico mexicano de su tiempo, con miles de hijos por todos lados, que todavía cuando era muy grande le hablaba a las amigas de mis primas. Eso por un lado, pero por otro, cuando comencé a trabajar el tema del deseo femenino necesitaba comprender en qué consistía mi relación con la mujer con la que vivía.
Belsasso: Pero tú has declarado que al principio de tu relación y de tus relaciones con otras mujeres, eras muy macho y tenías que empezar a conocer lo que piensa la mujer, lo que siente, para poder empezar a transformar tu relación y hacerla mucho más sólida.
Ruy Sánchez: Sí, bueno, muy típico mexicano. Estamos muy mal educados, no sólo en México, en muchos lugares. Sí, hay que asumir las limitaciones que uno tiene para transformar una relación en pareja y con la mujer en general.
Belsasso: Incluso hasta en las relaciones sexuales.
Ruy Sánchez: Sí, para los hombres que comenzamos muy mal educados es el gran misterio y reto. Los veintitantos años que me pasé escribiendo este libro hice la investigación del mundo femenino y del deseo; también del mundo masculino.
Belsasso: ¿Qué has descubierto?, ¿qué le gusta a las mujeres?
Ruy Sánchez: Que uno tiene que estar preguntándose siempre, que la investigación no termina, que no hay nada adquirido, que incluso, el paraíso que consigues dura un instante y tienes que volver a ganártelo de nuevo. Hay que tener siempre los oídos abiertos y puestos no solamente en las orejas, en los ojos, en las manos; que hay que estar escuchando siempre; que nada es un tesoro que se deje de evaporar; que siempre hay que estar ganándose ese paraíso.
Belsasso: A la gran mayoría de las mujeres lo que les importa es que las escuchen, que las quieran, que estén con ellas.
Ruy Sánchez: Esta investigación está hecha no como un sexólogo, sino como un poeta. Hubo un tiempo en el que la limitación y la censura era rebelarse contra las reglas de la Iglesia o las patriarcales, pero ahora estamos en un momento en que en laliteratura, hasta el libro más malo, el más comercial, tiene una escenita erótica de quinta y entonces el nuevo reto no es ser osado.
Hay cosas y relatos eróticos que se cuentan desde estructuras del poder, lo importante, el nuevo reto, la nueva prohibición la da la comercialización y el mercado.
Hay cosas que el mercado y lo comercial no permiten romper como la prohibición de hablar de esto como una dimensión poética y como una vida interna también. La gran difusión del erotismo es algo que nos impide, a veces, darnos cuenta que hacer el amor es entrar en un delirio, nunca es lo mismo.
Educarnos en percibir la poesía y la vida interna del erotismo es el nuevo gran reto que no todos asumen, porque es mucho más fácil describir dos cuerpos haciendo el amor, que describir la dimensión poética de las relaciones humanas en su fase más íntima, que es la erótica.
Belsasso: De este gran erotismo, está el conocerse a sí mismo y saber lo que puedes sacar de ti.
Ruy Sánchez: Sí, creo que además ese conocimiento es bastante difícil y al mismo tiempo se nos ofrece como una revelación fugaz que es difícil apresar. Hay mucha gente que no se da cuenta de que cada instante que vivimos tiene una diferencia con todos los otros instantes.
Belsasso: ¿Este erotismo, esta manera de sostener relaciones sexuales, interpersonales, cambia a los veinte, a los treinta, a los setenta?, ¿cuándo se es mejor amante?
Ruy Sánchez: Cambia cada semana, así como ves gente que tiene más edad y parece más joven, en el mundo interno y en el mundo erótico, hay jóvenes que se comportan como ancianitos, ya no tienen vida sexual y al revés. Hay una relatividad absoluta en los cambios de edad.
Belsasso: Tu esposa, Margarita de Orellana ¿es cubana?, ¿dónde la conociste?, ¿en París?
Ruy Sánchez: Es hija de cubanos y es mexicana. Nos conocimos en la fila para entrar a la universidad y nos relacionamos de una manera amistosa muy intensa, como a los dos años y medio, casi tres, se dio el chispazo erótico y desde entonces seguimos juntos.
Belsasso: Y te vas con ella a París.
