Mexicanos a la horca
Don Ramiro,
un abrazo solidario por
la partida de Rigoberto.
Después de siete años de litigio, este jueves en la madrugada, hora de México, se efectuó la última audiencia judicial para determinar la pena contra Luis Alfonso, Simón y José Regino González Villarreal, tres hermanos sinaloenses detenidos en Malasia, acusados de narcotráfico.
La decisión fue unánime: serán ejecutados en la horca.
Fueron detenidos en el 2008 en la ciudad de Johor. La policía de aquel país aseguró una bodega en la cual se fabricaban metanfetaminas, en la que halló material para producir 250 kilos de ese tipo de sustancia, precursores químicos y 29 kilogramos de droga ya procesada. Junto con los sinaloenses fueron detenidos un malayo y un singapurense.
Los hermanos González Villarreal argumentaron en su defensa que habían sido contratados únicamente para limpiar la bodega y que no estaban enterados de que se tratara de una fábrica de metanfetaminas.
La autoridad de ese país alega que encontró ropa con ADN de los tres detenidos en la bodega y que éstos tenían rastros de precursores químicos en las manos. Además, que es difícil que mexicanos paguen boletos de avión tan caros hacía Malasia para dedicarse a limpiar bodegas.
En el país asiático no se han detenido las ejecuciones de convictos ni siquiera de los de nacionalidad australiana, con quienes llevan muy buenas relaciones. Aunado a ello, las leyes contra el narcotráfico son muy duras.
Los que se llegan a salvar de la horca pueden recibir penas que van de los 15 a los 30 años de cárcel, y se les aplica una pena corporal de azotes con el bastón judicial, un instrumento de ratán de 30 centímetros de grosor.
Este castigo deja cicatrices de por vida y puede causar daños neurológicos y físicos irreversibles. Está diseñado para provocar el mayor dolor posible que pueda resistir un ser humano.
Amnistía Internacional considera su uso como una barbarie; sin embargo, para el gobierno malayo es un castigo ejemplar. Por eso se hace en público.
El embajador de México en Malasia, Carlos Félix Corona, declaró que aún hay un recurso legal para evitar la ejecución de los hermanos González Villarreal, y ése es que el monarca soberano de Johor Bahru les dé clemencia, algo prácticamente imposible.
La Secretaría de Relaciones Exteriores ha solicitado al gobierno malayo que no se les aplique la pena capital, pero la petición no se ha concedido.
El tráfico de drogas en ese país asiático es sumamente penado y en Asia hay un mercado de consumo muy grande de drogas sintéticas.
Con leyes tan duras, el pago para quien trabaja en el narcotráfico es alto. Hay 105 mexicanos detenidos por alguna modalidad de narcotráfico en la región de Asia Pacífico; 75 se encuentran en Japón y el resto en China, Indonesia, Australia, Nueva Zelanda y Malasia.
Su destino será similar al de los hermanos González Villarreal.
bibibelsasso@hotmail.com
Twitter: @bibianabelsasso