Un libro no se complementa hasta que otra persona lo lee: Beatriz Rivas
En una entrevista Muy Personal, la escritora Beatriz Rivas nos habla de su infancia, su familia, su educación y de aquello que le apasiona y que plasma en su obra.
La escritora habla también de su último libro, Jamás, nadie; ahí narra la matanza de chinos a manos de fuerzas maderistas en Torreón
Pregunta: Vienes de una familia de 3 hermanas, una mamá pintora que les contaba cuentos todo el tiempo, un papá contador, ¿cómo fueron esos primeros años?
BR: Maravillosos, fueron años rosas, porque mis papás son muy artísticos. Mi papá es contador, pero quería ser director de orquesta, ama la música y me contagió este amor, pero no lo estudió porque mi abuelito no lo dejó. De hecho, él escribe muy bien, mi mamá también, y su padre escribía maravilloso todas sus aventuras, aunque nunca llegó a publicar; entonces sí, vengo de una familia artística y, sobre todo, de lectores. En mi casa recuerdo desde muy chiquita estar entre libros y viendo a mis papás leyendo. Era una familia muy unida, nos llevábamos muy bien, unos padres muy cariñosos, muy presentes, que nos hicieron muy seguros de nosotros mismos.
Pregunta: En tu taller de narrativa repites: “el que no lee no puede escribir”.
BR: Yo creo que un escritor no puede serlo si no es primero un buen lector; además, hay de lecturas a lecturas. Si no leen buena literatura, normalmente no escriben bien. Es muy importante, porque finalmente puedes leer lo que sea, pero sí es muy importante leer. Para mí lo más importante de la lectura es que te mueva, que te conmueva y que te despierte interrogantes, que te haga preguntarte sobre ti mismo, sobre tu papel en el mundo. De mi más reciente novela, Jamás, nadie, una lectora me dijo: “Me encontré en tu libro. Gran parte de las frases que dices tú, son mías”, y eso es lo que pasa, nos encontramos en los libros. Los libros no se completan hasta que alguien los lee y esa persona le da una diferente lectura; cada persona ve algo diferente en ellos. Aunque no sean autobiográficos, dicen que el primer libro de cada escritor siempre es muy autobiográfico, y yo creo que estamos en todos nuestros libros.
Pregunta: Tú estuviste en una escuela, El Albatros, que te inculcaba muchísimo la lectura, ahí te empiezas a formar…
BR: Fue una escuela maravillosa, imagínate, el director era filósofo y poeta. Era una escuela muy humanista, liberal, digamos que era la escuela perfecta para mí, como de avant-garde, gente muy brillante ha salido de esa escuela.
Pregunta: Estudiaste primero derecho y al mismo tiempo literatura, pero hoy vives de la literatura…
BR: Pues no vivo de la literatura, sino de los talleres literarios. Lamentablemente no se vive de escribir en este país en el que se lee tan poco. En México un libro que vende 3 mil ejemplares ya es considerado por las editoriales un éxito, pero no es nada. Por ejemplo, mi libro más reciente, Jamás, nadie, se vende en 280 o 300 pesos; de ahí me pagan el 10 por ciento, son veintitantos pesos. Si lo multiplicamos por 3 mil libros, digamos que sea un éxito y se vendan, y lo dividimos entre los meses que tardé en escribirlo, el sueldo es de 2 mil, 3 mil pesos al mes. Es un horror. En México hay 2 o 3 escritores que podrían vivir de sus regalías. Vivir de escribir en este país es muy difícil.
Pregunta: También eres periodista, durante muchos años trabajaste en distintos medios de comunicación y en oficinas de comunicación social.
BR: Cuando yo iba a escoger carrera sí me equivoqué, tendría que haber estudiado en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; ahora me arrepiento, pero yo dije: “de esto no voy a vivir, necesito una carrera que me dé herramientas para algo”, y decidí periodismo; empecé a estudiar derecho en las mañanas y periodismo en las tardes, realmente estudié periodismo por eso, y lo que me ha dado de comer toda mi vida ha sido el periodismo y he tenido la oportunidad de trabajar con grandes periodistas, con Gutiérrez Vivó, con Pepe Cárdenas, con Castañeda en Relaciones Exteriores.
Pregunta: ¿Y hoy lo que más disfrutas es tu taller literario?
BR: Hoy lo que más disfruto es escribir, leer y escribir, y el taller, que es cuatro veces a la semana, me encanta, me gusta tanto que cuando mis alumnos me pagan casi casi les digo: “¿para qué me pagan, si esto lo hago con absoluto placer?”. Me gusta mucho porque todos, o al menos la mayoría, termina su proyecto, sea libro de cuentos o novela, y muchos los están publicando.
Pregunta: Estás casada en segundo matrimonio, te casaste muy chiquita.
BR: Me casé a los 22 años muy enamorada, no embarazada, me divorcié como 4 o 5 años después y no tuve hijos. Luego me volví a casar y ya llevamos 23 años juntos y tenemos una hija maravillosa, Isabela, de 16 años. Nos conocimos en el estudio de José Gutiérrez Vivó, él era uno de los comentaristas cuando yo trabajaba ahí.