Ruy Sánchez: Dos años estuvimos juntos y ella decidió irse. Tuvo un rompimiento familiar. Yo le dije: ‘vamos a vivir juntos, a casarnos, a hacer lo que quieras’, entonces señaló: ‘lo que quiero es irme a París’. Pero, yo no tenía ni beca ni dinero.
Belsasso: ¿Contigo o sin ti?
Ruy Sánchez: Entendió que yo no podía y se fue. Me apuré a conseguir la beca y al mes y medio después, la alcancé, así comenzamos a vivir juntos. Habíamos estudiado Comunicación y trabajado en la Cineteca, habíamos hecho muchas cosas juntos y allá empezamos a hacer estudios de cine, pero muy pronto ella decidió que cada quien debía seguir su camino.
Ella se hizo historiadora y yo me fui clavando más en la Literatura y en la Filosofía. Hacíamos los trabajos marginales que conseguíamos. Yo empecé a trabajar con el filósofo Gilles Deleuze y en el seminario de Roland Barthes; al mismo tiempo, colaboraba en revistas, trabajaba en la biblioteca.
Belsasso: ¿Fue en la época que trabajaste en Vuelta con Octavio Paz o fue ya al regreso a México?
Ruy Sánchez: No, eso fue como diez años después ya cuando regresamos, primero nos pasamos ocho años y pico en Francia, que fueron fundamentales para definir qué tipo de desarrollo profesional queríamos, hicimos un doctorado.
Cuando llegamos a México nos dimos cuenta que teníamos que desarrollar otro de los oficios que teníamos allá: el de editores. Entré a trabajar en Promexa con René Solís. Aprendí muchas cosas de la edición comercial que después apliqué cuando entré aVuelta con Octavio Paz. Estuve dos años en la secretaría de redacción, después en la editorial, y posteriormente, haciendo guiones con él para algunos de sus programas de arte.
Belsasso: De alguna forma te formó Octavio Paz, pero ya traías mucho bagaje, ¿no es así?.
Ruy Sánchez: Paz era un genio, era un privilegio estar a su lado. Cuando terminó la relación laboral seguimos siendo amigos. Aunque él era mucho mayor que yo, me regaló su amistad, junto con Marie-José. Fueron siempre muy generosos con nosotros; por supuesto que hay algo de formación. Está la formación escolar, la del maestro que transmite ideas y verdades; y la del taller artesanal, en la cual el maestro hace lo suyo y tú estás alrededor haciendo lo tuyo. Ya Roland Barthes había pensado en sí mismo como un profesor así, el que no les dice a los otros lo que tienen que pensar, sino que los incita a buscar su propia personalidad y obra.
Belsasso: En este suplemento cultural que dirigía el gran maestro Huberto Batis, ¿esa también fue una época clave para tu vida?
Ruy Sánchez: Sí, esa es una época que además atraviesa todas. Cuando estábamos en la universidad Huberto Batis tenía un taller literario en la UNAM y otro en la Ibero. Después, los mejores aspirantes a escritores nos reuníamos todos los sábados en su casa, estaba Adolfo Castañón, Guillermo Sheridan, Alberto Blanco, Marcelo Uribe y Coral Bracho, muchos escritores.
Belsasso: Con toda esta gente tan brillante, además de lo laboral, dicen que sucedían cosas irreales, simpáticas y divertidas.
Ruy Sánchez: ¡Imagínate! estaba Luis Cortés Bargalló y su esposa Gaby. Aprendíamos con Huberto, nos enseñaba que a pesar de todo lo rudo que pueda ser alguien contigo, tú tienes que ser más duro que nadie, tienes que ser tu peor crítico. Eso te enseña a que cualquier cosa que digan los demás, nunca va a ser tan difícil y tan exigente como lo que tú mismo puedas ser contigo.
Belsasso: ¿Tú eres durísimo con tu obra?
