La guerrilla y la CNTE
Como estrategia para boicotear las elecciones del próximo domingo, los ataques de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación son cada día más radicales. En Oaxaca esta semana cercó el aeropuerto de la capital.
Además sus integrantes tomaron por asalto el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana para robar equipo de cómputo y mobiliario y para quemar expedientes. Esto se repitió en varias oficinas alternas.
En otros distritos, como en Juchitán de Zaragoza, robaron paquetes electorales.
También prendieron fuego en la oficina del Presidente del IEEPCO, donde poco antes despojaron de su arma al policía que resguardaba el inmueble. Los daños que provocaron sólo en un día se cuantifican en más de 20 millones de pesos.
Además, ya tienen sin clases a un millón 500 mil alumnos.
En Veracruz lanzaron bombas molotov a las instalaciones del INE. Y el movimiento magisterial de Chiapas también se sumó al boicot, basado en movilizaciones y ataques.
En Guerrero han quemado inmuebles, atacado la sede del Congreso, bloqueado carreteras… Han irrumpido con automóviles en las sedes donde se resguarda el material electoral, quemado boletas y robado. Varios secuestros y homicidios están relacionados con estos grupos.
Han incurrido en infinidad de delitos y todo se les permite.
Veamos algunos artículos del Código Penal Federal:
Daño en propiedad ajena. Artículo 397.Se impondrán de cinco a diez años de prisión y multa de cien a cinco mil pesos, a los que causen incendio, inundación o explosión con daño o peligro de un edificio, vivienda o cuarto donde se encuentre alguna persona; ropas, muebles u objetos en tal forma que puedan causar graves daños personales; a quien dañe archivos públicos o notariales, bibliotecas, museos, templos, escuelas o edificios y monumentos públicos.
Artículo 370. Dependiendo del valor de lo robado la sanción podrá ser de dos a 10 años de prisión y multa desde cien veces hasta quinientas veces el salario.
Cuando el robo sea cometido por dos o más sujetos, sin importar el monto de lo robado, a través de la violencia, la acechanza o cualquier otra circunstancia que disminuya las posibilidades de defensa de la víctima o la ponga en condiciones de desventaja, la pena aplicable será de cinco a quince años de prisión y hasta mil días multa.
En cuanto a delitos en materia electoral se encuentran los siguientes:
Artículo 7. Se impondrán de cincuenta a cien días multa y prisión de seis meses a tres años, a quien: obstaculice o interfiera el traslado y entrega de los paquetes y documentos públicos electorales.
Además, en el artículo 13 se indica que a quien impida, sin causa legalmente justificada, la instalación o clausura de una casilla y si la conducta se realiza por una o varias personas armadas o que utilicen o porten objetos peligrosos, a la pena señalada se aumentará hasta en una mitad, con independencia de las que correspondan por la comisión de otros delitos.
También será sancionado quien realice por cualquier medio que provoque temor o intimidación en el electorado, que atente contra la libertad del sufragio, o perturbe el orden o el libre acceso de los electores a la casilla.
Con respecto a este último caso se especifica que no es protesta social, es vandalismo y delincuencia, y en ese sentido es clarísimo el artículo 533 de la Ley de Vías Generales de Comunicación.
Los integrantes del magisterio también podrían ser juzgados con base en la tipificación de terrorismo, dado que en el artículo 139 se dice que se impondrá prisión de 15 a 40 años y de cuatrocientos a mil doscientos días de multa a quien utilice substancias tóxicas, armas biológicas o combustible.
También se considera terrorismo cuando se incendian o inundan propiedades. Las bases legales para poder sancionar a estas personas están perfectamente bien asentadas. Pero no se les ha sancionado en lo absoluto. Es más, ahora incluso la evaluación a los maestros estipulada en la nueva reforma educativa queda en pausa.
Se les ha dado mucho y nada es suficiente. Se les sigue permitiendo violar la ley y quebrantar el orden cada vez con más frecuencia e intensidad porque hay grupos muy fuertes y radicales, en particular de guerrilla, que están detrás de la Coordinadora y sobre éstos no se tiene todo el control. Es un muy mal ejemplo que hoy están tomando otros delincuentes.
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