Pregunta: Te casas con otro gran escritor, ¿cómo se complementan?
BR: Es muy divertido, nos llevamos muy bien, porque además escribimos, no juntos, pero tenemos dos estudios cerca uno del otro, además escribimos muy diferente. Hay gente que me dice: “¿Cómo puedes estar con tu marido todo el día en casa?”, para mí es un placer. A veces llego de la calle y lo primero que hago es asomarme a su estudio y si no está siento feo. Él me pasa todas sus novelas, porque después de 10 años de ser tallerista, ya tengo muy buen ojo y buena mano para la corrección…
Pregunta: Beatriz y Paco no hacen fiesta en Navidad, pero en enero hacen brindis; un día me llegó una invitación que decía “Los invito a nuestro próximo divorcio y boda”, ¿eso se te ocurre a ti?
BR: No, no creas, mi marido también es muy ocurrente, es entre los dos. Lo más divertido de estos brindis es que viene gente de todo: políticos, gente de alcurnia hasta gente que llega en bici y a pie porque no tiene para coche, escritores, actores… es muy divertido, y eso también es padre de esta relación, porque es muy importante la libertad y el respeto…
Pregunta: Pero tienen un humor negro terrible: haces un libro de Amores adúlteros y se lo dedicas “para Paco, que cree que todo esto es ficción”…
BR: Bueno, él me dijo: “Me deberías de dedicar el segundo”, y cuando hice Amores adúlteros 2 le dije: “Te lo dedico, pero sólo si aceptas esta dedicatoria”, y me dice: “Órale”, y se moría de la risa. Yo creo que la vida la vivimos una vez y hay que disfrutarla como viene, y de eso hay mucho en nuestro matrimonio: sentido del humor, respeto, libertad, y ya llevamos 23 años juntos…
Pregunta: Tus novelas surgen de hechos históricos y tu última novela, Jamás, nadie,surge de la época revolucionaria, cuando la gente de Madero acaba masacrando chinos que trajo Porfirio Díaz para que construyeran la red ferroviaria.
BR: Este hecho yo no lo conocía y se me hizo un horror, porque justo empecé a escribir cuando Trump era candidato, hablaba pésimo de los mexicanos y de pronto oigo discursos de 1911 igualitos a los que decía Trump, pero de nosotros contra los chinos y matamos a casi todos los chinos que vivían en Torreón, y escribí la novela por ese hecho, pero sobre todo porque siento que los mexicanos seguimos siendo muy racistas, muy prejuiciosos y muy clasistas.
Pregunta: Y cómo se trata de un hecho histórico, trae datos duros, novelados, para que la gente se sienta identificada…
BR: Yo no creo que sea novela histórica lo mío, pero sí es novela basada o en algún personaje histórico o en hechos históricos, y ahí lo importante es que le llegan a más gente. Las novelas históricas ayudan a que por lo menos nos enteremos de lo que está pasando en nuestro país o de lo que pasó y lo que pasa en otros países.
Pregunta: En Jamás, nadie es impresionante cómo, sobre todo en esas épocas, con un plumazo se oculta la historia…
BR: Y sigue pasando, es un horror, ahora es más difícil porque hay redes sociales, pero cuando el gobierno chino se quejó diplomáticamente ante el gobierno mexicano, éste lo primero que dijo es: “No es cierto, no pasó”, y hasta la fecha si vas a Torreón todavía hay quien dice: “Esto no pasó”…
Pregunta: Fuiste a hacer una investigación de fondo a Torreón, también a China…
BR: Sí, me leí varios libros, no tantos como en mis otras novelas porque hay muy poca información, precisamente porque es un hecho que no queremos reconocer como país. En la novela hay un personaje, Shei Yan, un muchacho chino que llega a los 14 años a Torreón a seguir a sus familiares y ve cómo los masacran, es el único superviviente. No encontré a ningún superviviente, claro que los hay, traté de buscar a ver si los había, pero obviamente no los iba a encontrar…
Pregunta: ¿Cuántos chinos murieron?
BR: Entre 398 a 498 de una población de 550, o sea, 90 por ciento de los chinos de Torreón, pero lo peor fue cómo los masacraron, cómo los torturaron, y todavía el Estado, los maderistas, aprovechan la revuelta. Cuando el hermano de Madero entra y ve lo que pasó, le pone fin a la matanza. No podemos culpar a Madero de esto, él no estaba ahí, pero sí podemos culpar a casi todos los gobernadores del norte de la República que eran antichinos; ellos emitieron una ley que si una mexicana se casaba con un chino, le quitaban la nacionalidad.
Pregunta: ¿Cuál ha sido el día más feliz de tu vida y cuál el más triste?
BR: El día que nació mi hija. El más triste, probablemente cuando murió mi mejor amiga, a los 33 años, cuando yo tenía 30.
Pregunta: Complétame esta frase: Beatriz Rivas es…
BR: Feliz.