Ruy Sánchez: Sí, trato de ser el más exigente, pero también el más cruel, tal vez por eso reescribo muchísimo. Cuando estabaen Europa, casi al final, empecé a publicar en el suplemento de Huberto Batis, en el cual, él le abrió las puertas a Xavier Velasco, a Jorge Volpi, a Ignacio Padilla. Casi no hay una generación, un grupo, o un escritor valioso —que haya empezado a publicar en los 80 o 90— que no haya sido alguien a quien Huberto le abrió las puertas, es el gran editor de las primeras cosas de muchísima gente. La primera vez que vi mi nombre impreso en un libro, fue en libros que él publicaba. Sigue siendo un ejemplo rudo para muchos y al mismo tiempo muy generoso.
Belsasso: Acaba de salir un nuevo suplemento cultural en el periódico La Razón, ¿qué estás haciendo ahí?
Ruy Sánchez: Fui invitado a formar parte del Consejo inicial, ahora falta que colabore realmente con Delia Juárez. y con Roberto Diego Ortega, quienes llevan realmente el suplemento, apenas he visto un número, que tiene cosas muy interesantes, sistemáticamente informativas y críticas. Lo que sacaron de Hannah Arendt, es crucial, si la gente lo lee con detenimiento es algo que ayuda no solamente a conocerlo, sino a pensar a México; eso es muy importante, que un suplemento aporte elementos de pensamiento, ideas que ayuden a pensar lo que la gente cree que no se puede ver de otra manera más que como lo vemos actualmente.
La reflexión de Hannah Arendt sobre la política, la sociedad y el mal, sobretodo, su idea de la banalidad del mal, es un instrumento esencial que no ha sido debidamente utilizado para pensar a México, y me parece muy acertado que haya sido el nuevo suplemento de La Razón el que ponga la idea sobre la mesa. Ahora vamos a ver cómo seguimos dialogando con eso.
Belsasso: Alberto, ahora respuestas cortas. ¿Tú libro favorito?
Ruy Sánchez: Es muy difícil porque yo soy alguien que no es monoteísta, no puedo pensar en un sólo libro, soy absolutamente enamorado de todos los que han pasado por mis manos y con los que me he quedado. En cada uno encuentro una virtud que me enamora. Pero si tú vas a mi casa y ves mi biblioteca, puedes ver que los libros de Roland Barthes son muy importantes, los de Lezama Lima han sido muy importantes en mi vida, al igual que los de Walter Benjamin, los de poetas como Anna Ajmátova, si ves, apenas voy en la A y en la B; no son solamente libros, sino autores que están en mi vida.
Belsasso: ¿Y de los tuyos cuál es el que más te gusta?
Ruy Sánchez: Eso es todavía más difícil porque es como si me preguntaras a cuál de mis hijos quiero más, no hayrespuesta. Te diría como siempre y como muchos escritores lo hacen: el que estoy escribiendo ahora, ese tiene que ser el mejor.Quinteto de Mogador, para mí es el hijo de veinte años, no solamente de un esfuerzo que es un trabajo, de una transformación en mi vida, es la transformación de comprender el deseo. Este libro muestra mi manera de estar en el mundo, que es, con los instrumentos de la poesía tratar de comprender, pero también tratar de ser una presencia que transforma donde túestás en algo que no solamente me ayude a vivir a mí, sino que también a los demás.
Belsasso: ¿Qué tipo de música te gusta?
Ruy Sánchez: Un poco de todo, soy muy bailador, justamente por haber sido transformado por esta esposa de origen cubano.
Belsasso: Al principio no bailabas nada.
Ruy Sánchez: Tuve que aprender para salvar mi matrimonio; la música tropical me gusta, pero también la contemporánea experimental, como el cuarteto de cuerdas Alexander Balanescu.
Belsasso: ¿El día más triste de tu vida?
Ruy Sánchez: Cuando se muere la gente que quieres. La muerte de mi padre, es algo siempre que me marcó muchísimo, la de mis abuelos. Su desaparición me marca tanto como su presencia, mucho de lo que vivo en el mundo imaginario de hablar con los muertos, tiene que ver con la presencia permanente, en mi vida, de esos abuelos.
Belsasso: ¿Y el día más feliz de tu vida?
Ruy Sánchez: Tengo la suerte de haber tenido muchos, pero muy particularmente el nacimiento de mis hijos.
Belsasso: Complétame esta frase, Alberto Ruy Sánchez es…
Ruy Sánchez: Escritor, editor, amante.