Huele a gas
La semana pasada una explosión de gas en el Hospital Materno-Infantil de Cuajimalpa dejó tres muertos y 39 hospitalizados. Muchos de ellos bebés recién nacidos. La tragedia cimbró a la sociedad, pero además nos lleva a reflexionar sobre los riesgos que implica la transportación del gas LP.
No es la primera vez que ocurre un accidente relacionado con este tipo de combustible. Entre 2000 y 2009 hubo 223 incidentes: de éstos 56 ocurrieron durante el transporte, 18 choques, 30 volcaduras, dos fugas, dos flamazos, dos incendios y dos explosiones.
En el mismo periodo hubo 43 casos en los que estuvieron involucrados autotanques pipa, de acuerdo con datos de la Dirección General de Gas LP, de la Secretaría de Energía.
El gas, en cualquier modalidad, es un combustible y como tal el riesgo de que explote es latente; sin embargo, el peligro aumenta si éste es transportado en pipas. Existe la posibilidad de que sufran un accidente de tránsito, de que presenten fugas o que se les llegue a dañar alguna válvula, como ocurrió el jueves pasado en el hospital.
El gas LP es la principal alternativa de combustible en nuestro país y llega a más de 90 millones de mexicanos a través del uso doméstico. Ocho de cada 10 hogares lo utilizan. Actualmente México ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en su consumo y el primero en cuanto a su uso doméstico.
En países de Europa o en Estados Unidos también se usa, pero únicamente en zonas rurales, donde la dispersión de la población desanima las inversiones en tuberías de gas natural. Todas las grandes ciudades de los países desarrollados y que presentan un desarrollo similar al nuestro cuentan con ductos para abastecer gas.
El gas LP (que llega en camiones a tu casa) y el natural (que llega entubado) tienen ventajas similares. Incluso en precio, aunque el primero tiene un subsidio que lo hace más barato. No obstante, el riesgo de tener un accidente con el gas entubado disminuye.
Tan sólo en la ciudad de México, imagínese usted, hay 60 plantas de almacenamiento, se trasladan 8.5 millones de cilindros, hay 700 mil tanques estacionarios, tres mil 800 camiones de reparto portátil y dos mil 750 camiones de reparto estacionario que salen todos los días a las calles. Un peligro latente.
Ahora bien, tener gas entubado en ciudades tan pobladas como la de México, donde no se han hecho las instalaciones necesarias, resulta muy costoso. Para empezar, se tendrían que fabricar ductos.
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