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“Juegos Olímpicos 2004, fue un trauma que superé”: Un Café con Paola Espinosa

La clavadista mexicana Paola Espinosa, quien a sus 22 años se convirtió en la primera deportista mexicana en obtener preseas en dos distintas justas olímpicas: dos de bronce, en Beijing 2008; y una de plata, en Londres 2012; es también, la máxima ganadora de medallas de oro para México en competencias continentales, seis en total.

En entrevista muy personal cuenta que uno de los hechos que la traumó, pero que ya superó, fue su caída desde diez metros un día antes de sus primeros Juegos Olímpicos. La deportista, quien participa en los Panamericanos de Toronto 2015, en los que va por más preseas, comparte también sus vivencias de infancia.

Bibiana Belsasso: ¿Naciste en la Ciudad de México y desde muy chiquita te vas a vivir a La Paz?

Paola Espinosa: Así es, no me acuerdo de cosas que haya pasado en la Cuidad de México, desde muy chiquita me fui a La Paz, Baja California Sur, antes de cumplir el año. Todos mis recuerdos y toda mi infancia los pasé allá; pero, a los 11 años me invitan a formar parte de una selección infantil y juvenil, y me vengo a la Ciudad de México a entrenar.

Belsasso: ¿Tus dos papás y tu familia fueron nadadores?

Espinosa: Mi papá fue nadador muchísimos años, de muy buen nivel, pero nunca pudo llegar a los Juegos Olímpicos; y mi mamá, después de conocer a mi papá empezó a hacer deporte.

Belsasso: ¿Cómo recuerdas tu infancia en La Paz?, ¿cómo fueron tus primeros años?

Espinosa: Padrísimo, recuerdo una infancia feliz. Siempre pasamos mucho tiempo en familia, somos muy unidos, sólo somos mis dos papás, mi hermana mayor, y yo. Yo era la chiquita, a la que más consentían.

Belsasso: ¿Desde cuándo empiezas a entrenar?

Espinosa: A los siete años empiezo a tener problemas en la escuela y me mandan a un doctor y me recetan medicamentos para controlar la hiperactividad, es lo que cuenta mi mamá, yo no me acuerdo. Pero, mi papá no quiere medicarme y me manda al gimnasio a hacer todo tipo de deportes. Empiezo a hacer gimnasia, natación, de todo, hasta que llegó una entrenadora cubana a Baja California Sur y me invitó a formar parte del equipo que se iba a formar en La Paz. Cuando me empecé a subir al trampolín y a la plataforma me encantó y ya me quedé ahí.

Belsasso: Te diagnostican problemas de hiperactividad, pero necesitas mucha atención para hacer los saltos en la plataforma y en el trampolín.

Espinosa: Cuando eres chiquito pones muy poca atención en lo que te dicen, entonces lo único que quieres es jugar, porque para mí, en realidad esto empezó como un hobby, empezó como un juego para mí, más adelante, después de ir a competencias y todo, ya se convirtió en algo importante y parte de mi vida.

Sí necesitas estar súper concentrado en cada clavado que tienes que hacer, considero que más en la plataforma de 10 metros porque es mucho más peligrosa, los golpes duelen.

Belsasso: ¿Tu mamá viene contigo a la Ciudad de México cuando empiezas a entrenar aquí?

Espinosa: Sí, llego con mi mamá, estuvo aquí hasta que terminé la secundaria y ya después se regresó. En realidad me vine sin un entrenador.

Belsasso: Desde muy chiquita estuviste sola.

Espinosa: Así es, después nos fuimos a vivir a Monterrey, que es cuando mi mamá ya no me puede acompañar, se regresa a La Paz con mi hermana. En realidad en la Ciudad de México también vivía sola, en el Comité Olímpico. Entraba los domingos en la noche y salía los sábados en la tardecita, entonces en realidad estaba sólo un día con mi mamá y luego ya tenía que regresar.

Belsasso: ¿Fue muy difícil para ti?

Espinosa: No, tengo recuerdos muy alegres, éramos, igual que yo, de la misma edad, éramos como 15 niños, entonces era muy divertido, los entrenamientos eran muy divertidos, a pesar de que podías tener días malos cuando te pegabas y los golpes en el agua también duelen, o cuando no tienes un buen día y te regañan mucho, pues, con tanto niño de la edad, las cosas se te hacen mucho más ligeras.

Belsasso: De todos esos niños, ¿quiénes siguieron entrenando?

Espinosa: Sólo tres, que son Laura Sánchez, Rommel Pacheco y yo.

Belsasso: ¿Cómo es tu relación con ellos?

Espinosa: Laura Sánchez ya no es mi compañera de sincronizados, trabajo con otra pareja desde hace mucho tiempo. Con Rommel una gran amistad nos ha unido durante todo este tiempo. Los dos decidimos con la misma entrenadora, hemos competido en muchas cosas juntos, las experiencias que hemos tenido de los Juegos Olímpicos y de cada competencia han sido juntos, entonces la vida se hace mucho más sencilla.

Belsasso: ¿Cuándo viajas quien te acompaña?

Espinosa: En esta ocasión de Juegos Panamericanos mi mamá va ir a verme a Toronto; nunca voy sola, hacemos una gran mancuerna mi entrenadora y yo, es una gran amiga también para mí.

Belsasso:: ¿Cuál entrenadora o entrenador te ha marcado en tu vida?

Espinosa: Recuerdo con más cariño a mi primera entrenadora, Regina Lowry, quien es cubana; también a mi entrenadora actual Ma Jin, ella ha marcado mi vida, es quien ha hecho de mi carrera deportiva, un antes y un después.

Belsasso: ¿Tuviste unos problemas con tu entrenador antes de los Juegos de Atenas?

Espinosa: Sí, técnicamente hablando no, en lo personal me decepcionó mucho, lo quitaron meses antes de los primeros Juegos Olímpicos a los que íbamos; nos vemos en las competencias pero ya no es lo mismo.

Belsasso: Dos días antes de la competencia, entrenabas un clavado que en ese entonces solamente tres mujeres en el mundo lo hacían y de repente te caíste.

Espinosa: Sí, de hecho fue justo para ir a mis primeros Juegos Olímpicosen Atenas 2004, donde me quitan a mi entrenador, me mandan con otro y haciendo un clavado, que se llama tres y una vuelta desde 10 metros, caigo totalmente de panza. Recuerdo que lo único que sentí cuando caí al agua fue caliente, el cuerpo me dolió mucho, no podía salir del agua, porque mi cuerpo estaba entumido, entonces llegaron los doctores. Me sacaron de la alberca porque no pude salir y eso fue un día antes de ir a los Juegos Olímpicos; fue como un trauma para mí que tuve que superar. Todo se me juntó pero gracias a Dios todo salió bien y lo pude superar.

Belsasso: ¿Sigues teniendo miedo al tirarte un clavado?

Espinosa: Al trampolín no, pero a la plataforma sí; creo que nunca voy a perder ese miedo, es lo que me hace estar alerta de lo que tengo que hacer y pensar cada vez que hago un clavado para hacerlo mejor.

Belsasso: ¿Qué cosas te gustan hacer?, ¿con tanto entrenamiento, tienes tiempo?

Espinosa: Sí, a veces no tenemos tiempo de hacer nada y otras no queremos hacer nada, por lo mismo del cansancio. Disfruto mucho la comida, ir a un buen lugar, comer rico, lo que más me gusta hacer de todo, es comer, pero también me gusta ir al cine, hacer cosas como cualquier persona de mi edad y lo que más disfruto es estar con mi familia, muy pocas veces puedo hacerlo.

Belsasso: ¿También estudias la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Anáhuac?

Espinosa: Así es, es una gran Universidad que me ha brindado todo el apoyo siempre, tengo todavía una beca porque aún no termino de estudiar, espero terminar ya.

Si no tuviera el apoyo de la universidad Anáhuac no podría haber hecho dos carreras. Te dan la oportunidad de poder hacer los exámenes a destiempo y de poder tener asesorías cuando no puedes estar y más en estos tiempos que salimos de viaje muchísimo, tienes que regresar a ponerte al corriente.

Belsasso: ¿Qué te dicen tus amigos? ¿Es difícil no tener una vida universitaria como todos?

Espinosa: Todos ellos me han tratado súper bien, tengo amigas increíbles, que recuerdo siempre con mucho cariño. Sí es difícil que no puedas tener una vida universitaria normal, quedarte a comer con tus amigas o ir a la casa de alguien porque tienes que regresar a entrenar, o cosas así; pero, aun así, creo que las dos carreras son muy lindas y mis compañeros de la universidad siempre me han ayudado.

Belsasso: Creaste la Fundación Paola Espinosa, ¿cómo surge esta fundación?

Espinosa: Esta fundación nace de regresar de Juegos Olímpicos y sin saber qué hacer por los niños.

Sentándome con mi amiga Claudia Ruiz empezamos a ver problemas reales que están pasando en nuestro país como la obesidad y el sobrepeso infantil, así como el bullying en las escuelas. Como viví desde muy chiquita esa hiperactividad y en la escuela empezaba a tener problemas mi mejor alternativa fue el deporte, creo que la alternativa para la niñez mexicana es el deporte, es la salud y es la mente sana.

Belsasso: ¿Cómo funciona la fundación para ayudar a los niños?

Espinosa: Lo que nosotros hacemos son actividades físicas, llevamos a cualquier lugar, público o privado, en cualquier lugar plano, diferentes ejercicios y hacemos que el niño desarrolle habilidades que no hace normalmente en sus clases de Educación Física o en su casa en las tardes. Lo que nosotros queremos hacer es que el niño haga del deporte un hábito, que puedan llegar a casa y le digan a su papá, ¿sabes qué?, prefiero que me lleves al parque o déjame ir al parque y así poder crear la conciencia de una vida saludable.

Belsasso: ¿Te costó mucho trabajo destacar en el deporte?

Espinosa: Para mí fue muy difícil, me tuve que venir a la Ciudad de México porque en La Paz no había una alberca en la que pudiera seguir sobresaliendo. El Comité Olímpico del DF era la única alberca que me podía dar lo que quería. Ahora los tiempos han cambiado muchísimo, ya se descentralizó todo el deporte y hay muchísimos más centros deportivos en Monterrey, en Baja California, en diferentes estados puedes practicar cualquier deporte, hay unidades que tienen albercas, pistas, lugares para hacer box.

Belsasso: ¿Dónde hay albercas en que se puedan practicar clavados?

Espinosa: El Comité Olímpico, hay una que está en el Estado de México que no sé bien dónde está.

Belsasso: ¿Cuáles son las carencias en las instalaciones públicas para poder entrenar?

Espinosa: En la plataforma de 10 metros necesitamos un tapete antiderrapante porque nos subimos mojados y a veces nos podemos resbalar, en la punta, el tapete está alzado. Cuando hacemos clavados nuestra cabeza puede pegar en el tapete y eso es peligroso porque no sabes bien dónde estás y tú crees que te pegas en la plataforma, pero no, es el tapete que está suelto, es cuestión nada más de pegarlo; cambiar trampolines, obviamente la temperatura del agua que a veces es muy fría.

Belsasso: ¿Te gusta leer?, ¿qué tipo de libros lees?

Espinosa: Sí claro, me gustan las novelas de misterio, de amor. Me gusta mucho Paulo Coelho, sus libros El alquimista y Un minuto.

Espinosa: ¿Qué música te gusta escuchar?

Espinosa: De todo, nada más no me gusta el rock pesado, pero sí escucho de todo un poco.

Belsasso: ¿Cuál es tu platillo favorito?

Espinosa: Los mariscos me gustan mucho, va a sonar súper raro; pero, me encantan las cosas crudas.

Belsasso: ¿Cuál es el día más feliz de tu vida?

Espinosa: Deportivamente hablando, haber sido campeona del mundo.

Belsasso: Hace poco tiempo que murió tu padre.

Espinosa: Sí, tiene un año y medio que murió, creo que ha sido el momento más difícil de mi vida, que hasta el día de hoy no puedo superar. Todavía me duele y me lastima, lo seguiré recordando con mucho cariño porque ha sido la persona que me dio este talento, junto con mi mamá, me dio la fortaleza de cada vez que me subo a la plataforma pensar que puedo y que soy la mejor, que lo puedo hacer, cada triunfo, cada medalla que he ganado durante este tiempo, va dedicada a él.

Belsasso: ¿Qué consejo les darías a los niños y adolescentes?

Espinosa: Lo que siempre he dicho es que se atrevan a soñar, que los sueños se cumplen, que cuando tienes un objetivo y una meta, en realidad, si trabajas para eso y no quitas el dedo del renglón las cosas se cumplen, cada uno de los niños lo puede hacer, cada joven, cada persona.

Belsasso: Complétame esta frase, Paola Espinosa es…

Espinosa: Paola Espinosa es una persona con un carácter fuerte, una mujer soñadora, trabajadora y que ha cumplido cada uno de los objetivos y metas que se ha puesto en la vida.